Las dificultades que ha sufrido Añuri, una de las empresas más emblemáticas del tejido industrial de nuestra región, parecen haber finalizado tras haber sido adquirida por un nuevo comprador, según anuncia la publicación especializada Alimarket.
Cabe recordar que el fabricante de estructuras metálicas de Añézcar declaró en 2013 el concurso de acreedores que, un año después, en 2014, lo levantó y se convirtió en un convenio que le ha permitido mantener su actividad hasta este último mes de julio cuando finalmente se ha concretado su compra definitiva por la constructora, también navarra, Inversiones Oicon, con sede en la localidad de Berrioplano.
La casualidad ha hecho que Oicon, compañía especializada en edificación industrial y logística y, a la sazón, antigua cliente de Añuri, se haya convertido al final en su salvadora de tal modo que, el nuevo consorcio amplía sus líneas de trabajo a la producción y comercialización de estructuras metálicas.
Según los extremos del acuerdo que cita en su información Alimarket, la nueva propietaria no solo ha adquirido todo el inmovilizado, esto es; la sede que la empresa ha tenido en Añézcar, en las proximidades de la Comarca de Pamplona y que cuenta con una superficie total de más de 25.000 metros cuadrados de los que 15.000 están edificados.
Igualmente se ha quedado con la marca, el fondo de comercio (donde destaca la construcción de unas naves industriales de 25.000 metros cuadrados para Cosentino en Almería) así como una plantilla formada por 51 trabajadores tras el último ERE aplicado y que afectó a 14 personas.
A partir de ahí, sus responsables han diseñado un plan de futuro para Añuri que, según dichas informaciones, giraría en torno a tres grandes medidas
- Inversión en maquinaria para modernizar el proceso productivo de la empresa
- Ampliación de capital de, al menos, 450.000 euros con el objetivo de inyectar liquidez a la empresa y;
- replanteamiento del plan de internacionalización de la compañía con salida del mercado portugués y búsqueda de mayor presencia y sinergias en los mercados francés e hispanoamericanos.
Añuri (Iruña al revés) se constituyó en el año 1962. A principios de la década de los 90 del siglo pasado se convirtió, lamentablemente, en foco de actualidad cuando uno de sus propietarios y fundadores, el industrial Adolfo Villoslada, fue secuestrado por la organización terrorista ETA y liberado, finalmente, tras 84 días de cautiverio y el pago de un rescate de 300 millones de pesetas de la época.
Desde entonces y hasta el acuerdo final con Oicon, la compañía había quedado en manos de la segunda generación que, entre otros hitos, consiguieron que la firma alcanzara en sus buenos tiempos (justo antes de la crisis) una facturación próxima a los 50 millones de euros.
Ahora se abre una nueva y, esperemos, fructífera etapa para la empresa.