Las encimeras de muchas cocinas tienen un pequeño botón. Si lo pulsas, se iluminan. Pero, para que esas “lucecitas” se enciendan, su sensor debe detectar primero la tinta transparente con la que se fabrican. Lo mismo sucede, por ejemplo, con aquellos teclados de ordenador que irradian algo de luz. Pero el problema de esta tinta transparente es, precisamente, que su invisibilidad la convierte en una sustancia muy difícil de reconocer, de modo que la fabricación de artículos que la contienen se torna especialmente compleja.
Por eso, la cooperativa de Villatuerta Embega, con la mirada puesta en la innovación, busca una solución para este problema. Y lo hace junto a la firma tudelana Vision Quality, una startup dedicada a la fabricación de sistemas de inspección mediante la Inteligencia Artificial (IA). Recientemente, ambas compañías han unido fuerzas para desarrollar un proyecto de I+D que fusiona algunas de sus respectivas especialidades: la serigrafía funcional y la visión artificial.
Imprimir circuitos electrónicos sobre diferentes tipos de sustratos, normalmente plásticos, es una de las áreas de trabajo de la cooperativa. A veces, esos sustratos son transparentes, por lo que trabajar con tinta que tampoco es perceptible para el ojo humano dificulta el proceso. «Detrás de esa encimera que se ilumina, hay un sensor que hacemos en Embega y que usa esas tintas transparentes que detectan que tú has puesto el dedo sobre un botón. A la hora de fabricar, muchas veces tenemos que rechazar piezas porque, como imprimimos tintas que son transparentes, hasta que no hacemos el control eléctrico con el producto ya terminado no nos damos cuenta de que la impresión no ha sido correcta», explica a Navarra Capital Javier Pérez, director comercial y de I+D en la cooperativa navarra.
Este «sistema de caracterización» permitirá ver y cualificar piezas que no son visibles para el ojo humano. Ahí es donde entra en juego la tudelana Vision Quality. «Este mecanismo dirá si hemos depositado bien la tinta transparente, con la cantidad correcta y de qué manera debemos colocarla. Hasta ahora hacíamos controles estadísticos y utilizábamos luces indirectas para tratar de percibir errores en las impresiones, pero es algo muy difícil de ver», apostilla Pérez tras remarcar que esta iniciativa, todavía en fase de investigación, se centrará sobre todo en la automoción y el sector de los electrodomésticos.
APLICACIÓN EN LA SALUD
Pero el proyecto va aún más allá. Tanto es así que sus impulsores esperan adentrarse también en el ámbito de la salud. Los electrocardiogramas son herramientas que miden la actividad eléctrica de un corazón a través de pegatinas que se posicionan en el pecho y en la espalda de una persona, y son capaces de detectar anomalías. Embega está trabajando para diseñar un chaleco de electrodos capaz de crear un mapa 3D del corazón, que revelará arritmias y otras patologías.
«Para mejorar la conductividad entre esos electrodos, hay que dosificar una especie de hidrogel transparente. Esta sustancia ayuda a que el contacto entre piel y electrodo sea mejor», precisa Pérez para añadir acto seguido que ahí es donde entrará en juego la visión artificial de Vision Quality, revelando con su tecnología cuánta cantidad se va administrando a cada electrodo.
Asier Toledano, director general de la cooperativa, se muestra ilusionado con la iniciativa, que ya está en marcha: «Habíamos trabajado con Vision Quality y es interesante que colaboremos en esto, llevando su IA a nuestras tintas transparentes». Palabras que reafirma Alfredo Ferrer, CEO de la startup, quien agrega que la investigación se prolongará hasta 2025.