“La sociedad actual es volátil, incierta, complicada y ambigua, lo que se conoce como el mundo VUCA (en inglés Volatility, Uncertainty, Complexity, Ambiguity). Un panorama en el que tienen que navegar las empresas con la inteligencia necesaria para adaptarse a los cambios, entendida ésta como la capacidad de incertidumbre que son capaces de soportar”.
Se trata de una de las principales reflexiones que ha realizado Marcos Urarte, experto en transformación de organizaciones y valorado entre los diez mejores Management de España, durante su intervención en la jornada “Nuevas organizaciones, nuevas conciliaciones”, celebrada en la planta de Caparroso de ROCKWOOL, dedicada a la producción de soluciones de aislamiento a base de lana de roca.
Un encuentro donde más de una veintena de directivos de recursos de empresas destacadas de Navarra han podido analizar la transformación cultural que sus compañías afrontan en estos momentos.
Urarte ha señalado que todas las épocas tienen momentos de cambio, pero que lo más característico del momento económico actual es la velocidad a la que se producen, así como la incertidumbre que genera y que puede llegar a ser más peligrosa que cualquier riesgo habitual en el mundo empresarial.
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Para ello, ha resaltado, hacen falta líderes que sepan gestionar el talento y la dualidad entre los modelos de trabajo tradicionales -más especializados- y los nuevos, enfocados a “crear futuro”. Sabiendo que esta dicotomía genera un conflicto entre intereses, el ponente ha subrayado que las líneas de ejecución de ambos proyectos deben ser paralelas. “No pueden competir por los recursos”.
En concreto, Marcos Urarte, ha descrito la figura del líder actual como una persona “inconformista, que analiza la situación desde fuera y desde dentro de la empresa, comprendiendo lo que ocurre acompañado de un equipo con talento para tomar decisiones arriesgadas”.
Porque “hecho es mejor que perfecto”, ha dicho el experto reproduciendo una frase del fundador de Facebook, Mark Zuckerberg. “Si una empresa no toma decisiones, el mercado y la competencia las tomará por ella. A largo plazo, son peores las decisiones que no se toman que las que se llevan a cabo porque, en el camino, siempre se aprende algo”, ha sentenciado.
EJEMPLARIDAD, FACTOR CLAVE
Más de una veintena de directivos de empresas navarras han podido analizar la transformación cultural de sus compañías.
En su exposición, el invitado ha insistido en el papel que juega en estos tiempos la hiperconectividad y los Millennials (jóvenes nacidos entre los años 1980 y 2000) y el que protagonizarán lo que él denomina “nativos digitales”. Recién nacidos y niños que, en unos años, solicitarán otro tipo de demandas a sus empresas.
En este aspecto, Urarte ha subrayado la importancia de la conciliación empresarial, desde un punto de vista más amplio del que conocemos, y el crecimiento de las firmas. “Una organización prospera al mismo nivel que lo hacen sus empleados, por lo que el líder tiene que aumentar ese grado de mediocridad”, refiriéndose a la media de calidad.
“Hecho es mejor que perfecto. Si una empresa no toma decisiones, la competencia las tomará por ella”.
“El resultado del trabajo de un equipo tiene que ser superior a la suma del que desarrollan sus miembros de forma individual”. Un incentivo que tiene que motivar el líder con determinación, visión de futuro, no ocultando la realidad ni los objetivos reales a sus subordinados, siendo ejemplar y mostrando un compromiso con el fin empresarial.
“Dirigir empresas es ilusionar personas”, ha dicho Urarte que ha concluido enfatizando la transcendencia que tiene mantener la empresa atractiva “para retener y atraer nuevos talentos”. 
ALGO MÁS QUE DINERO
En esta línea, Roberto Martínez, director de la Fundación Másfamila, ha tomado el relevo con una conferencia titulada “La conciliación como valor estratégico”.
Según Martínez, los empleados ya no solo buscan una remuneración económica a fin de mes, también demandan conciliación. “Tiempo libre y calidad de vida. Junto con los salarios, son los dos factores de retención y atracción del talento”. “Los directivos de recursos humanos tienen que tener paciencia con el cambio, y adaptarse, redefinir la relación laboral entre la empresa y los empleados”. Por ejemplo, ha expuesto, con contratos emocionales.
“La reputación y la responsabilidad social son dos aspectos que han incrementado su valor entre las plantillas”, ha calificado. La recompensa, el compromiso y la diversidad son tres factores que los directivos tienen que conjugar.
“Cada empleado es diferente y requiere una conciliación diferente. No tiene las mismas necesidades un trabajador a punto de jubilarse que otro que se estrena en el mundo laboral. Tenemos que atender sus demandas de forma individual”.
LA VISIÓN ROCKWOOL
Una adaptación que genera más carga de trabajo en estos departamentos pero que “merece la pena”, tal y como ha asegurado Marilú Vicente, directora de Recursos Humanos de ROCKWOOL, la primera empresa en Navarra que cuenta con el certificado Erf de conciliación.
“En 2007 nos planteamos cómo atraer al talento. La planta de Caparroso no parecía tan atractiva para posibles empleados como otras ubicadas cerca de Pamplona o Tudela, así que nos decidimos por implementar estas estrategias y funcionó”.
Según comentó, la conciliación fue un proceso complicado porque “es difícil implantar esto en un entorno industrial. Pero una vez conseguido, la satisfacción es plena. Llevamos diez años trabajando con Fundación Másfamilia y todos los empleados nos transmiten cada año que continuemos con esta herramienta de trabajo”, ha concluido Vicente antes de dar paso a una mesa redonda en la que se ha debatido cómo las empresas deben afrontar el relevo generacional.
