¿Cómo recibe la familia la concesión a su padre de la mayor distinción de Navarra a título póstumo? ¿Ha sido una sorpresa?
Somos una famila deslocalizada. De los 5 hermanos uno está en este momento en Estados Unidos, otro en Uruguay y otra en Iparralde, pero supongo que, como para mí, será una alegría para todos.
¿Qué rasgos destacaría de la figura de su padre, como hombre y como político?
No podría separar los rasgos entre uno y otro; el hombre proyecta en el político lo que es en esencia. Y en este caso, mi padre fue un ejemplo de integridad, de inteligencia, ilusión y generosidad por mejorar la sociedad del momento.
¿Cree que los navarros de a pie son conscientes de lo que significó el Plan de Promoción Industrial que impulsaron su padre y Félix Huarte?
Ya han pasado muchos años, y supongo que estas cosas se olvidan o se desconocen. Como todo.
¿Se hace justicia con este reconocimiento?
Agradezco al Gobierno de Navarra que con esta distinción recuerde la contribución de mi padre, Miguel Javier Urmeneta -y la de Felix Huarte-, al despegue industrial de Navarra y por tanto a la mejora social en esos años. Es un ejemplo de cómo, por el bien de los ciudadanos, las diferencias políticas no impiden hacer política. Y política con mayúsculas.
¿Cómo hubiera recibido la noticia su padre?
Supongo que a mi padre le hubiera hecho también ilusión este reconocimiento, aunque se llevaría un disgusto tremendo viendo la mutación que ha sufrido la clase política y las entidades de ahorro, dos mundos en los que trabajó de manera intensa y en los que el bien común y la honestidad fueron la base de su gestión y de su forma de vivir.