Incluir los neuroderechos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos puede ayudar a garantizar “que las nuevas neurotecnologías y la inteligencia artificial se canalicen en beneficio de la humanidad”. Así lo ha asegurado en la Universidad de Navarra Rafael Yuste, catedrático de la Universidad de Columbia (EE.UU.) e ideólogo del proyecto BRAIN.
El experto impartió la VI ICS Lecture on Humanities and Social Sciences bajo el título ‘Las nuevas neurotecnologías y su impacto en la ciencia, medicina y sociedad’. La actividad fue organizada por el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, en el marco de las investigaciones que desarrolla el Grupo ‘Mente-Cerebro’.
“A través de proyectos internacionales se están inventando nuevos métodos para leer la actividad del cerebro y modificarla”, explicó. “Los interfaces cerebro-computadora cada vez son menos invasivas -añadió-, lo cual significa que se van a poder utilizar en más personas”.
Rafael Yuste apuntó que esta revolución tecnológica “va a cambiar las reglas del juego” y que, si bien por una parte “va a suponer un nuevo Renacimiento”, también “tiene muchas implicaciones sociales y éticas”, según enfatizó.
Rafael Yuste: “Los interfaces cerebro-computadora cada vez son menos invasivas, lo cual significa que se van a poder utilizar en más personas”.
El proyecto BRAIN (Brain Research through Advacing Innovative Neorotechnologies) propone desarrollar herramientas claves que nos permitirá estudiar en su totalidad el funcionamiento del cerebro humano y de animales de laboratorio. La propuesta para delinear el mapa cerebral fue presentada al Gobierno Federal, en específico a la Oficina de Ciencias y Tecnología de la Casa Blanca. Y así, en el discurso ante el Estado de la Unión de 2013, el entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció la adopción de este proyecto y la asignación de 100 millones de dólares para el año fiscal 2014. Es una iniciativa que el ex presidente consideró como el equivalente del Proyecto del Genoma Humano.
EVITAR DESIGUALDADES Y DISCRIMINACIÓN
Yuste representa a un grupo de investigadores y expertos internacionales e interdisciplinares que trata de añadir nuevas cláusulas a la Declaración Universal de los Derechos Humanos en relación con estos avances con el fin de “proteger a la ciudadanía de posibles abusos que puedan surgir tanto de las neurotecnologías como de la inteligencia artificial”, especificó.
En concreto ponen en valor cuatro pilares: privacidad mental, que se evite que los datos de la actividad mental se usen con fines comerciales; identidad personal, que el aumento las capacidades cognitivas no interfiera en la capacidad de decisión de las personas; el acceso equitativo a las tecnologías, con el fin de que no se generen desigualdades ni privilegios; y la protección frente a los sesgos y la discriminación de las minorías.
Rafael Yuste hizo estas declaraciones en el marco de la sexta edición de las ICS Lectures on Humanities and Social Sciences. Se trata de una serie de conferencias que el centro de investigación en humanidades y ciencias sociales de la Universidad de Navarra organiza con carácter anual. Impartidas por investigadores de prestigio internacional, tienen como objetivo presentar a la comunidad universitaria y la ciudadanía algunos de los temas que se investigan en los diferentes proyectos del ICS.
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