El Gobierno de Navarra ha acordado la concesión de la Medalla de Oro de Navarra 2014, a título póstumo y conjuntamente, a Félix Huarte y Miguel Javier Urmeneta. Ambos fueron los impulsores del Programa de Promoción Industrial que, desde su inicio, hace ahora cincuenta años, y hasta 1975, logró la creación o ampliación de 200 empresas, que generaron cerca de 20.000 nuevos empleos y una inversión de 12.000 millones de pesetas.
El impulso propiciado por este programa “constituye la base esencial para el desarrollo de Navarra y ha contribuido decisivamente a alcanzar el nivel de progreso y bienestar del que hoy disfrutamos”, se indica en el Decreto de concesión del premio, en el que se destaca cómo la implicación personal del vicepresidente Félix Huarte y el diputado Miguel Javier Urmeneta “constituyen un gran ejemplo y un modelo de visión, de iniciativa y de actuación”.
El acuerdo contempla que serán los herederos de Huarte y Urmeneta, los encargados de recoger el galardón el próximo 3 de diciembre, Día de Navarra.
PROGRAMA PROMOCIÓN INDUSTRIAL
El PPI fue aprobado por la Diputación Foral en 1964, tras la llegada de los dos nuevos diputados por Pamplona, Félix Huarte, que sería vicepresidente, y Miguel Javier Urmeneta. Ambos fueron los promotores de esta iniciativa para propiciar el despegue industrial de Navarra -que había quedado fuera de los polos de desarrollo diseñados por el Estado-, cómo única vía para mejorar las condiciones de vida de los navarros.
Los objetivos concretos de la iniciativa eran los siguientes: evitar la emigración de la población navarra, lograr una expansión industrial equilibrada en todo el territorio foral, aprovechar al máximo el uso de los recursos naturales de Navarra (potenciar la producción agrícola, ganadera y forestal), crear puestos de trabajo para mano de obra cualificada, técnicos y titulados navarros, movilizar el ahorro y recursos financieros autóctonos y atraer capitales foráneos.
El programa se sustentó en la capacidad foral de ofrecer subvenciones y exenciones fiscales a la creación o ampliación de empresas (los beneficios alcanzaban a proyectos a partir de un millón de pesetas de inversión y creación de 10 empleos). Estas ayudas se complementaron con un plan de inversiones públicas en materia de comunicaciones, polígonos industriales, formación profesional, etc.
Según los datos correspondientes al periodo 1964-75, se acogieron al PPI un total de 207 proyectos empresariales, que posibilitaron la creación de 19.167 puestos de trabajo. Las inversiones ascendieron a 12.022 millones de pesetas.
Por sectores, destacan las actividades metalúrgicas y, dentro de ellas, la construcción y reparación de maquinaria y material de transporte, así como el de alimentación y madera. Entre todos ellos, suman el 60% de las empresas incluidas en el programa.
En lo que se refiere al lugar de implantación, se crearon 14 polígonos industriales repartidos por todo el territorio foral. No obstante, destaca la importancia de Pamplona, que absorbió el 50,7% de las inversiones y el 37,6% del empleo generado, seguido de la Ribera (20,7% de inversión y y 25,1% de empleo), el resto de zonas presentan porcentajes similares cercanos al 10%, excepto la Montaña que posee índices inferiores.
Da cuenta de la buena acogida de la iniciativa, el hecho de que en 1965, al año siguiente a su implantación, solicitaron ayudas un total de 157 proyectos, de los que 80 correspondieron a nuevas empresas y 77 a ampliaciones de ya existentes.