Desde el pasado 24 de Julio, los vigilantes del aeropuerto del Prat mantienen un conflicto abierto con su empresa EULEN, sociedad concesionaria de los servicios de seguridad en los filtros de pasajeros.
Hasta ahora, el problema, lejos de solucionarse, parece agravarse cada día un poco más y sus consecuencias también, ya que los intentos por llegar a una solución están resultando infructuosos.
Entre sus afectados nos encontramos, en primer lugar y como siempre, al usuario del servicio, en este caso el viajero, que se ha visto sometido a largas colas y retrasos en las diferentes terminales del aeropuerto.
En segundo lugar, las partes protagonistas quienes están siendo directamente perjudicadas en sus ingresos: la empresa por ser sancionada al no prestar el servicio adjudicado en los términos del concurso de AENA y; los trabajadores, que ven disminuido su salario con cada día que ejercen su derecho a la huelga, a lo que se añaden sanciones por no cumplir con los servicios mínimos.
Pero las consecuencias están llegando mucho más lejos: implicación de la Guardia Civil en labores de control de seguridad , rifi rafes políticos por la responsabilidad de las distintas administraciones involucradas, daños en la imagen de Cataluña, deslocalización del conflicto que parece extenderse a otros aeropuertos de España, etc, etc, etc…..
El modelo tradicional de negociación ya no funciona y debe ser sustituido por otro basado en la colaboración.
La solución negociada en los conflictos laborales, tanto colectivos como individuales, es una vía tradicionalmente utilizada y favorecida por el marco legal regulador de las relaciones laborales.
CAMBIO DE MODELO
Sin embargo, y a la vista de lo sucedido en el Prat, parece que el modelo tradicional de negociación en el que existen únicamente dos partes enfrentadas sentadas a la mesa de negociación, que defienden posiciones contrapuestas, ya no funciona.
La consecución de acuerdos según el modelo de negociación en el que una de las partes pierde y la otra gana o ambas pierden, no sirve. El modelo de negociación debe sustituirse por el modelo de colaboración.
Igualmente, y a la vista de lo que está sucediendo, tampoco parece idóneo recurrir a un arbitraje. Mucho menos si es impuesto, dado que las soluciones propuestas por el árbitro no han contentado a una parte ni a la otra, provocando el efecto contrario, han alejado las posiciones y han aumentado el conflicto.
Cada vez la situación parece más bloqueada y su solución más complicada.
Recurrir a un arbitraje tampoco es lo mejor puesto que los conflictos laborales del siglo XXI solo se pueden abordar desde una óptica ‘ganar-ganar’
Este ejemplo, tan de actualidad, como otros de los que podíamos echar mano, hace patente que se necesitan nuevos modelos y estrategias de abordar los conflictos laborales actuales.
Se hacen necesarios profesionales expertos en negociación por intereses y en mediación que desde la imparcialidad y neutralidad dinamicen y conduzcan a las partes en conflicto hacia el acuerdo, identificando los intereses comunes, las ventajas y, los beneficios que para todos ellos tiene alcanzar un acuerdo de forma rápida y satisfactoria.
PARTICIPACIÓN ABIERTA
Las empresas del siglo XXI, para resolver los conflictos laborales necesitan modelos basados en ganar-ganar. Un ganar-ganar que se extiende hacia otros implicados de manera colateral, afectados por la falta de solución. En este caso, estos efectos colaterales pueden ser tan tangibles como el usuario del aeropuerto, u otros más intangibles, pero de gran importancia, como el daño a la imagen turística de la ciudad.
En el proceso de resolución de conflictos dirigido por un experto en mediación, tanto los trabajadores como la empresa, podrán dimensionar y contextualizar correctamente las diferencias y las discrepancias entre ellos.
Trabajando de forma colaborativa, pueden invitar a participar a aquellos terceros que consideren que tienen algo que decir en el proceso (AENA, Gobierno, viajeros, etc) ya que las soluciones que se alcancen pueden afectarles. Identificarán los intereses comunes, y serán capaces de adoptar la mejor solución para todos, porque sin duda, todos ellos quieren alcanzar un acuerdo aunque ahora no sepan cómo hacerlo.
Amaya Sanz
Socia de Mediación Navarra, abogada y mediadora