«Hiruko aterriza en Elizondo. La idea es que las personas que se atrevan a adentrarse en esta aventura resuelvan diferentes pruebas con el fin de llegar a formar parte de esta estructura», avanza misterioso Ioritz Albertos, cocreador de este escape room  junto a Iñaki Cuesta e Iñaki Arregui. «Tenemos una parte secreta, que deberán desvelar los valientes que se atrevan a enfrentarse al reto», añade.

Natural de Elizondo, Albertos lleva el peso de la entrevista con ValoresTOP. Es informático, y tanto a él como a sus socios les encantan los escape rooms. Incluso organizan viajes en torno a ellos. «En cuatro años he hecho alrededor de noventa y pico. Al final se volvió una adicción», confiesa entre risas.

En Elizondo, el primero se abrió en 2018, pero cerró el año pasado. Ahora nosotros seremos los únicos en el pueblo»

De hecho, este joven de 33 años llevaba madurando la idea de crear su propia sala desde 2012. Entonces aún estaba en la universidad y, gracias a un juego de ordenador creado por unos informáticos de Silicon Valley en 2006, descubrió este tipo de desafíos. «Era igual que un escape, pero en digital. Había que salir de una habitación descifrando pistas. En aquel momento, pensé que algo así podría funcionar en la vida real y descubrí que, en Estados Unidos, ya existía. Pero la verdad es que no tenía ni la manera ni el capital suficiente para llevarlo a cabo», lamenta.

Pocos años después, llegaron los primeros escape rooms a España, aunque la eclosión definitiva se produjo a partir de 2015. «En Navarra todavía se tardó un poco más. En el caso de Elizondo, el primero se abrió en 2018, pero cerró el año pasado. Ahora nosotros seremos los únicos en el pueblo».

Hiruko se ubica junto al polígono al que se accede por la carretera vieja de Irurita.

Al escape room se accede por la carretera vieja de Irurita.

De todas las salas que ha recorrido desde 2018, destaca una ubicada en Madrid que le cautivó de forma especial. Se llama Experiencia Amarilla y se ambienta en la película Los Goonies. Le pareció tan impactante que, de hecho, quiso lograr con Hiruko una sensación similar: «Pensé que yo también quería eso. El presupuesto no es el mismo, pero haremos lo que podamos para sorprender. Al principio teníamos pensado dividir en dos partes la superficie pero, tras ver aquel escape, decidimos usar toda la sala para el mismo juego».

DEL PAPEL A LA REALIDAD

El anterior escape room de Elizondo giraba en torno a la mitología vasca. Pero el proyecto duró cuatro años. «Teníamos idea de montar una sala antes de la pandemia. Pero, con la llegada del Covid-19, paramos los planes. La dejamos sobre papel y no avanzamos más».

Teníamos idea de montar una sala antes de la pandemia. Pero, con la llegada del Covid-19, paramos los planes. La dejamos sobre papel y no avanzamos más»

Después de los meses de confinamiento, unas vecinas de Etxalar inauguraron una nueva sala en dicha población. Los tres socios de Hiruko se acercaron a jugar, y aquella visita fue el punto de inflexión necesario para retomar su idea. «Aquella experiencia hizo que nos volviera el gusanillo de volver a intentarlo», rememora Albertos.

Así, los tres socios se constituyeron como microcooperativa. Una parte del presupuesto lo sufragaron de su bolsillo, mientras que consiguieron el resto gracias a una subvención del Gobierno de Navarra. «En total, hemos invertido cerca de 100.000 euros. Cuando fuimos a informarnos al Ayuntamiento, nos indicaron que había una ayuda que nos podría subvencionar hasta el 30 % del negocio. Fuimos pasando los filtros y nos la dieron».  Así, se pusieron manos a la obra a montar el proyecto: «Hablamos con el arquitecto y, en enero de 2022, alquilamos el local y empezamos a construir».

Hiruko se ubica cerca del polígono al que se accede por la carretera vieja de Irurita. A unos trescientos metros. El juego se llevará a cabo en una localización cerrada, que dispone una superficie de 180 metros cuadrados divididos en diferentes espacios. Allí se desarrollarán las pruebas: «Lo hemos hecho lo mejor posible y no nos cerramos a que, si va bien, nos lancemos con una segunda sala».

La actividad está pensada para grupos de entre dos y seis participantes. «Preguntamos a otros dueños de salas y nos dijeron que los usuarios suelen pedir ser seis. Pero el número óptimo es de tres a cuatro», detalla. La duración estimada del juego es de una hora y cuarto, aunque puede variar. «Estuvimos haciendo las primeras pruebas nosotros mismos y, aun conociéndolas, tardamos una hora en salir…», constata. En principio, está previsto que abra sus puertas a principios de verano.