jueves, 12 diciembre 2024

Un drone avistando un zona agrícola.

Un drone avistando un zona agrícola.

Quizás lo hayan visto volar alguna vez. Son pequeños aparatos, similares a las aves, y con la ayuda de varias élices recogen datos desde la altura. Se llaman “drones” y sus posibilidades son infinitas.

Pueden, por ejemplo, inspeccionar un puente sobre un río. Meter una maquinaría costaría alrededor de 30.000 euros y todo un día para revisar; trabajo que a un drone le resultaría mucho más sencillo. Lo mismo ocurre en los levantamientos topográficos. Lo que a un topógrafo le lleva horas, un drone lo hace en tan sólo 14 minutos; tiempo en el que recoge más de 9 millones de datos, algo inalcanzable para el ser humano.

Hace más de dos años que Alain Zabalegui viene observando las capacidades de los drones. En ese tiempo, sin embargo, también ha sido consciente de que “sacar un proyecto de drones solo es imposible”. Es entonces cuando encontró a Iñaki Sarasola y juntos empezaron a construir Technidrone. Una empresa creada hace menos de un año y dedicada al asesoramiento, mantenimiento y fabricación de drones.

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Uno de los prototipos de Technidrone.

La apuesta está dando resultados inmediatos. En este 2014 ya han ganado dos premios importantes: el de Acción Impulso Emprendedor,  apadrinados por el Grupo Correos, así como el galardón de Vivero de Emprendedores de la obra social de la CAI y Grupo San Valero.

Premios que Sarasola, coordinador de Technidrone, reconoce “nos han dado credibilidad y nos han permitido darnos a conocer”. Gracias a estos premios han podido entrar en contacto con varias “business angels” (un particular, persona física o jurídica, que aporta dinero). Han participado, además, en la South Summit de Madrid e intervendrán, como ponentes, en el Congreso Nacional de Medioambiente.

NORMATIVA

El éxito de Technidrone avanza a un ritmo mayor, incluso, que la normativa establecida. Los premios los lograron antes de que el Gobierno español sacara, el pasado 5 de julio, la ley con la que se regula de forma temporal el uso de drones en España. “Se trata de una ley transitoria para salir del paso, porque se estaba regulando con una normativa de los años 50”, explica Sarasola.

Dicha normativa trata de controlar el uso de las operaciones de carácter comercial y civil con aeronaves pilotadas por control remoto o drones (RPAS), cuyo peso no supere los 150 kg. En el documento se especifican las condiciones en las que se pueden realizar los trabajos técnicos y científicos, tales como la grabación aérea, fotografía aérea, vigilancia, etc. Se especifica el tipo de drone, el espacio aéreo, la seguridad y, también, el carnet de piloto drone. Se necesita ser un piloto homologado por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) o SENASA, entre otros, para poder pilotar este tipo de aparatos.

Los núcleos urbanos son los espacios que más ambigüedad siguen generando al respecto, pero desde Technidrone confían en que todo quede bien determinado con la Directiva Europea que saldrá en 2015 y que servirá para regular al sector. “Veremos qué pasa, si se liberaliza más o menos”, se pregunta Sarasola.

DESCONOCIMIENTO

Escasa normativa y absoluta falta de información y formación sobre los drones. Desde Technidrone asesoran a las empresas para recomendarles “qué posibilidades tienen los drones para cada caso particular, por el tener por tener no tiene sentido; alguien tiene que enfocar qué necesidades existen y cómo cubrirlas” explica Sarasola.

Hay personas, añade Alain Zabalegui, resposnsable del área tecnológica de Technidrone, que venden los drones “como una cienciología aeronáutica oscura; nosotros, sin embargo, apostamos por ir con la verdad por delante, dar un servicio y asesoramiento a precio real de mercado”. Se trata, en definitiva, aseguran, de priorizar el trabajo serio de calidad, para fidelizar al cliente.

SINERGIAS

Bajo el convencimiento de que “solos no vamos a ninguna parte”, Technidrone ha unido fuerzas con otra start-up, Red Ideya. Se trata de un grupo de arquitectos e ingenieros de medioambiente y sostenibilidad con el que han visto muchas oportunidades de negocio enfocadas, entre otras, a la eficiencia energética. “Nosotros tenemos la tecnología y ellos tienen el conocimiento para darle utilidad esa información” señala Sarasola. Los primeros proyectos ya están en estudio.

Technidrone estudia cómo los drones pueden ayudar a controlar la eficiencia energética, midiendo las zonas en las que más calor se pierde o más humedad existe, por ejemplo, en una nave industrial, empresa o vivienda particular. Estudian también cómo controlar los vertidos en los ríos, para ver si se contamina o no, o diseñar sensores de medición de calidad del aire.

Las posibilidad son infinitas y el camino no ha hecho más que empezar.

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