El Gobierno de Navarra, a través de la vicepresidencia de Derechos Sociales; y los agentes económicos y sociales: Confederación de Empresarios de Navarra (CEN), Unión General de Trabajadores (UGT), Comisiones Obreras (CCOO) y Confederación Empresarial de la Economía Social (CEPES) han aprobado el Plan de Políticas Activas de Empleo 2017-2020 que contempla una inversión en la materia de 188 millones de euros en los próximos cuatro años. El sindicato LAB se ha posicionado en contra.
El vicepresidente Miguel Laparra ha mostrado su “profunda satisfacción” por el acuerdo, porque “supone un paso de gigante en la aprobación del futuro Plan de Empleo, de forma consensuada entre los principales agentes económicos y sociales. Además, demuestra el compromiso unánime de reforzar las políticas de empleo y dar respuesta a la principal preocupación de este Gobierno y de la sociedad en general, como es el desempleo”.
El documento mantiene las grandes líneas con las que se venía trabajando desde septiembre del año pasado para crear en Navarra “más y mejor empleo”, mejorar la empleabilidad de la población activa y favorecer la igualdad de oportunidades y la inclusión sociolaboral.
Fruto de la participación mantenida en el seno del Consejo de Gobierno del Servicio Navarro de Empleo (SNE), el Plan aprobado prioriza los estímulos a la iniciativa empresarial, especialmente a la de alto valor añadido. Asimismo, centrará esfuerzos en la lucha contra el desempleo de larga duración en mayores de 55 años y el paro juvenil, introduce la necesidad de dar respuesta el empleo precario y reconoce y refuerza la gestión pública del SNE.
El Consejo de Gobierno ha conocido las previsiones presupuestarias, que contemplan tanto un incremento general de las partidas afectadas por el Plan como por persona desempleada. En 2015 el gasto fue de 38,2 millones (43.140 personas desempleadas). Evolucionará hasta los 44,7 de 2017; 46,5 de 2018; 47,7 de 2019; y 49,2 de 2020.
De esta forma, se pasará de los 887,19 euros por persona desempleada a los 1.670,32 euros en un escenario ya por debajo de las 30.000 (en torno a 29.500 en diciembre de 2020 si la bajada del paro evoluciona al ritmo actual), por lo que el incremento presupuestario por persona desempleada sería del 88,27%, según la última proyección del Observatorio de la Realidad Social conforme al ritmo actual de disminución del desempleo.
En concreto, para 2018, el presupuesto es de 46,49 millones, de los cuales 18 serían para mejora de la empleabilidad (orientación, formación de personas desempleadas y ocupadas), Escuelas Taller, Programas Integrados, etc; 17,5 para inserción (Centros Especiales de Empleo, Empresas de Inserción, contratación en Entidades Locales y otros programas), 7,9 para fomento del empleo (incentivos a la contratación de jóvenes, perceptores de Renta Garantizada, promoción del autoempleo o promoción de la Economía Social) y 3 para el proceso de modernización del SNE (equipamiento de Iturrondo, aplicaciones técnicas, etc).
EMPLEO Y EMPRESA
El Plan destaca en su introducción que el empleo lo generan las empresas cuando disponen de recursos, motivo por el que será un foco de actuación prioritario. Para la mejora de la competitividad, el Plan atenderá el capital humano que integra las empresas y proyectos emprendedores o de autoempleo, especialmente en sectores emergentes, en todos sus niveles, también en puestos estratégicos para la pymes.
También se refuerzan las medidas tendentes a reconocer la influencia de la Economía Social en el incremento del empleo (incorporación de socios, crecimiento empresarial, internacionalización, emprendimiento, formación, inserción laboral de colectivos (discapacidad, exclusión, empleo juvenil).
DESEMPLEO Y EMPLEO PRECARIO
El Plan reforzará las medidas de lucha contra el desempleo de larga duración en mayores de 55 años y el paro juvenil . Habrá una apuesta por programas con mejores resultados (programas mixtos de formación y empleo o itinerarios de empleabilidad).
Asimismo, introduce la necesidad de dar respuesta el empleo precario. Para ello, el SNE-NL trabajará para que los programas de mejora de la empleabilidad (orientación – itinerarios personalizados con tutorización y aprendizaje permanente) lleguen a más personas ocupadas con baja cualificación o con empleos precarios