jueves, 25 abril 2024

Cinco paraísos desconocidos de Navarra (I)

No pertenecen al elenco de rincones legendarios que concentran el interés de los propios navarros y de quienes visitan nuestra región para conocer su rico patrimonio natural. Pero, sin duda, figuran entre los parajes más bellos de la Comunidad foral. El cañón de Obantzea, la cascada de Putzubeltz, el ojo de San Prudencio, la reserva natural y la cueva de Basaula, así como los ojos de Lumbier, albergan varias de las rutas más singulares de Navarra para recorrer en familia.


Pamplona - 11 febrero, 2023 - 00:10

De izda. a dcha. y de arriba a abajo, cañón de Obantzea, cascada de Putzubeltz, ojo de San Prudencio, cueva de Basaula y ojos de Lumbier. (Fotos: Navarra Capital)

Entre sus valles, bosques y montañas, Navarra esconde infinidad de parajes de ensueño. Lejos de las rutas más conocidas, en este Vanity Capital planteamos un recorrido por cinco rincones desconocidos dignos de encontrar. ¡Tomad nota!

Cañón de Obantzea

Comenzamos la ruta estacionando en Arguiñano, un pequeño municipio de Tierra Estella. Esta caminata sumerge a sus visitantes en un cuento de hadas. Se trata de un recorrido circular, de aproximadamente 16 kilómetros, entre gargantas repletas de vegetación.

Apodado como ‘La jungla de Navarra’, en el Valle de Guesálaz, el Cañón de Obantzea nos transportará a una jungla tropical sin necesidad de salir de la Comunidad foral. Sus árboles y arbustos a rebosar de musgo crean un ambiente mágico que nos dejarán boquiabiertos.

Echaremos a andar desde la propia localidad, atravesando el casco urbano hasta llegar a la parte alta donde inicia una pista que asciende en dirección norte. Allí una empinada cuesta nos dará la bienvenida, enseguida nos desviaremos por otra pista a la izquierda y tras seguir unos metros, tomaremos un camino que avanza por terreno herboso.

Cruzaremos una verja, mientras que a lo lejos ya comenzamos a intuir las paredes rocosas del barranco. A partir de aquí, el camino ya es bastante evidente, la ruta está señalizada con hitos de piedras que deberemos ir siguiendo. A medida que vamos adentrándonos en el barranco la vegetación se vuelve más frondosa. Y así, casi sin darnos cuenta, cada vez nos vamos adentrando más en un mundo mágico. Una vez atravesado el desfiladero no hay pérdida, llegaremos a una pista que deberemos seguir hasta llegar de nuevo a Arguiñano.

Cascadas de Putzubeltz

¡Un salto de agua! O varios… ya que durante el recorrido encontramos más de uno. Para llegar a la Cascada de Putzubeltz hay diferentes rutas, algunas más largas que otras, pero todas parten desde el pueblo de Arantza.

El recorrido hasta el imponente salto carece de dificultad, pero hay que estar atento a la la multitud de cruces. Salimos desde el pueblo desde una calle anterior a la iglesia y seguimos las marcas del sendero. Las indicaciones nos llevarán hasta un caserío donde encontraremos la señalización correspondiente. Y allí cerca llegaremos a Putzubeltz.

El ojo de San Prudencio

Llegamos a la mitad del listado haciendo una parada en Ganuza. Desde el ojo de San Prudencio se plantea una panorámica que nos dejará sin habla.

Partimos desde el pueblo y tomamos como referencia la piedra de Santiago, donde poco antes de encontrarnos con todo el farallón abandonamos la senda para tomar otra que se desvía a mano derecha. Los primeros metros son en ascenso vertical, algo incómodos, hasta que nos topamos con un camino que nos lleva por debajo de la pared rocosa.

Continuamos por él durante un buen rato hasta llegar a la entrada del ojo de San Prudencio. Para acceder nos toparemos con un túnel de piedra que nos obligará a traspasarlo casi a gatas. Y al atravesarlo vislumbraremos de unas imponentes vistas de Tierra Estella y de toda su llanada.

Reserva Natural de Basaula

Declarado reserva natural en 1987, a escasos kilómetros de la anterior propuesta se encuentra la Reserva Natural de Basaula. Es una estrecha y corta barrancada en declive, abierta en las calizas cretácicas a lo largo de millones de años por el fluir de las aguas de Lóquiz de cuyo karst constituyó el desagüe natural.

Se accede a la reserva desde el km 12,1 de la carretera Estella-Olazagutía (NA-718), o paseando por el sendero local desde Baríndano, a través del sendero circular que recorre los pueblos de Améscoa Baja.

Los ojos de Lumbier

Al escuchar el nombre de esta localidad te vendrá a la cabeza la famosa Foz de Lumbier, pero te sorprenderá saber que en esa zona, existe una ruta menos conocida, pero que nada le tiene que envidiar en espectacularidad. Se trata de la ruta de los ojos de Lumbier, unas inmensas aperturas en la roca que constituyen unos increíbles miradores.

Comenzamos nuestra ruta en el parking de la Foz de Lumbier. Cogemos la pista en dirección a la Foz de Lumbier y poco antes de llegar al primero de los túneles, tomaremos un desvío a la izquierda. Avanzaremos por un sendero que va ascendiendo poco a poco hasta llegar a una pista.

Proseguiremos por la pista, hasta llegar a un desvío a la izquierda que nos llevará directamente hasta la base de los Acantilados de la Piedra y San Adrián, donde nos encontraremos el primero de los ojos, un enorme agujero excavado en la piedra que se convierte en un mirador extraordinario. Seguiremos avanzando por el sendero marcado hasta llegar al segundo ojo y de allí continuaremos por un camino al borde del acantilado que poco a poco irá bajando hasta llegar a una pista que nos llevará hasta el punto de inicio.

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