“Hay estudios que demuestran que, además de ser un elemento estético y decorativo, las plantas purifican el ambiente donde hay gente trabajando”, señala Ygnacio Guillén, quien añade que, además, “hacen que el espacio sea más acogedor y agradable, acerca la naturaleza al puesto de trabajo y eso tiene efectos positivos en el rendimiento laboral”. Quizás esas son las razones por las que “poner verde en un espacio de trabajo es una tendencia total, pero a nivel mundial”.
Advierte que no vale cualquier planta para cualquier lugar, “hay que adecuar la decoración vegetal al estilo de cada oficina, no es lo mismo una clásica que otra más moderna o funcional, tampoco sirve lo mismo para un lugar oscuro que para uno muy luminoso y hay que tener en cuenta cuando hay grandes cambios de temperatura, cuando se apaga la calefacción al finalizar la jornada”. Pero en cualquier caso hay soluciones para todos.
Lo más habitual son las plantas naturales con jardineras autorregables, que cuentan con depósito que únicamente debe llenarse 3 o 4 veces al año del que la planta absorbe el agua que necesita, sin otro mantenimiento. La oferta es infinita, desde pequeñas plantas hasta arbustivas, con y sin flores, colgantes, cactus… “Ahora están muy de moda los jardines verticales, naturales, con riego hidropónico con agua y nutrientes, o preservados, por ejemplo de musgo deshidratado, que no necesita mantenimiento y son de larga duración”, señala Ygnacio Guillén, que ha utilizado estos recursos en oficinas de la Caja Rural y en el restaurante Veranda del Hotel Castillo de Gorráiz.
Otra opción son las “flores quincenales, las llamamos así aunque también puede ser semanales”. Guillén lleva a empresas, o locales de hostelería y hoteles, un jarrón con flores frescas que retira al cabo de una semana o dos para sustituirlas por flores nuevas con un jarrón diferente: “Un ramo de flores frescas transmite vida, lo que no sucede con un cuadro o cualquier otro adorno, expresan sentimientos de sensibilidad y amor por la naturaleza. Quien acude a un restaurante con flores que ve que se renuevan piensa si las cuidan así, también me cuidarán a mí como cliente”, razona Ygnacio Guillén.
Y no hay que descartar, todo lo contrario, las plantas artificiales: “Tenemos las mejores del mundo, nada que ver con las que había antes que no podían disimular que no eran naturales. Las actuales son imitaciones tan buenas que dan el pego perfectamente, incluso hay quien no se da cuenta aunque las toque”. Son las más adecuadas para un espacio con poca luz o donde no puedan ser mantenidas, “y combinarlas con naturales es la mejor solución en espacios que tengan puntos de mucha y poca luz, por ejemplo en la hostelería”. Es la opción que Guillén eligió para el restaurante Mixtura, de Huarte, cuando le encargaron la ornamentación vegetal: “Además tienen la ventaja de la limpieza, no se te va a derramar tierra ni agua, y de la perdurabilidad, son para siempre”.
Además se recurre a las flores y plantas cuando se quiere hacer un regalo de empresa diferente, que se puede acompañar de otros productos -bombones, por ejemplo- casi como si fuera una cesta navideña. Y cuando se produce un nacimiento, o un fallecimiento, en el entorno de una empresa, Guillén también prepara y envía el ramo o centro de flores más adecuado.
¿Es una moda pasajera la llamada oficina verde? El florista no lo cree: “Ha pasado a ser casi una necesidad. En los años 70 y 80 lo habitual era tener plantas y flores en las casas y no tanto en oficinas y centros de trabajo, donde llegaron más tarde, pero con la crisis bajó mucho la demanda. Ahora, desde hace unos cinco años vivimos un verdadero boom, el verde está superdemoda en restaurantes, siguiendo la tendencia del Amazónico de Madrid, y en las oficinas, espacios públicos…”.