Mientras los animales solo producen los compuestos químicos que necesitan para vivir, las plantas elaboran, además, algunas sustancias que no son esenciales para su funcionamiento. La importancia de los denominados metabolitos secundarios fue desconocida mucho tiempo, hasta el punto de que fueron considerados por la comunidad científica como un desecho. Pero, entre los siglos XIX y XX,  los químicos empezaron a interesarse por ellos y descubrieron una enorme riqueza: medicinas, venenos, saborizantes, pegamentos, aceites, ceras…

Este campo, del que aún queda mucho por explorar, enamoró a Nazareth Torres. Nacida en 1990 en la localidad de Aoiz, esta joven navarra está «obsesionada con el medio ambiente» desde pequeña. Ya desde entonces leía reportajes «sobre los residuos en el Parque Nacional de Doñana o sobre el desastre del Prestige». Y a los once, cuando estudiaba en el Colegio Público San Miguel de Aoiz, tomó la decisión de ser vegetariana.

«Cuando me gradué de Bachillerato en el IES Navarro-Villoslada, tenía la impresión de que, si sacabas buenas notas, no podías estudiar una carrera que no fuera de ciencias», explica a ValoresTOP.  De ahí que optase por la disciplina que estudia todo lo relacionado con la vida y lo orgánico. Pero iba un poco a ciegas. Entonces, la visibilidad de la mujer en las ciencias «era escasa».

Nazareth, sin embargo, encontró las referentes que necesitaba en las múltiples mentoras que tuvo a lo largo de su carrera. Y supo que no había errado en su camino cuando se topó con el estudio del metabolismo secundario de las plantas durante el Grado en Biología de la Universidad de Navarra. Aún hoy, si le preguntan por su asignatura favorita, sonríe y da su respuesta sin vacilar: «Fisiología vegetal». De hecho, ese era el nombre del primer departamento de investigación que la acogió en calidad de alumna interna.

Esa buena experiencia le llevó a realizar el Máster en Investigación Biomédica del centro educativo. Y esta formación, a su vez, la impulsó hacia los estudios del doctorado en Biología: «Empecé la tesis en 2014 y la terminé en 2018. Y, junto a mis compañeras, estudié en profundidad a las micorrizas, las asociaciones simbióticas entre los hongos y las raíces de las vides».   

UN PARÉNTESIS DE PELÍCULA

Al terminar el doctorado, Nazareth decidió hacer una pausa de varios meses en su carrera académica. Pero, sin quererlo, el parón se alargó un año. ¿La razón? La joven agoizka se convirtió en la guionista y asistente de Dirección en Before I Die, un documental que aborda la situación precaria de las mujeres y niñas en las orillas del lago Victoria, en África Occidental. 

«Siempre estuve muy vinculada a las artes. Al mismo tiempo que se me encendió la conciencia medioambiental, también se me iluminó la social gracias a una compañera de la tesis. Me interesé por el feminismo y advertí muchos problemas sociales que pensaba que eran aislados, pero que en realidad tenían un origen estructural. Y, mientras me dirimía en esas reflexiones, surgió la oportunidad de viajar al lago Victoria después de ver la película La Pesadilla de Darwin«, relata.

Siempre estuve muy vinculada a las artes. Al mismo tiempo que se me encendió la conciencia medioambiental, también se me iluminó la social gracias a una compañera de la tesis»

La zona está plagada de problemáticas como el turismo sexual, una tasa de sida muy elevada y una gran cantidad de huérfanos: «Aprendí mucho de las personas que pude conocer a través de este documental. Me siento muy agradecida por haber formado parte de esa iniciativa, que también me enseñó el valor de aceptar lo que no puedes controlar en un laboratorio». La obra, dirigida por Iker Esteibarlanda, fue nominada al Mejor Cortometraje Documental en los Premios Goya 2021.

Durante ese año sabático, Nazareth pudo constatar igualmente cómo el cambio climático está afectando de forma pronunciada a los países africanos. Y esta realidad la motivó para retornar a la línea de investigación que había explorado en su tesis con un contrato de investigación Juan de la Cierva en la Universidad Pública de Navarra (UPNA). Ahora, está contratada como investigadora Ramón y Cajal, unas ayudas concedidas por el Ministerio de Ciencia e Innovación a investigadores «con una trayectoria destacada» en su campo.

LA RESPUESTA, EN LAS RAÍCES

De hecho, las intensas olas de calor también están provocando que los productores españoles busquen para la vid territorios más altos y fríos, con mayor exposición a radiación ultravioleta, o que extiendan sus sistemas de regadío. Y estos cambios están teniendo un efecto nocivo en las plantas al aumentar sus azúcares, reducir sus ácidos y provocar que no se procesen bien los polifenoles. Pero dicha problemática ha propiciado también el estudio de las relaciones entre los hongos y las raíces, que se denomina micorrización.

La agoizka fue guionista y asistente de Dirección en Before I Die, un documental que aborda la situación precaria de las mujeres y niñas en el lago Victoria

«Esa simbiosis mejora la capacidad de absorción de nutrientes y agua por parte de la planta acelerando su crecimiento, mejorando su estado hídrico y aumentando el área foliar y la calidad de la uva. Estamos dando los primeros pasos en estos estudios, pero hay que centrar la atención en las raíces. Esto abre una oportunidad para minimizar los efectos del cambio climático en las plantas», sentencia Nazareth. La joven investigadora ya ha colaborado en esta línea con el Institut des Sciences de la Vigne et du Vin, la Universidad de Davis en California y el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino en La Rioja.

LA RESPONSABILIDAD DE DIVULGAR

En la actualidad, al tiempo que dirige una tesis, es la investigadora principal en la iniciativa Cualvid, que estudia una aplicación novedosa de las cubiertas vegetales en las vides, y se encuentra preparando un proyecto para el próximo plan nacional. Eso sí, Nazareth siempre hace tiempo en su agenda para la divulgación científica.

«La realidad es que no hay horas para todo y es muy difícil compaginar la enseñanza con la investigación. Pero tenemos la responsabilidad de enseñar lo que estamos trabajando. Y me alegra mucho que haya personas interesadas en mi investigación», celebra sonriente.