jueves, 12 diciembre 2024

Imagínatelo: Vamos a suponer que no estamos en esta coyuntura de crisis que hace que cualquier trabajo y sus condiciones sea como si te hubiera tocado la lotería. Trabajas en una empresa o por tu cuenta como autónomo o freelance. En la empresa o el proyecto profesional que tienes entre manos estás en periodo de pruebas y te ofrecen casi 2.000€ si abandonas, si lo dejas ¿Qué harías? ¿Cogerías el dinero? ¿Qué es lo que hace que permanezcamos, que luchemos en un trabajo independientemente de lo que se cobre y más allá de la actividad en sí? ¿Qué puede hacerse para potenciarlo desde los equipos directivos?

Esto planteado es lo que hace la empresa Zappos –comprada por Amazon- a todos sus empleados en periodo de prueba. Les da la opción de elegir irse, abandonar y cobrar 2.000 dólares, pero solo el 2% lo acepta. Esta empresa ha revolucionado el concepto de venta online de zapatos y es una de las que se ha convertido en referente al que se quiere ir a trabajar sin ser la que mejores salarios y proyección profesional ofrece. Ha logrado en pocos años establecer un modelo de funcionamiento en el que los empleados son los primeros fans de su trabajo y de la empresa. Una empresa donde la gente que trabaja es feliz.

Cómo lograr ser fan de tu propia empresa, de tu puesto de trabajo. Sin duda, un gran reto que nos podemos plantear. ¿Por dónde empezar? Lo que sí está claro es que aquellas empresas que cuidan y valoran su comunicación y lo llevan a la práctica están en mejor posición para conseguirlo. Siguiendo con el ejemplo de Zappos los dos pilares de la compañía son sus clientes y sus empleados y a ambos les otorga el mismo valor y dedicación. Con ambos se cuida al extremo la comunicación que forma parte de uno de los valores de lo que definen no como empresa sino como “familia”.

Merece la pena revisar los 10 valores que mueven y rigen el día a día de Zappos: su cultura, su marca y su manera de hacer estrategia de negocio. Entre ellos figuran el saber gestionar el cambio; perseguir crecer y aprender; divertirse; ser aventurero, creativo y de mente abierta; hacer más con menos; construir relaciones honestas con comunicación o ser humilde.

  • ¿Cuáles son tus valores como profesional? ¿Alguna vez lo has pensado?
  • ¿Cuáles son los valores de la empresa en la que trabajas? ¿Los sabes? ¿Se practican? ¿No tienes ni idea? ¿Hay unos pero no se reflejan en nada en el día a día?
  • ¿Están alineados tus valores con los del lugar donde trabajas? ¿O con el equipo de personas con las que colaboras y desarrollas proyectos?

15.10.2015 - FOTO INTERIOR. NATALIA SARALograr empleados motivados y comprometidos pasa por la comunicación. Por indicar algún aspecto que pocos, por no decir casi nadie, llevan a la práctica, en Zappos el nivel de transparencia comunicativa llega al extremo de que se hacen públicos los emails que se envían a los empleados, en concreto, a través del blog específico que tiene el CEO y los máximos directivos. Dicha información está colgada en abierto en el portal web. Algo que pone de manifiesto que casi todo lo que hace la compañía adquiere una vertiente pública social.

La buena atmósfera comunicativa se “respira” en el ambiente de esta organización, en la que se promueve un ambiente distendido y de diversión, se da libertad para ejercer la actividad, se trabaja por objetivos, el trabajador puede tomar sus propias decisiones sin una supervisión contante de la aprobación de su jefe directo, y se ofrece formación, asesoramiento, multitud de actividades extras lúdicas y culturales. Todo ello repercute en un mejor servicio al cliente, impulso del talento y empleados más productivos al ser y estar más felices.

El orgullo de pertenencia, la identificación con una cultura de empresa, y pasarlo bien haciendo lo que se hace y en el contexto en el que se hace es el mayor aliciente motivacional y de productividad que existe. Desde la Comunicación Interna deben trabajarse esos tres aspectos que también deben estar reflejados en la comunicación externa que se realice. El management en los entornos digitales de las empresas pasa por esta concepción.

Estamos inmersos en un nuevo escenario de la comunicación en el que el poder lo tiene el individuo y donde la comunicación se abre paso como algo consustancial en todos los procesos de gestión de las organizaciones. En concreto, la comunicación interna en este marco gana en importancia ya que el rol de los trabajadores como embajadores de la marca, del lugar donde trabajan, adquiere un mayor peso frente a otras décadas pasadas. En este marco se generan muchos retos y junto a más de 40 comunicadores de Latinoamérica y España he opinado sobre los desafíos de la Comunicación Interna para 2015 en la iniciativa Cultura Comunicativa de Maximiliano Bilella, uno de los coordinadores del foroen Twitter #DialogusCI.

Los tres grandes retos que las organizaciones tienen desde mi punto de vista en comunicación interna si desean que sus empleados se transformen en fans de su puesto de trabajo, al igual que ocurre en Zappos son:

1. IMPULSAR SU CONFIANZA: Si la calidad de la comunicación en el trabajo falla, si no es la idónea, mal se va porque no existe confianza y es necesario encontrar vías para restaurarla. Sin confianza no se puede mejorar el nivel de compromiso con la organización y ello sólo va a ser posible si se acerca la realidad de la organización a quienes trabajan en ella y si existe una actitud de cercanía al hacerlo.

2. CREAR CANALES Y ACTIVIDADES CON ENGAGEMENT: Los trabajadores no son un público más de los muchos stakeholders que tiene la organización: sobre este público se construye la base de la cultura comunicacional de la organización, son un ‘prosumer’ clave. Es necesario poner en marcha nuevos canales de comunicación interna y actividades que alimenten el sentimiento de pertenencia y orgullo, el engagement con el trabajador, y que faciliten la proyección de los valores y la ambición de la marca/empresa/organización. En este sentido, la utilización de las redes sociales internas, intranets y aplicaciones es algo fundamental y en expansión para facilitar el alinear a las personas con los objetivos de la empresa y hacerlos partícipes.

3. DIALOGAR Y ESCUCHARLES: Estamos en una sociedad de diálogo, las empresas tienen que dialogar y ese diálogo empieza primero con sus trabajadores. Para ello, deberán preocuparse por escucharlos de forma proactiva y establecer cauces que permitan esa escucha y puedan opinar. Desde encuestas que midan el compromiso de los empleados para con la empresa a la visión que tienen sobre sus productos y su futuro; a modos de incentivar y premiar las mejores sugerencias y actitud participativa.

Ir dando pasos en este sentido es ir en la buena dirección de invertir en crear organizaciones más saludables y más eficientes en las que la comunicación interna impulsa ecosistemas de trabajo donde el foco son las personas y su felicidad.

Natalia Sara

Asesora en Comunicación Estratégica y Gestión de Crisis

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