El director técnico de Agilpack, Eduardo Redondo, ha materializado lo que hace diez años solo podía imaginar: un sistema industrial de embalaje basado en el film burbuja con potencial para sustituir el poliestireno expandido (EPS) en la gran industria de los electrodomésticos. Entiéndase que el proyecto, despachado en una frase, lleva detrás un largo proceso de desarrollo que conllevó un giro de 180 grados en la vida de este ingeniero. Como responsable de una planta de EPS, conocía a la perfección sus problemáticas y, al no encontrar mejoras posibles al proceso, se dispuso a crear una solución desde cero.
Este fue el germen de la firma que dirige junto a su CEO, Enrique Alfaro, y que hoy celebra un hito de calado. Según avanzan ambos socios a Navarra Capital, Agilpack acaba de firmar un acuerdo de colaboración con MTorres, por el que la ingeniería de Torres de Elorz industrializará y se encargará del mantenimiento de las máquinas diseñadas por Agilpack para la industrialización de su sistema de embalaje. Por su parte, la firma de Orkoien, que suma este socio estratégico a la italiana SPM Engineering, podrá emprender con este acuerdo su expansión internacional.
“Nuestra alianza asegura las necesidades de industrialización de Agilpack, lo que nos permite satisfacer la alta demanda de nuestros clientes. Nuestras fortalezas combinadas garantizan la producción ininterrumpida de nuestras líneas de envasado a nivel mundial, cumpliendo con rigurosos estándares de calidad y eficiencia. Por eso, estamos profundamente agradecidos a Yolanda Torres y su equipo que han decidido sumarse a nuestro proyecto”, celebra Alfaro.
Fundada en 2015, Agilpack ya suma once socios en su capital provenientes de sectores como las finanzas, el embalaje, la agroalimentación o el hormigón
Para explicar el componente innovador detrás de la actividad de Agilpack, hay que remontarse a sus inicios. Como muchos inventores antes que él, Redondo empezó a hacer las primeras pruebas con objetos cotidianos y en su casa. “Usaba un embalaje con burbujas independientes que fabricaba con bolsas plásticas. Cogía un microondas, le ponía las burbujas en su sitio y lo tiraba por las escaleras. Como veía que era efectivo, supe que valía la pena apostar por esta idea y emprender”, relata Redondo entre risas.
La decisión desembocó en la creación de la firma, que se constituyó en 2015 con el respaldo de otros tres socios. Entonces, su actividad se centraba en la investigación sobre el material para crear el embalaje, prototipos artesanales de maquinaria para producirlo y el diseño de una línea de fabricación. Y, con el paso de los años, sus avances fueron captando la atención de nuevos inversores, que ayudaron a expandir sus capacidades.
En la actualidad, Agilpack ya posee una plantilla de ocho personas que trabajan en sus instalaciones del polígono Comarca I de Orkoien, y su capital está conformado por once socios procedentes de sectores como las finanzas, el embalaje, la agroalimentación o el hormigón. “Hemos complementado la apuesta inicial de Eduardo y sus socios, aportando más capacidad financiera y de gestión, así como recursos técnicos. Así mismo, hemos contado con el apoyo de Sodena y Enisa“, explica Alfaro, quien representa a la sociedad.
EL SISTEMA, AL DETALLE
Tras una inversión de 4 millones de euros, Agilpack ha optimizado su sistema de embalaje basado en film burbuja, que “reduce en un 85 %” la huella de carbono de la fabricación y el transporte del poliestireno expandido. “En algunos electrodomésticos llegamos ahorrar hasta un 40 % del material utilizado para su embalaje. Así mismo, consumimos un quinto de la energía que requiere fabricar el EPS y optimizamos también su transporte, ya que un camión de nuestro material equivale a diez camiones llenos de poliestireno expandido”, incide Alfaro.
A modo de ejemplo, la firma de Orkoien ya ha realizado varios estudios de los apoyos necesarios para proteger las lavadoras de distintos fabricantes. Con ese análisis, el equipo diseña los patrones que deberán posteriormente imprimirse en un film plástico en las instalaciones de Agilpack, detalla su CEO: “Nuestra máquina, bautizada como APS, posee tres partes. Dos de ellas son fabricadas por MTorres y nosotros diseñamos la parte central, cuya función es imprimir por medio de un láser un patrón sobre un film. Hemos estudiado desde los aditivos que necesita el plástico hasta el tipo de láser más adecuado”. Cada una de estas máquinas puede fabricar hasta 3.000 toneladas del material, que se transporta en bobinas a las fábricas de electrodomésticos.
A su vez, Agilpack prevé instalar en las fábricas de sus clientes otra máquina, también construida en colaboración con MTorres, para inflar el film y sellar de forma independiente sus burbujas. Su capacidad productiva asciende a las 1.000 toneladas anuales del material. De este modo, la empresa podrá tener disponible el embalaje al final de la línea de producción de sus electrodomésticos. “Nosotros proveemos tanto las bobinas preformadas como una base donde se encaja el producto. Todo este material es reciclable en un 75 %”, señala Redondo.
LABOR COMERCIAL
De momento, el equipo prepara sus próximas visitas a las fábricas de sus potenciales clientes. En concreto, viajará a las instalaciones de Candy en Milán y a las de Vestel en Turquía. “Además, ya hemos estado en la sede que Gorenje posee en Eslovenia y en la fábrica de Amica ubicada en Polonia. Y hemos podido constatar su interés”, detalla el CEO de la firma. Así mismo, la firma está sumergida en la organización de una jornada de puertas abiertas, que celebrará junto a MTorres a finales de noviembre.
“Ya tenemos las máquinas, cuyo montaje en la fábrica de cliente dura entre seis y ocho meses, así como los acuerdos que necesitábamos para crecer. Ahora, el objetivo ahora es captar clientes para que prueben nuestro sistema y lo comparen al poliestireno expandido. Preveemos que Agilpack necesitará entre cinco y diez personas en los próximos años, y eso solo en las instalaciones en Navarra. También aspiramos a abrir delegaciones en otros países”, señala Alfaro.