martes, 16 abril 2024

La mediación al servicio de la franquicia

La autora argumenta por qué la mediación puede ser una herramienta clave que garantice la estabilidad y continuidad en un modelo de negocio de larga duración como el que representa la franquicia.


Pamplona - 27 diciembre, 2017 - 05:59

Imagen de Amaya Sanz de Mediación NavarraEl pasado mes de noviembre tuve la suerte de asistir a EmprendeFranquicia el primer encuentro celebrado en Pamplona sobre este modelo de negocio.

Además de tener la oportunidad de conocer diferentes iniciativas empresariales que están creciendo a nivel nacional e internacional mediante el uso de esta fórmula, tuvimos la ocasión de profundizar en esta fórmula y en las relaciones que se establecen entre franquiciador y franquicia.

Si algo quedó claro en estas jornadas es que la base de este modelo de negocio es la relación que se establece entre franquiciador y franquiciado y que se concreta en el contrato de franquicia, que es el acuerdo entre una empresa (franquiciador) que cede a otra (franquiciado) el derecho a la explotación de un determinado sistema de comercializar ciertos productos y/o servicios, todo ello a cambio de una contraprestación económica.

El franquiciador se compromete a ceder al franquiciado el uso de su Marca, a transmitirle un Know how contrastado y base de su éxito, así como a darle un apoyo continuado de asistencia comercial y técnica durante la vigencia del contrato. El control del negocio lo sigue poseyendo el franquiciador.

Entre franquiciado y franquiciador resulta básico incorporar herramientas como la mediación para resolver cualquier controversia que se genere entre las partes.

Por su parte el franquiciado tiene que realizar una inversión inicial, y el pago de unas cantidades (royalty) además de realizar la gestión de la empresa dentro de la filosofía y normas que marque el franquiciador.

Como digo, todos estos extremos quedan recogidos en el contrato de franquicia que marca el inicio de las relaciones entre franquiciador y franquiciado, pero ¿qué suele ocurrir en el transcurso de estas relaciones a lo largo del tiempo?

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Greg Nathan, psicólogo experto en franquicias en su libro “The Franchise e-Factor”, describe cómo va cambiando la relación entre los dos agentes del contrato de franquicia a lo largo del tiempo, identificando seis etapas:

  1. Glee (alegría). El franquiciado está ilusionado, contento y optimista con el inicio de la empresa y también algo nervioso. Confía en la franquicia y en su relación a futuro con su franquiciador.
  2. Fee (cuota, honorarios). En este momento, empieza a evaluar los desembolsos realizados (canon de entrada, royalty…) y a evaluar el coste de los servicios y productos que recibe. Analiza o valora lo que paga a cambio de lo que recibe. Comienza a cuestionarlo
  3. Me (a mí). El franquiciador va cogiendo confianza en sí mismo como empresario y llega a la conclusión de que el éxito de su empresa está dependiendo principalmente de su esfuerzo y no de pertenecer a una franquicia. En esta fase deja de tener importancia lo que recibe del franquiciado porque considera que todo el esfuerzo por el éxito de la empresa lo realiza él.
  4. Free (libre). Esta etapa se caracteriza por la necesidad del franquiciado de demostrar su aptitud como empresario e imponer su independencia del franquiciador. Es el momento en el que intenta poner a prueba los límites del sistema y en muchas ocasiones es el momento en el que se rompe el contrato de franquicia.
  5. See (ver). Si franquiciado y franquiciador son capaces de solucionar estas percepciones mediante una comunicación franca y abierta, recuperar la confianza y reconocer la importancia de ambas partes en el negocio de ambos, probablemente conseguirán comprenderse mejor y respetar sus diferentes puntos de vista.
  6. We (nosotros). El franquiciado reconoce que el éxito y la satisfacción se consiguen más fácilmente poniéndose de parte de su franquiciador que contra él.

Por tanto, como señala Santiago Barbadillo, director de la consultora Barbadillo y Asociados al referirse a estas etapas, a lo largo del tiempo la relación franquiciador-franquiciado, evoluciona. De una relación de dependencia mutua en el inicio, a una necesidad de independencia del franquiciador, que trabajada adecuadamente. Posteriormente, la relación camina hacia la interdependencia entre franquiciador y franquiciado, que es la etapa de la consolidación de este modelo de negocio.

Para llegar a esa fase de interdependencia, resulta básico incorporar herramientas como la mediación, que permite resolver todas aquellas dificultades que van a ir surgiendo en el transcurso de la vida del contrato de franquicia entre sus protagonistas. Es importante introducir cláusulas de sometimiento voluntario a mediación en caso de controversias o dificultades que puedan surgir entre franquiciado y franquiciador.

En una relación de largo plazo, la mediación es garantía de continuidad dentro de la franquicia.

La mediación les garantiza la intervención e incluso la solución del problema, así como la continuidad y el fortalecimiento tanto de la relación entre personas, como de este modelo de negocio, de gran importancia hoy en nuestro país, por ofrecer una oportunidad a muchos desempleados de reenfocarse profesionalmente creando sus propias empresas con el apoyo y soporte de una franquicia.

Amaya Sanz
Socia de Mediación Navarra, abogada y mediadora

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