Los tres científicos, que actualmente desarrollan su trabajo en el Centro de Investigación Médica Aplicada, CIMA, explican que la idea de crear Scratchaid surgió de forma conjunta tras realizar distintos cursos de emprendimiento, como el YUZZ Santander, el Diploma de la Escuela de Organización Industrial (EOI) y el Diploma de Gestión y Creación de Empresas Biotecnológicas, impulsado anualmente por la Facultad de Ciencias a la que pertenecen.
A partir de ahí, su iniciativa, explica Adrián, “consiste en el diseño, producción y comercialización de una pieza de laboratorio -un scraper celular- que mejora los tiempos empleados en la técnica actual, garantiza mayor reproducibilidad y todo ello con un menor coste”. Los investigadores disponen ya de un prototipo funcional que está dando muy buenos resultados, según confirman.
Entre las razones que sustentan esta propuesta cabe mencionar la necesidad de agilizar la ejecución de una técnica “bastante tediosa en el laboratorio”, añade Adrián. “Esto, sumado al fomento del emprendimiento que hemos recibido a través de los diplomas mencionados, hizo que nos decidiéramos a impulsar Scratchaid”
No obstante, este promotor añade que el propio Máster en Investigación Biomédica ha sido la plataforma que les ha permitido conocerse y formarse “de forma excelente en el trabajo diario del laboratorio, acceder al doctorado y descubrir en la poyata parcelas de mejora que no se habían explorado”.
Su plan con Scratchaid, a medio plazo, consiste en recaudar más financiación y cerrar los procesos de producción de una pequeña tirada de scrapers para testar qué acogida real tienen las piezas en el mercado internacional.
“Buscamos partners o industrializadores que puedan producir las piezas bajo unos estándares de esterilidad concretos y garanticen las certificaciones ISO necesarias. En este objetivo nos estamos apoyando mucho en la unidad de Emprendimiento de la Universidad de Navarra”, culmina los responsables de esta idea de negocio