El primero de los sensores trabaja sin estar en contacto con la planta de tal forma que la información la capta a través de los conocidos como terahercios, uno de los rangos del espectro electromagnético situado entre las microondas y las ondas infrarrojas.
En palabras de Gonzaga Santesteban, profesor del departamento de Producción Agraria que ha liderado el proyecto VITICS, “los dispositivos emiten una señal y miden, a través de la tecnología de la reflectancia, qué proporción es devuelta por el tronco de la viña”. De esta manera, continua, “podemos comprobar el estado hídrico de la planta con una técnica que no se había utilizado hasta ahora con este enfoque”.
Por su parte, el segundo de los desarrollos se basa en un principio totalmente distinto. En este caso, se pretendía detectar, mediante sensores magnetoelásticos, los cambios que se producen a lo largo del día y de la noche en el tamaño del tronco o del sarmiento de la planta, es decir, indican cómo está creciendo la vid.
Las dos principales ventajas que VITICS representa sobre los clásicos dendrómetros que utilizan algunas bodegas son:
- que se trata de una tecnología diferente que permite abaratar los costes y,
- que estamos ante unos desarrollos flexibles que no solo cubren el tronco sino que, también pueden situarse en distintas partes de la vid, como por ejemplo, en el racimo
Los resultados de este desarrollo han sido publicados en las revistas “Frontiers in Plant Science” y “Journal of Infrared, Millimeter and Terahertz Waves”