Corría el año 1998 y la música retumbaba en los altavoces del bar No Problem, ubicado en los bajos del Edificio Singular. Detrás de la barra, Andoni Saez servía copas en sus primeros Sanfermines como camarero en Pamplona. No obstante, ya había regentado anteriormente dos locales en su Vitoria natal. Disfrutó tanto de aquellas noches en la capital navarra que decidió comprar el establecimiento y quedarse aquí a vivir.
Aunque estudió Electrónica, nunca ejerció de ello. Lo suyo siempre fue la hostelería. Él fue el encargado de dar un giro a la propuesta musical del No Problem, que pasó a llamarse Singular Pop. El techno y el house fueron sustituidos por éxitos ochenteros y conciertos. Allí también exploró su faceta como DJ.
Pero, en 2008, la Sociedad Iruña, propietaria del Café Iruña y el bar Subsuelo, le ofreció la posibilidad de alquilar este último. La dificultad de compatibilizar ambos negocios impulsó a Saez a vender el Singular Pop y centrarse de lleno en su nueva aventura junto a su socia, Ainhoa Cochero. Al principio, el establecimiento despuntó por acoger conciertos de artistas como Coque Malla, Mikel Erentxun o Barricada. Pero el verdadero boom llegó con el tardeo, una propuesta postpandemia para que la gente de su generación «volviera a salir de fiesta».
«Estoy muy orgulloso de la trayectoria que hemos forjado. A excepción de la crisis de 2011, hemos conseguido mantenernos muy arriba. Hace cuatro años apostamos por el tardeo cuando en Pamplona prácticamente no existía y, a día de hoy, es una pasada lo bien que funciona. Es más, tuvimos que dejar de hacer conciertos porque no dábamos abasto», detalla.
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PASIÓN POR LA NAVEGACIÓN
Con la pandemia le surgió otra oportunidad menos conocida por los pamploneses. Tras realizar una travesía en catamarán con sus amigos por las cristalinas aguas de Ibiza, decidió sacarse el título de Patrón de Embarcación. Un velero atracado en Hondarribia fue su compañero durante los siguientes cuatro años, hasta que, el pasado verano, decidió dar un paso más: «Comprar un barco era muy caro, así que empecé a valorar la posibilidad de planteármelo como una inversión. Contacté con varias empresas, sobre todo de la zona de Levante, que se dedican a gestionar tu embarcación y te aseguran cierta rentabilidad cada temporada al ofrecerla en alquiler para grupos privados».
![Andoni todavía pincha música de los 80 una vez al mes en Subsuelo.](https://navarracapital.es/wp-content/uploads/Andoni-Saez-gente-discoteca-Subsuelo-Pamplona.-3-02-2025.jpg)
Andoni todavía pincha música de la década de los 80 y los 90 una vez al mes en Subsuelo. (Foto: Sergio Martín)
Tras meses de búsqueda, encontró un catamarán con un año de antigüedad que encajaba con sus necesidades: un Bali Catspace de doce metros de eslora, siete de manga, cuatro dormitorios, cuatro baños y una zona con colchones en la cubierta, que había participado como embarcación oficial de seguimiento en la Copa América 2024. Así nació Pez Globo Charters, una empresa que hace un guiño a los orígenes de Andoni recordando el logotipo del No Problem, un pez sonriendo.
El siguiente reto fue encontrar una compañía que gestionara la embarcación mientras él no la ocupase para obtener así un rendimiento económico. La elegida fue Barcelona Sailing, una firma que permite alquilar solo por horas. «El hecho de que los clientes no pasen la noche en la embarcación asegura un deterioro menor, ya que el objetivo fundamental de este proyecto es que yo también pueda disfrutarlo. El fin es rentabilizar su compra en unos cuatro años, alcanzando entre un 10 y 15 % anual», detalla para apuntar que, simultáneamente, él también administrará una página web para gestionar reservas.
Por eso, en 2022, quiso obtener el título de Patrón de Yate, que le permite pilotar este tipo de barcos a más de 150 millas: «Es un catamarán de confort, no es para uso deportivo. Mi objetivo de cara al futuro es escaparme días sueltos a practicar y a conocer hasta el último recoveco para poder disfrutarlo este verano con mi familia. Y, a largo plazo, me animaré a subir hasta Cerdeña o haré viajes más largos».
Así, Andoni ha encontrado el equilibrio entre la paz que siente al navegar y el bullicio que acompaña a la noche. Eso sí, siempre con Depeche Mode y The Cure, sus grupos favoritos, sonando de fondo. «Cuando salí por primera vez con el velero de Hondarribia, apagué el motor, icé las velas y solo escuché silencio, el viento y el agua. Por eso me enganché. Vivir el mar desde dentro es una experiencia increíble y te permite acceder a sitios escondidos maravillosos”, concluye con la mirada perdida tras la barra de Subsuelo, seguramente anhelando volver a sentir pronto esa sensación de libertad.