Los técnicos de las sociedades públicas INTIA y NILSA inician su informe reconociendo la ‘mala calidad’ del agua en la Ribera de Navarra que, achacan, “a las fuentes de suministro”, entre las que sitúan el río Ebro-Canal de Lodosa, el Imperial y aguas de pozo
Para paliar esa deficiencia, “la alternativa más recomendable”, en su opinión, “sería sustituir estos suministros por agua de calidad de Itoiz, manteniendo el actual suministro de Yesa para Arguedas, Valtierra y Cadreita, y los pozos para el polígono industrial de Buñuel“, añaden.
En vista de esa necesidad y dada la propuesta planteada, el vicepresidente foral, Manu Ayerdi, considera que el Ejecutivo navarro “tiene la responsabilidad de garantizar el consumo de agua de boca de calidad a todos los navarros”, tal y como expresa en el siguiente vídeo.
La solución planteada desde el Gobierno de Navarra, a instancias de los datos ofrecidos por INTIA y NILSA, la ha desgranado la consejera Isabel Elizalde y consiste en trasladar el agua de Itoiz con una dotación de 6.400 metros cúbicos por hectárea para atender una extensión de hasta 15.300 hectáreas de regadío.
Es el método de traslado donde ha surgido la principal novedad ya que el Ejecutivo autonómico defiende el soterramiento frente a la fórmula del canal a cielo abierto desarrollada hasta ahora. Entre sus argumentos, su menor coste medioambiental y, también, económico “hasta un 40% menos que el ha supuesto hasta la fecha el desarrollo del Canal de Navarra”, ha comentado Elizalde.
No obstante, el vicepresidente y la consejera han querido insistir en que se trata de una propuesta que deberá concretarse en virtud de factores como
- los recursos disponibles
- la posición que adopten los futuros usuarios
- la concreción definitiva de hectáreas que se verán afectadas
- la mejora del modelo económico
- el planteamiento de financiación que se realice
- las variables posibles de zonas regables
- o la adaptación al cambio climático.
PLAN DE TRABAJO
Teniendo en cuenta todos estos compromisos, desde el Gobierno de Navarra se ha considerado clave empezar a trabajar en este desarrollo de inmediato
Por ello, como primera medida, convocarán a los presidentes de las comunidades de regantes incluidas en la zona regable de la segunda fase para presentar los resultados y el plan de trabajo de tal forma que, en julio de 2017, “tengamos un dibujo preciso de los compromisos asumidos por las mancomunidades y las comunidades de regantes”, ha señalado Elizalde.
En todo caso, la solución final deberá ser consensuada y acordada en CANASA, una vez conocidas tanto la posición de las comunidades de regantes como la fórmula para asegurar la viabilidad de la entidad, que pasa por definir el trazado definitivo, presupuesto del proyecto, planteamiento tarifario, ajuste de las concesiones, y financiación de las actuaciones.
“Existe por parte del Gobierno de Navarra un planteamiento financiero que implicaría el compromiso del Estado y que trasladaremos en las próximas reuniones previstas al efecto”, han sentenciado Ayerdi y Elizalde