martes, 30 abril 2024

Plantas que cubren las vides para mejorar los suelos y reducir el CO2 en la atmósfera

Las consecuencias del cambio climático son evidentes en el sector viticultor, que cada año afronta vendimias más tempranas. De ahí que el IdAB-CSIC y la UPNA estén investigando una aplicación novedosa de las llamadas cubiertas vegetales a través de Cualvid, un proyecto coordinado por ADItech, a su vez agente coordinador del SINAI, y financiado por el Gobierno de Navarra.


Pamplona - 25 octubre, 2023 - 06:00

El uso de cubiertas vegetales también permite mejorar la riqueza del suelo que existe debajo de las cepas. (Fotos: Edu Sanz)

Vendimiar en agosto ha pasado de ser algo excepcional a convertirse en una costumbre. Este año, la recolección de uva en España se adelantó entre siete y diez días, según la Federación Española del Vino (FEV). Y Navarra no es ajena a esa realidad. De hecho, esta campaña ha sido la más temprana de la historia en la región (comenzó el 14 de agosto). Sus 83 bodegas y 1.600 viticultores recogieron unos 56 millones de kilos de uva, 4 millones menos que en 2022. ¿El motivo? La sequía, las últimas olas de calor y las lluvias torrenciales que azotaron algunas de las 10.000 hectáreas forales de viñedos.

Por eso, desde hace algunas décadas, la comunidad científica busca alternativas para mitigar los efectos del cambio climático en el cultivo de la vid. Unos esfuerzos que han desembocado a su vez en una segunda aproximación: convertir los viñedos en una herramienta más para reducir los gases de efecto invernadero en la atmósfera.

En esta línea, la nueva Política Agraria Común (PAC) para el período 2023-2027 prevé destinar 307 millones de euros adicionales al año para potenciar el uso de cubiertas vegetales en los olivares, frutales y viñedos, entre otras técnicas ecológicas. Dicha práctica, que se basa en sembrar plantas entre las hileras de estos últimos, pretende proteger el suelo, mejorar su calidad, controlar la erosión o asimilar más dióxido de carbono (CO2). Pero son muchos los agricultores que no saben cómo manejarla y desconocen su impacto económico, ya que suele conllevar al mismo tiempo un mayor consumo de agua.

Quienes deseen conocer más a fondo el proyecto pueden hacerlo a través de este enlace

Estas incógnitas centran una parte del trabajo del Grupo de Fruticultura y Viticultura Avanzadas de la Universidad Pública de Navarra (UPNA). «Llevamos muchos años colaborando con varias bodegas navarras. Nos dejan hacer experimentos en sus fincas porque les interesa saber los efectos de esta y otras técnicas llamadas a elevar la sostenibilidad del sector agrícola», detalla Nazareth Torres, bioquímica e investigadora Ramón y Cajal en la entidad educativa. Un ámbito en el que han establecido sinergias con el Instituto de Agrobiotecnología (IdAB-CSIC).

Así, ambos centros idearon un proyecto para estudiar el efecto de las cubiertas vegetales al ser sembradas junto a las cepas y no en las calles de los viñedos. «No hay precedentes de un estudio como este», añade Iker Aranjuelo, investigador del Grupo de Agricultura Sostenible y Biomonitorización en esta entidad mixta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Gobierno de Navarra.

Cualvid cuenta con zonas de experimentación en cada una de las instituciones socias y en tres bodegas navarras.

Cualvid cuenta con zonas de experimentación en cada una de las instituciones socias y en tres bodegas navarras.

Así nació Cualvid, una iniciativa que busca mejorar de esta manera el crecimiento de la planta y reducir la concentración del CO2 atmosférico. El proyecto, coordinado por ADItech, a su vez agente coordinador del Sistema Navarro de I+D+i (SINAI), está financiado por el Ejecutivo foral en la convocatoria de ayudas a centros tecnológicos y organismos de investigación para la realización de proyectos de I+D colaborativos.

COLABORACIÓN CON BODEGAS NAVARRAS

La ciudadanía conoce de sobra el rol que poseen las plantas en la purificación del aire. Pero muchos suelen pasar por alto la importancia de los suelos como sumideros de carbono: absorben CO2 a través de la fotosíntesis de las plantas y lo acumulan como materia orgánica. En este sentido, mejorar la salud de los suelos los vuelve más eficientes en la captura y la retención de dióxido de carbono, evitando una degradación que liberaría más CO2 a la atmósfera.

En concreto, Cualvid persigue evaluar el impacto del uso de cubiertas vegetales en este sentido, así como analizar su potencial para aumentar la capacidad de asimilar más carbono. Para ello, el equipo investigador puso en marcha cinco zonas de experimentación: una en los invernaderos de la UPNA y una en los del IdAB-CSIC, donde también ensayan la aplicación de herbicidas; y otras tres en Bodegas Ochoa, Bodega OtazuBodegas Quaderna Vía, donde siguen los criterios ecológicos de producción.

Iker Aranjuelo y Nazareth Torres (izda.) lideran el equipo de este proyecto colaborativo de la UPNA y el IdAB-CSIC.

Iker Aranjuelo y Nazareth Torres (izda.) lideran el equipo de este proyecto colaborativo de la UPNA y el IdAB-CSIC.

«Diferenciamos tres tipos de salud del suelo: física, química y biológica. Una buena salud física conlleva que el suelo tenga la estructura para sostener los cultivos. Por su parte, es también relevante que los suelos tengan una buena composición química, es decir, que no sean ácidos para los cultivos. El equipo del IdAB-CSIC se encarga de evaluar estos dos aspectos. Y nosotros nos enfocamos en la salud biológica, que implica la presencia de microorganismos que ayudan a una mayor fijación de CO2 al suelo. Queremos poner nombres y apellidos a los que sean útiles a este respecto», detalla Torres.

El equipo del proyecto colaborativo aún se encuentra en las primeras fases del proyecto, que se desarrollará hasta 2024. «Estamos analizando si ciertos tratamientos hacen que aumente la presencia de micorrizas y hongos en general. Después de primavera, con el suelo más activo, estudiaremos los microorganismos que incrementan la riqueza del suelo», explica la investigadora de la UPNA. Al mismo tiempo, ambas entidades están empleando novedosas técnicas como «una cámara adaptada para medir el intercambio de CO2 y oxígeno en una planta joven o drones para evaluar el estrés de las vides según su color».  

INNOVACIÓN EN CULTIVOS LEÑOSOS

Los resultados preliminares son prometedores, según señala el investigador del IdAB-CSIC: «Hemos constatado que la cubierta vegetal hace que aumente la capacidad de asimilación de CO2 del suelo, pero también aumentan las necesidades hídricas de todo el sistema. Por otro lado, en condiciones de sequía moderada, la cubierta no es determinante en este punto. Aún debemos evaluar alternativas para conseguir reducir el uso de fertilizantes o herbicidas, elevar la riqueza del suelo o conseguir un uso óptimo del agua. Queremos alcanzar un equilibrio entre coste y beneficio».

Si Cualvid logra alcanzar sus objetivos, sus resultados podrían repercutir no solo en el sector viticultor, sino también en el de otros cultivos leñosos como el aceite de oliva y los frutales. «Al final, la cubierta vegetal busca mejorar la calidad del suelo y eso repercute en cualquier planta de este tipo. Es una técnica que no es compleja de aplicar y, si se cuida, puede durar muchos años y conllevar importantes beneficios. Nuestra tarea es cuantificar en la medida de lo posible estas ventajas para avanzar en el conocimiento científico y elevar la sostenibilidad de prácticas agrícolas», culmina Aranjuelo. 


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