En las vibrantes calles de La Habana, la salsa casino cobra vida al ritmo de trompetas y timbales, que retumban por las aceras empedradas y marcan el pulso de un baile que parece tener vida propia. Los bailarines se mueven con una energía contagiosa y una gracia natural. Los hombres, firmes y seguros, guían a las mujeres, que giran con ligereza sobre sus pies. Las caderas se mueven al son de la melodía, mientras las manos se entrelazan creando una conexión palpable. Las miradas cómplices transmiten una historia que transforma la escena en una clara celebración de la vida.
Esta imagen puede resultar lejana, pero está más cerca que nunca tras la apertura de Didara Dance Center, en el portal 93 de la Calle Larrazko en Ansoáin. Carol Maison, una pamplonesa de 31 años, e Isusko Alzate, un chantreano de 43, son los bailarines detrás de esta iniciativa.
Carol siempre sintió una conexión especial con el baile y su familia todavía la recuerda protagonizando espectáculos allí donde fuera. Disfruta tanto de este arte, que no lo considera un trabajo, sino una forma de expresión. Tras probar ritmos urbanos como el funky o el hip hop, a los diecisiete años decidió adentrarse en el mundo de la salsa.
Aunque no fue amor a primera vista, el tiempo y la formación le demostraron las inmensas posibilidades que le ofrecía este estilo: “La salsa cubana se apoya en orquestas con muchos instrumentos y es un poco más compleja, pero más rica. Al principio es difícil, pero, en cuanto profundizas, la exprimes y la disfrutas”. A pesar de su experiencia, cuando le propusieron impartir clases de esta modalidad, se dio cuenta de que necesitaba un compañero de baile para esa aventura.
En ese momento apareció Isuko, un conocido rapero con una trayectoria de más de veinte años en el mundo de la música. En 2008 viajó a Cuba y se enamoró de la estampa que encontró: “Vi a todo el mundo bailando, disfrutando de la música y me apasionó el ambiente que se formaba. Cuando volví a casa, sentí la necesidad imperiosa de aprender a bailar este estilo”.
UNA CRECIMIENTO EXPONENCIAL
Su trayectoria como pareja de baile se forjó de manera progresiva. Primero, se enfocaron en su propia formación, siempre con el objetivo de ofrecer el mejor aprendizaje a sus alumnos. Al poco tiempo, les surgió la oportunidad de impartir clases en un centro de Berrioplano, pero pronto se marcharon a la Rochapea, concretamente a la academia especializada en bailes urbanos, Catch Da Flow, donde han trabajado los últimos cinco años. “Allí tuvimos la oportunidad de crecer como profesionales en el ámbito de los ritmos latinos”, recalca Isusko.
La demanda fue creciendo y el espacio se quedó pequeño, por lo que en 2022 realizaron una reforma de ampliación en su sala. Sin embargo, esto no fue suficiente y la pareja se vio en la obligación de buscar algo más grande. “Encontramos este local de 200 metros cuadrados con espacios diáfanos que nos permitían construir dos salas. Además, la facilidad para aparcar en la zona fue determinante”, explica Maison.
Isusko y Carol son profesores de casino. La salsa cubana es su especialidad, junto con el folklore o los ritmos afrocubanos, desde el origen hasta la evolución. No obstante, también dominan la bachata, estilo que también imparten. Además, han contratado seis nuevos profesores para ampliar la oferta de la academia, que ya suma modalidades como Dancehall, Reggaeton, Heels, danza moderna, contemporáneo o pilates. Asimismo, hay opciones para todas las edades y niveles.
Los pamploneses aseguran que bailar hace más feliz a la gente, razón por la que animan a todo el mundo a probarlo. “A todo aquel que viene por voluntad propia, le cambia la vida, ya que genera otro tipo de relaciones que en su día a día es incapaz de formar. Las personas vienen a socializar, a evadirse de su vida cotidiana, a tener contacto físico con la gente, algo que provoca una liberación de endorfinas muy buena a nivel psicológico”, apunta el bailarín. Por su parte, Carol añade: “A nivel personal, bailar ofrece muchos beneficios cerebrales, psicológicos, físicos e incluso expresivos o comunicativos. También es una actividad muy bonita para hacer en pareja”.