sábado, 20 abril 2024

Una nueva dinámica

Las expectativas para esta cuarta ronda de reuniones de cara a pactar una salida ordenada de Reino Unido de la Unión Europea eran altas. Más aún cuando la primera ministra británica, Theresa May, solicitó retrasar una semana las negociaciones para ofrecer el pasado viernes, día 21, sus propuestas al respecto en un discurso clave.


29 septiembre, 2017 - 05:55

Conferencia de prensa en Bruselas de Michel Barnier y David Davis tras la cuarta ronda de negociaciones

Así las cosas, May habló ante la prensa y los representantes políticos en Florencia. Y allí planteó la posibilidad de habilitar un periodo transitorio de dos años, a partir de 29 de marzo de 2019, en el que Reino Unido tendría acceso al mercado común y seguiría, a cambio, aportando a las arcas europeas una cifra que podría rondar los 10.000 millones de euros al año.

Era un paso adelante, y así se ha tomado también en el seno de Europa, donde el negociador jefe, Michel Barnier, reconoció ayer que la implicación de May, y sus palabras, han aportado “una nueva dinámica” a las negociaciones. Ha habido avances, pero todavía queda mucho por hacer, aseguraba ante la prensa.

“Hemos dado claridad a algunos puntos. En otros, en cambio, queda mucho por hacer»

Después de varias rondas sin apenas avances, la de este mes de septiembre parece haber dado un empujón a unas negociaciones que corrían el riesgo de estancarse y bloquearse ante la falta de acercamientos. A tenor de las declaraciones de Barnier, parece que éstas vuelven a la senda correcta. Sin embargo, no es partidario de lanzar las campanas al vuelo, consciente de que, a pesar de los progresos, las diferencias siguen siendo importantes: “Hemos dado claridad a algunos puntos. En otros, en cambio, queda mucho por hacer. Pero seguiremos trabajando con espíritu constructivo hasta alcanzar un acuerdo en los puntos esenciales para la salida de Reino Unido”.

Proteger a los ciudadanos europeos en Reino Unido

londres2De los tres aspectos prioritarios (los derechos de los ciudadanos, la factura que debe pagar Reino Unido por su salida y la frontera con Irlanda), ha habido acercamientos en dos de ellos. Sobre todo, en lo referente a los europeos viviendo en las islas británicas, que suman más de 3,2 millones. El debate sobre qué pasará con ellos tras el Brexit comienza a ser más clarificador.

El negociador británico, David Davis, ha llevado hasta Bruselas el mensaje de que cualquier acuerdo que se adopte al respecto será recogido por las leyes inglesas, de forma que los ciudadanos europeos residentes en Reino Unido verán sus derechos amparados por la legislación de aquel país. Sin duda, avance importante; aunque no todo lo firme que la UE querría, ya que una de sus reivindicaciones es que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sea el competente en esta materia cuando los involucrados sean ciudadanos comunitarios. Por el contrario, desde el Reino Unido defienden que, si éste pasa a ser un país tercero, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea no puede tener competencias en su territorio. “Hemos sido claros en eso”, ha afirmado Davis ante la prensa.

La frontera con Irlanda, más cerca de una solución
En lo que unos y otros están de acuerdo es en la excepcionalidad de la situación que se generará con el Brexit en la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte, una zona especialmente sensible por su pasado de confrontación. Precisamente por ello, tanto Reino Unido como la Unión Europea insisten en respetar los acuerdos de Viernes Santo y buscar alternativas que satisfagan a todas las partes implicadas. “Una vez más, hemos confirmado nuestro compromiso para mantener ahí la ‘Common Travel Area’ (zona libre de pasaporte) y comenzar a dibujar unos principios comunes”, ha recalcado Barnier. “Existe un gran nivel de acuerdo en este aspecto”, ha enfatizado Davis.

Reino Unido ha reconocido que cumplirá sus compromisos y que 27 países no deben pagar lo que se acordó entre 28

La factura, aún sin concretar
Donde todavía no hay nada concreto es en lo que respecta al importe que debería abonar el Reino Unido por los compromisos adquiridos en estos años como miembro de la UE y su aportación al presupuesto comunitario. Nada claro, más allá de que Reino Unido ha reconocido que cumplirá sus compromisos y que 27 países no deben pagar lo que se acordó entre 28. Pero nada más. Y Michel Barnier no ha ocultado cierta decepción: “La primera ministra dijo dos cosas en Florencia. Una, que ningún Estado miembro debería pagar más ni recibir menos por la salida de Reino Unido. Y segunda, que el Reino Unido haría honor a sus compromisos adquiridos durante su pertenencia a la Unión Europea. Sin embargo, esta semana, el equipo negociador inglés fue claro al afirmar que esa primera afirmación se limitaría sólo a 2019 y 2020. Y, además, declaró que todavía no puede identificar esos compromisos adquiridos. Para la Unión Europea, el único camino para alcanzar un avance suficiente es que los compromisos que se adquirieron entre 28 se sufraguen entre 28”.

Michel-Barnier---david-davis2A este respecto, David Davis ha reconocido que se siguen debatiendo “los aspectos técnicos” para alcanzar una cifra que agrade a ambas partes. “Este trabajo es necesario para que, cuando llegue el momento, seamos capaces de alcanzar un acuerdo político”, se ha limitado a decir.

En el cierre de esta cuarta ronda, parece claro que, aunque las negociaciones avanzan, no lo hacen a la velocidad prevista ni deseada. De hecho, se suponía que en el encuentro de octubre, todos estos temas quedarían solventados, para pasar después a dirimir el estatus que adquirirá Reino Unido con respecto a la Unión Europea tras su salida. De ese estatus dependerá la relación comercial entre ambos, un factor clave para las dos economías. “Ha sido una semana constructiva, pero aún no hemos alcanzado un progreso suficiente”, ha concluido Barnier. Algo más optimista se ha mostrado el negociador británico: “Ha sido una ronda de negociaciones vital. Hemos hecho importantes progresos y hemos aprovechado el momento creado por el discurso de la primera ministra”. Davis ha apelado al “pragmatismo” y a la “creatividad” de los equipos de negociación para lograr el éxito en este “complejo proceso” en el que desea que la Unión Europea sea el amigo y socio “más fuerte” de Reino Unido.

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