viernes, 19 abril 2024

Un plató de 10.421 km²

En los últimos años, la Comunidad foral se ha convertido en un plató de cine especialmente apreciado por la industria cinematográfica nacional e internacional. Su diversidad de paisajes, los recién inaugurados Estudios Melitón y las ventajas fiscales que ofrece al sector hacen de la región uno de los rincones favoritos para las grandes producciones, también de televisión.


Pamplona - 29 febrero, 2020 - 06:00

Algunos carteles de los más de 40 títulos grabados en Navarra desde 2016. (Fotos: cedidas)

El Valle de Baztán se convirtió durante más de 12 semanas en un plató de cine. Cuatro semanas en diciembre de 2016 para grabar todos los exteriores de ‘El guardián invisible’, la primera película de la ‘Trilogía’ de Dolores Redondo. Y en enero de 2019 concluyeron más de ocho semanas en las que se grabaron paralelamente la segunda y la tercera película de la saga: ‘Legado en los huesos’, estrenada en diciembre, y ‘Ofrenda a la tormenta’, cuyo estreno está previsto para el 3 de abril de este año 2020.

Dirigidas por el navarro Fernando González Molina, ha supuesto una producción con extras y subcontratas en la región, además de catering y alojamientos para los miembros de la producción, entre otras ventajas económicas para la Comunidad foral.

La Comunidad foral se ha convertido en los últimos años en un plató de cine especialmente apreciado por la industria cinematográfica nacional e internacional. La diversidad de paisajes, los recién inaugurados Estudios Melitón y la ventaja fiscal que ofrece sitúan a Navarra en uno de los rincones favoritos para las grandes producciones, también de televisión.

Leonardo Sbaraglia, Marta Etura, Fernando García Molina, Dolores Redondo y Carlos Librado, en un descanso del rodaje de la ‘Trilogía del Baztán’. (Foto: Miguel Suárez).

En el verano de 2017, el parque natural de Urbasa, entre Pamplona y Vitoria, se convirtió en un paraje del oeste americano y por la zona anduvieron actores, como el recién oscarizado Joaquin Phoenix, convertidos en vaqueros para la producción ‘The Sisters brothers’.

Y así hasta más de 40 producciones en los últimos cuatro años. Porque Navarra siempre ha sido un lugar atractivo para grabaciones cinematográficas “por las localizaciones, la facilidad administrativa y la profesionalidad de los equipos», explica Sara Sevilla, coordinadora de Navarra Film Commission (NFC) a Vanity Capital. Pero sin duda, la aplicación del incentivo fiscal para la producción de largometrajes ofrecidos por el Gobierno de Navarra desde el año 2015 “ha marcado un antes y un después en el volumen de producciones”, matiza Sevilla.

35 % DE DEDUCCIÓN

Este incentivo ha ayudado a que las producciones se asienten en calidad y “acompañado de una intensa labor de promoción y comercialización, fue creciendo el volumen de proyectos que venían atraídos, tanto por la promoción de localizaciones como por los incentivos”, que de acuerdo a un estudio de la propia NFC, estos incentivos suponen un 20 % del peso a la hora de que una productora se decante por Navarra.

Fotograma de la película ‘Ana de día’.

Este incentivo también ha traído consigo un cambio en las tipologías de rodaje y en la cantidad de tiempo que permanece la productora en tierras navarras. “Antes venían por una localización que ocupaba dos o tres días de rodaje y ahora vienen con proyectos mucho más amplios, de varias semanas”, detalla Sevilla, a la vez que añade que ha aumentado el número de contrataciones desde Navarra.

2019 ha sido un año más especial por los cambios en la normativa sobre impuestos de sociedades y se han reducido el número de producciones. Pero ya en 2020 se están recogiendo “un gran volumen de proyectos y muy ambiciosos”, asegura Sevilla, quien incide en que se están fomentando las series, como ‘Tres caminos’, que ha estado rodando en Navarra «y volverá en marzo». Además, adelanta que se está en negociación con otras tres series de ficción más y con seis proyectos de largometraje para este 2020.

Vestuario de ‘Juego de Tronos’, serie grabada en parte también en Navarra.

Es importante destacar también el desarrollo de la industria audiovisual de animación, con dos estudios en Navarra y «con otras dos empresas que están estudiando la posibilidad de implantarse aquí», adelanta Sevilla. Precisamente, en los estudios de Apolo Films en Mutilva se está finalizando el proceso de creación de la película ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’.

TRES, DOS, UNO Y ACCIÓN

Bardenas Reales, Roncesvalles, Eunate, Foz de Lumbier, Señorío de Bértiz, Valle de Baztán, Belagua, Bosque de Orgi, Parques eólicos, Valle de Ulzama, Pamplona, Burgui, Ochagavía, San Donato, Nacedero del Urederra, Laguna de Pitillas, Cuevas de Valtierra… Navarra es un gran plató exterior de 10.421 km² con un sin fin de localizaciones a disposición de las producciones más exigentes.

Pero también hay que destacar los Estudios Melitón, recuerda Sevilla, que “han supuesto un punto de inflexión y una posibilidad real dirigida a la producción audiovisual”. Hasta su inauguración, había pequeños platós que “solventaban necesidades concretas” y cuando había necesidades de un volumen superior «se echaba imaginación y se buscaban espacios alternativos». Ahora, las producciones que acuden a Navarra por sus exteriores, disponen de interiores perfectamente preparados y adaptados para todo tipo de necesidad.

SILENCIO, SE RUEDA

Y el plató de cine llamado Navarra continúa. Actualmente, se encuentran grabándose ‘Te quiero, imbécil’ en Pamplona, la producción internacional ‘Fully Hooked up’ en el Mirador de Iso, o la producción de animación ‘D’Artacán y los tres mosqueperros’ en los estudios Apolo de Mutilva. Porque esos paisajes diversos y ese marco legal favorable cuentan con algo muy importante que les acompaña: un grupo de personas, empresas y profesionales dedicados a la creación de contenidos, a crear historias hechas de imágenes y sonidos.

Precisamente, NAPAR, la producción audiovisual navarra, representa a esos profesionales del sector en Navarra, desde pioneros del audiovisual con amplia experiencia, hasta jóvenes startups llenas de energía y creatividad.

Fernando González Molina.

El director navarro Fernando González Molina, grabando en Elizondo.

Este plató natural, que ahora ha empezado a sacar partido económico real, viene de lejos y la memoria es capaz de hacer historia rápidamente, pues se han rodado en él cientos de películas entre las que figuran títulos muy conocidos: Patton (F.J. Schaffner, 1970); Furtivos (José Luis Borau, 1976); Robin y Marian (Richard Lester, 1977); Vacas (Julio Medem, 1992); Airbag (Juanma Bajo Ulloa, 1996); Bajo las estrellas (Félix Viscarret, 2005), los filmes de Montxo Armendáriz: Tasio (1984), Secretos del corazón (1997), Obaba (2005) y No tengas miedo (2010); Biutiful (A. González Iñárritu, 2009); The way (Emilio Estévez, 2009); The Counselor (Ridley Scott, 2012); Ocho Apellidos Vascos (Emilio Martínez-Lázaro, 2013); La Conspiración (Pedro Olea, 2011); Juego de Tronos (David Benioff y D.B. Weiss, 2015); El Hombre que Mató a Don Quijote (Terry Gilliam, 2017); o Line Walker (Wai-Keung Lau, 2018).


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