viernes, 19 abril 2024

¿Cuáles son los pueblos más bonitos de Navarra?

¡Tenemos la respuesta! Si eres de esas personas que optan por quedarse en la Comunidad foral durante este próximo periodo vacacional, no te pierdas las propuestas que trae el blog especializado en turismo rural, TusCasasRurales.com. Descubre en este Vanity Capital los pueblos navarros más bonitos para visitar en Semana Santa. Eso sí: son todos los que están, pero no están todos los que son...


Pamplona - 2 abril, 2022 - 00:09

De izquierda a derecha, y de arriba a abajo: el pueblo de Olite, Ochagavía, Puente la Reina, Amaiur, Roncesvalles, Zugarramurdi, Artajona, Estella, Ujué, Burgui, Elizondo y Sangüesa. (Fotos: cedidas / TusCasasRurales.com)

Si tu plan para esta Semana Santa es hacer turismo local, no te pierdas los doce pueblos con mayor encanto de Navarra según el blog especializado en turismo rural, TusCasasRurales.com:

Olite

Es uno de los pueblos más recomendados para visitar dentro de la Comunidad foral. La silueta de su gran palacio cobija la ciudad y es un ejemplo destacado del gótico civil navarro y europeo. En la Edad Media, sirvió de sede real y alojamiento para los príncipes y princesas del Reyno, por lo que se puede considerar una lección de historia viva de nuestro país.

Visitar la localidad, recorrer las estrechas callejuelas y admirar las fachadas de piedra de sus casas solariegas, o contemplar las impresionantes iglesias como la de Santa María o las galerías medievales, son la escapada ideal para enriquecer tus conocimientos sobre historia. Y por supuesto, no puedes irte sin pasar por sus bodegas y degustar sus apreciados caldos. No en vano, Olite es considerada como una de las capitales del vino.


Ochagavía

Cuando llegas a este municipio del valle del Salazar tienes la sensación de estar ante una postal del Pirineo navarro. Este pueblo seduce al visitante por sus calles empedradas, sus viviendas de tejados empinados, la iglesia de piedra y el puente medieval que cruza su río. Visitar los palacios medievales de Urrutia, Iriarte y Donamaría, y las diferentes casas blasonadas de los siglos XVIII y XIX merece mucho la pena.

Ochagavía se encuentra a 764 metros de altitud en el mencionado valle pirenaico de Salazar. Por lo tanto, ofrece un inmenso paisaje de bosques de hayas y pinos, además de la confluencia de los ríos Zatoia y Anduña y la oportunidad de hacer esquí de travesía en sus proximidades.


Estella

Esta ciudad monumental románica nació al amparo del Camino de Santiago, y ya en el siglo XV era conocida como Estella la bella. Indudablemente, la localidad merece una visita para descubrir su extenso pasado histórico y cultural. Y tras la pateada, cobijarse en sus restaurantes resulta indiscutible. Degustarás los productos estrella de la gastronomía local (espárragos, pimientos del piquillo, gorrín asado) todos regados con deliciosos vinos Denominación de Origen Navarra y Rioja.


Puente la Reina

Esta villa medieval se encuentra a 24 kilómetros de Pamplona, y es uno de los lugares con más simbolismo compostelano del Reyno. Aquí se unen dos de las principales vías del Camino de Santiago, por lo que podrás ver continuamente a peregrinos en ruta hacia Santiago de Compostela. Merece la pena que prestes atención a alguna de las joyas arquitectónicas, como las iglesias del Crucifico, Santiago y San Pedro y el puente románico sobre el río Arga, uno de los más bellos de la ruta jacobea.


Amaiur

Nada más llegar a este pueblo, te recibirá un llamativo arco de entrada. Después, a medida que recorras sus calles irás descubriendo la magnífica fachada de color bermejo de su caserío, hecha de la piedra procedente de las canteras de Almándoz.

Entre las visitas obligadas de este pueblo, destacan el Palacio Arretxea, la Casa Arriada y, sobre todo, el molino rehabilitado que todavía sigue funcionando y que ofrece diversos productos relacionados con la harina. A la salida, merece la pena que te relajes y disfrutes del aire recorriendo el paseo que atraviesa la presa y llega al monolito del monte Gaztelu, donde se recuerda la resistencia del pueblo frente a la conquista de Navarra.


Artajona

Este pequeño pueblo se encuentra a poco más de 30 kilómetros de la capital. Su fortaleza medieval del siglo XI y su laberinto de calles estrechas y empedradas, junto con sus casas monumentales y sus palacios, te darán la sensación de haber retrocedido siglos en la historia de España. Pasear por Artajona es una verdadera lección de historia viva, en la que destacan sus palacios, la iglesia gótica de San Pedro y la basílica de Nuestra Señora de Jerusalén. De todos modos, su espacio más espectacular es el conjunto amurallado El Cerco, de origen medieval.


Ujué

La historia de este pueblo se remonta a la Edad de Bronce. Solamente con dar una vuelta por sus calles verás como el tiempo se detiene entre sus calles empedradas y sus edificios medievales. La iglesia (fortaleza) del pueblo combina el románico y el gótico en su construcción para ofrecer una arquitectura de máxima belleza. Tampoco puedes dejar de contemplar sus paisajes naturales, con vistas inigualables entre los Pirineos y la Ribera del Ebro. 


Roncesvalles

Muchos de los peregrinos que inician el Camino de Santiago deciden hacerlo en esta localidad del norte de Navarra. Uno de sus puntos de interés más importante es la Colegiata de Orreaga / Roncesvalles, un espacio de arquitectura medieval con una gran importancia histórica. Consagrada en el siglo XIII, es de gótico francés y su altar mayor tiene una talla gótica de madera revestida con plata. Después de visitar el pueblo y la Colegiata probar el queso tradicional de estas tierras resulta imprescindible.


Sangüesa

Esta pequeña localidad navarra es popular por formar parte del Camino de Santiago, y por su impresionante patrimonio arquitectónico. La portada de la iglesia de Santa María está considerada Monumento Nacional y es una de las cumbres del románico. De todos modos, no puedes dejar de pasear por las calles de la localidad para descubrir sus numerosos edificios civiles y religiosos, originarios de la época de gran esplendor medieval de la ciudad.


Zugarramurdi

Este lugar nos evoca tiempos de magia y aquelarres, y nos transporta a un escenario lleno de atractivo. El manto verde azulado de las montañas por las que pastan las vacas, y se pueden ver diversos caseríos aislados, ya es un motivo más que suficiente para viajar hasta aquí. Si te adentras en el pueblo podrás contemplar los antiguos caserones de la población, que le dan un aire entre romántico y decadente de gran belleza, sin olvidar la imponente construcción de la iglesia de la Asunción.

Cerca del pueblo se encuentra la famosa cueva de Zugarramurdi, donde se celebraban en la edad media los aquelarres o reuniones de brujas. Un lugar siniestro, imponente y majestuoso.


Elizondo

Este pueblo situado en el norte de Navarra es la capital del valle del Baztan. La combinación de un entorno natural de gran encanto y las casas señoriales, convierten a esta localidad en un escenario idílico donde se celebran diversas ferias y mercados. Los muros blancos, los tejados a dos aguas, los balcones de madera y el sillar rojizo de vanos y esquinas caracterizan el paisaje de las calles de Elizondo.


Burgui

Esta villa navarra es la puerta de entrada al valle del Roncal, y cuenta con un rico patrimonio histórico. El puente romano de la entrada del pueblo ya es, de por sí, una verdadera postal. Uno de sus atractivos es su senda de los oficios, un recorrido de unos 4 kilómetros en el que podrás encontrar la recreación de diversos oficios antiguos, como una carbonera, una calera o un aserradero antiguo.

Además, Burgui también destaca por su patrimonio natural. En su término se encuentra la reserva natural de la Foz de Burgui, donde habita una de las mayores colonias de buitres del continente.

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