martes, 1 abril 2025

Antonio Bazán: «Las lesiones me han acercado más a mis pacientes»

"Dentro de la medicina, quiero seguir aprendiendo. Y, de alguna manera, seguro que seguiré ligado al balonmano. Pero aún estoy viendo hasta qué punto puedo llevar a cabo las dos cosas". Antonio Bazán, de 25 años, quiere continuar en el Helvetia Anaitasuna. Ya suma nueve temporadas desde que se integró en sus filas. Tras superar el MIR y encadenar hasta cuatro lesiones graves en un año, afronta ahora un nuevo reto: compaginar la máxima categoría con su primer año de residencia. En el siguiente CapitalTest, ahonda en su carrera deportiva y en la labor que realiza en el Hospital Universitario de Navarra, donde trabaja en áreas como la rehabilitación de personas que sufren secuelas por el Covid-19.


Pamplona - 28 marzo, 2022 - 06:02

A veces, el jugador del Helvetia Anaitasuna se ve sorprendido cuando, en el hospital, alguno de sus pacientes lo reconoce: «Me hace ilusión. Eso genera un poco más de nexo y un ambiente más distendido». Dentro de la medicina, lo que más le gusta a Antonio Bazán es el trato con las personas. De igual forma, una de las sensaciones que más le llenan en la cancha es poder compartir experiencias y victorias con los compañeros del equipo.

El deportista navarro cumple su primer año dentro de la especialidad médica que eligió: la rehabilitación. Así, por ejemplo, vive de cerca las recuperaciones de pacientes que han sufrido el Covid-19. Una vocación que desarrolla en paralelo al balonmano porque «no es una actividad que genere muchos réditos a largo plazo y de la que se pueda vivir en un futuro». De ahí que «la mayoría de los jugadores estudien o trabajen para contar con otras opciones profesionales cuando acaben su trayectoria deportiva», explica en este CapitalTest.

1. Noveno año en la máxima categoría y acaba de empezar su primer año de residencia… ¿Cómo compagina ambos trabajos?
En julio empecé como residente de primer año. Estoy trabajando, pero en periodo formativo. He tenido suerte porque, desde que empecé la carrera, me han dado facilidades. En la universidad estudié con una beca para deportistas y en el club también me dan margen para poder seguir compaginando las dos cosas.

2. No obstante, es consciente de que tendrá que elegir en algún momento…
Soy consciente de que necesito seguir formándome para alcanzar mi mejor versión como médico. Pero, una vez más, este año me daba mucha pena dejar el deporte. Es más complicado para compaginar con las guardias y terminar la formación como médico residente porque las condiciones son más exigentes, pero lo hablé con el club y me dijeron que estaban dispuestos a darme esa flexibilidad. Se lo agradezco mucho. 

3. ¿Haber encadenado tantas lesiones la temporada pasada pudo influir en su decisión de seguir?
Puede ser porque fue un año complicado. Tuve una fractura en el esternón, otra en un dedo de la que me tuvieron que operar, también me rompí la nariz durante un partido y luego tuve otra en la fascia plantar. Me resultó muy difícil contar con continuidad en el juego. Y la verdad es que supuso una fisura en mi carrera y en mi crecimiento como jugador, aunque estas situaciones te enseñan otras cosas. 

4. ¿Por ejemplo? 
A nivel deportivo, primero te ayuda a tener un poco más de cabeza para saber reconocer cuándo vas al límite y cuándo hay que descansar. Y segundo, a tener paciencia y constancia. Son recuperaciones largas y tienes que mentalizarte, aprender a enfocarlo bien y estar motivado. Ahora valoras mucho más cuando te sientes bien y puedes participar.

5. ¿Y cómo llevó sufrir tantas lesiones siendo médico?
Por una parte, intentas recabar información de otros lados. Buscas todo tipo de opciones y preguntas a tu entorno más cercano y a tus compañeros cuál es el mejor tratamiento o cómo orientar la situación emocionalmente. También te toca ver a otras personas con esas patologías en las consultas o las guardias, que te hacen de espejo. A nivel profesional, creo que me ha acercado a los pacientes.

6. ¿Ha tenido que socorrer a algún compañero de la plantilla?
No me ha tocado hasta el momento porque tenemos un médico en el equipo que nos trata a todos. Pero, en ocasiones, sí me suelen preguntar dudas. 

«Nos pedían los test de antígenos obligatorios antes de los partidos y, a veces, me tocaba hacérselos a mis compañeros de equipo».

7. Pero sí ha echado un cable con los protocolos sanitarios…
Sí, sobre todo la temporada pasada. Nos pedían los test de antígenos obligatorios antes de los partidos y, a veces, me tocaba hacérselos a mis compañeros de equipo. También les hago test cuando alguien se encuentra mal, por ejemplo…

8. Ya lleva trece años disfrutando del balonmano. Todo empezó gracias a su vecino…
Así es, tras ver un partido suyo. Recuerdo que me llamó la atención la velocidad del juego y decidí apuntarme. Cuando lo probé, me terminó de enganchar. Solo tenía doce años y, a medida que iba jugando, me apegué más a este deporte y al grupo. Es muy entretenido y muy dinámico.

9. Y, un día, el Helvetia Anaitasuna llamó a su puerta…
Sí, fue algo progresivo. Primero pasé a jugar en categorías superiores en el Ardoi y fui a campeonatos de España con la selección navarra. El siguiente paso fueron las concentraciones con la selección española y, de ahí, entré en algún campeonato internacional. A los diecisiete años me llamó el Anaita. Empecé a compaginar entrenamientos con el segundo equipo y Asobal, así me fui haciendo un hueco en el primer equipo. La sensación era indescriptible, muy ilusionante.

10. Cuéntenos alguna experiencia que le haya marcado especialmente en el deporte…
Es difícil elegir una. Sobre todo los campeonatos del mundo y de Europa con la selección española, donde sacamos muy buenos resultados. En categoría júnior, conseguimos dos oros; y en juveniles, un bronce y varios cuartos puestos. También mi debut con la absoluta, que fue en Ciudad Real. Recuerdo el pabellón lleno de gente, fue muy bonito. Y cómo olvidar la final de Copa del Rey que jugamos en Pamplona con el Anaitasuna. También fue muy emocionante, estaba a rebosar y con la gente muy implicada.

11. Tras el esplendor del pasado, ¿cómo ve la Liga Asobal en la actualidad?
Creo que hay bastante nivel. Sí es cierto que hubo años donde se veían mucho dinero e inversiones. Entonces, Asobal era la mejor liga del mundo probablemente. Ahora, poco a poco, ha habido un éxodo de jugadores que todavía persiste. Pero aun así, creo que se apuesta mucho por la gente joven con mucho compromiso y se compite bien a nivel europeo.

12. La medicina es una tradición familiar…
Somos bastante poco originales (risas). Mi padre es médico, mis dos hermanas mayores también y mi hermana pequeña ha empezado ahora la carrera. Mi madre, además, es bióloga. A mí siempre me habían gustado las Ciencias de la Salud y era la opción que más me atraía. Me aceptaron en el examen previo y seguí. Fue por sensaciones.

13. ¿Por qué se decantó por la rehabilitación?
Es algo en lo que no profundicé mucho durante la carrera. Pero en el MIR, me empecé a interesar algo más por ella y también me hablaron muy bien al respecto. Es muy amplia y está interrelacionada con el mundo del deporte, tuve la nota suficiente y me dieron la plaza.

«Creo que hay bastante nivel en Asobal. Sí es cierto que hubo años donde se veían mucho dinero e inversiones. Entonces, probablemente era la mejor liga del mundo».

14. ¿Cuáles son las especialidades más solicitadas dentro de la medicina?
Generalmente, las que antes se quedan sin plazas son cardiología, dermatología, cirugía plástica. Luego también va fluctuando según modas.

15. Ahora, en su primer año de residencia, le toca rotar y ejercer diferentes labores…
En Virgen del Camino, estoy en la planta de UCI y la planta de Covid. En el Hospital Universitario de Navarra, con pacientes de Covid-19 y personas con lesiones medulares. Y también hago guardias en Urgencias, como cuatro o cinco al mes. Aquí te pueden tocar diferentes circuitos, leves, graves, respiratorio… Vas variando.

16. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido dentro de las funciones que desarrolla?
La parte de la rehabilitación neurológica me parece muy interesante.

17. ¿Y durante las guardias en Urgencias?
Hace tiempo que no me toca circuito respiratorio, pero me llamó la atención la cantidad de gente que todavía estaba sin vacunar. Cada uno es libre de tomar la decisión que crea, aunque por suerte la gente se va dando cuenta de la importancia de la vacunación y de lo importante que es para todos hacer uso de este recurso.

«Tanto en UCI como en planta, el objetivo es que el paciente, desde que está estable, empiece una rehabilitación y pueda recuperar poco a poco la capacidad funcional que tenía. Creo que se hace un abordaje espléndido a los pacientes».

18. Los efectos del Covid-19 todavía se están estudiando. ¿Cómo ayuda a los pacientes?
Al inicio de la pandemia, tras ver largos ingresos en los que la gente se quedaba muy debilitada, se creó un protocolo para abordar las secuelas. Ahora, tanto en UCI como en planta, el objetivo es que el paciente, desde que está estable, empiece una rehabilitación y pueda recuperar poco a poco la capacidad funcional que tenía previamente. Creo que en la UCI se hace un abordaje espléndido a los pacientes. Todo el mundo está muy concienciado, se ha depositado mucho esfuerzo y cada vez se adquiere más experiencia para que esas secuelas desaparezcan lo antes posible. 

19. ¿En qué consiste este trabajo?
Hacemos una valoración y decidimos el tratamiento, no solo de la propia patología del Covid-19, sino de todo lo que requiere el paciente para tratar de mejorar lo antes posible. Se hace un trabajo multidisciplinar entre todo el personal: medicina, enfermería, fisioterapia, logopedia, auxiliares, trabajo social… Comenzamos en el hospital y luego les vamos haciendo un seguimiento para que puedan continuar con la recuperación también desde casa. 

20. ¿Qué secuelas ve más a menudo en las personas que llegan a estar ingresadas?
Hay ingresos cortos y otros que pueden llegar hasta los cincuenta días. Si son prolongados y aunque el tratamiento en UCI les funcione, presentan los síntomas residuales que pueda dejar el propio virus (como insuficiencia respiratoria). Y, además, estar tanto tiempo encamados les debilita. El hecho de no moverse, propiciado del propio ingreso, trae síndromes de debilidad adquirida, desacondicionamiento, pérdidas de la capacidad funcional, debilidad muscular generalizada muy grande…

21. ¿Cómo están las UCI en este momento?
Se está realizando un trabajo muy importante de investigación para buscar nuevas alternativas y nueva información de cara a desenvolverse con eficiencia en problemas que antes no se conocían. Creo que, en ese sentido, los investigadores tienen mucho mérito y la situación está mejorando. Hay menos pacientes en la UCI y en planta. 

22. ¿Dónde se ve en el futuro y cuál considera que será ese punto de inflexión que le haga elegir entre balonmano y medicina?
Lo que tengo claro es que me gustaría seguir en Pamplona. Aquí aúno mis dos pasiones, el balonmano y la medicina, con todos mis seres queridos. Dentro de la medicina, quiero seguir experimentando y aprendiendo para dar el mejor servicio a las personas. Y, e
n cuanto al deporte, seguro que seguiré ligado a la actividad física. Pero aún estoy viendo hasta qué punto puedo llevar a cabo las dos cosas. De momento, ese punto no ha llegado e intentaré seguir con las dos. 

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