El Consejo de Administración de Canasa, la empresa pública participada por el Gobierno de España al 60% y el de Navarra al 40% que gestiona el Canal de Navarra, se reunió ayer en Madrid para tratar, entre otros asuntos, el estudio de alternativas para la construcción de la segunda fase de la infraestructura, con el objetivo de que se puedan valorar todas las posibilidades técnicas y que el proyecto resultante sea el más adecuado, desde el punto de vista técnico, económico y ambiental.
El documento ha tenido en cuenta, para su elaboración, el anteproyecto redactado y los estudios llevados a cabo por el Gobierno de Navarra.
La segunda fase del Canal de Navarra contempla la construcción de una infraestructura de transporte de unos 70 kilómetros de longitud y permitirá el abastecimiento de agua de boca de calidad a la Ribera de Navarra y la puesta en riego de hasta un máximo de 21.522 has.
El estudio de alternativas, desarrollado con un análisis multicriterio, analiza aspectos técnicos, económicos y ambientales, y plantea cinco opciones, cuatro de las cuales proponen el sistema de conducción por tubería soterrada y una de ellas, a cielo abierto. En su informe, la empresa adjudicataria descarta la solución a cielo abierto y la de conducción única soterrada, y se decanta por la propuesta de dos tuberías construidas en fases decaladas.
Las alternativas presentadas por la empresa adjudicataria serán analizadas por los miembros del Consejo de Administración, que tomarán la decisión definitiva en una próxima sesión del Consejo.
Con el desarrollo del proyecto de la Segunda Fase del Canal de Navarra se atenderán las demandas presentes y futuras de la Ribera de Navarra, tanto en el abastecimiento de agua de boca a poblaciones como en el regadío.