Cerramos un año en el que, sin duda, si tuviéramos que mencionar una sola cosa sería a gran apuesta consensuada de futuro que hemos hecho. Gracias al consenso y al diálogo hemos acordado un documento fundamental para el desarrollo de Navarra. Nada menos que la Estrategia de Especialización Inteligente, S3.
Se trata de un acuerdo entre el sector público, el sector productivo, el del conocimiento y la propia sociedad; todos formamos parte de la elaboración de este trabajo para que la Navarra de 2030 cuenta con mayor calidad de vida y sea más sostenible y próspera. Para alcanzar esos objetivos, la Estrategia propone cinco ejes de desarrollo que definen una Navarra cohesionada, industrial, sostenible, saludable y competitiva.
Se especifican seis prioridades temáticas (automóvil y mecatrónica, cadena alimentaria, energías renovables y recursos, salud, turismo integral e industrias creativas y digitales) y cinco factores transversales (desarrollo empresarial, I+D+i, infraestructuras, administraciones públicas y fiscalidad y educación y formación)
Al fin y al cabo se trata de identificar las áreas más prometedoras de especialización de la región y de fomentarlas centrando en ellas recursos y estrategias. No podemos ser buenos en todo. No sería realista. De modo que avancemos de manera inteligente en lo que nos dé una ventaja competitiva. Para esto se ha actualizado el modelo. Se ha renovado el diagnóstico de situación.
También se ha modificado y ampliado el sistema de gobernanza, se han limitado las prioridades estratégicas y se han reforzado el perfil industrial y las áreas en las que se observa una mayor especialización tecnológica. Y una de las lecciones fundamentales que hemos interiorizado ha sido en relación a la coordinación con la Administración foral y la importancia que esto tiene, es decir, que la acción del Gobierno esté bien alineada con la Estrategia de Especialización Inteligente y ésta ultima, a su vez, acompañada con las políticas públicas.
Esto hace indispensable establecer acciones a corto plazo y, así, se han definido 24 retos para acometer en los próximos cuatro años y avanzar hacia los objetivos que citaba anteriormente. Entre estos retos a corto plazo destacan:
- la transformación 4.0 de la industria navarra,
- avances en la medicina personalizada,
- la Formación Profesional adaptada a las necesidades empresariales,
- la disminución del consumo de energías fósiles,
- la apuesta por la alimentación saludable,
- la mejora de la financiación a proyectos estratégicos, y
- el desarrollo económico comarcal.
Para ser prácticos y eficaces debo decir que se ha establecido el sistema de seguimiento, una monitorización continua de la especialización sectorial de la economía y del despliegue territorial de la misma. Los objetivos de la S3 Navarra son medibles, lo que permitirá controlar la evolución de la región en los años 2020, 2025 y 2030
En concreto, seis indicadores supervisarán los grandes objetivos de prosperidad, calidad de vida y sostenibilidad; y otros 20, los objetivos intermedios relacionados con los factores transversales que inciden en la competitividad regional (educación y empleabilidad, I+D+i, etc…).
De modo que en 2016 hemos sentado las bases de una visión compartida de futuro que promoverá una transformación de Navarra que construiremos todos juntos
Me refiero a una Navarra que apuesta por las personas y por la cohesión social, con una sociedad respetuosa y abierta que facilita la cooperación, con empleo de calidad, más productiva, con espíritu emprendedor y que cuida el talento, que fomenta el conocimiento, investigación e innovación, más competitiva, exportadora y respetuosa con el medio ambiente.
Un cuadro que queremos ver en 2030 cuyos detalles necesitamos pintar entre todos y todas y por lo cual agradezco sinceramente la implicación de todos los agentes en este proceso.
Manu Ayerdi
Vicepresidente y Consejero de Desarrollo Económico de Gobierno de Navarra
