El Atlético de Madrid visitaba El Sadar. Era una fría noche de febrero de 2014. Es posible que los del Cholo Simeone pagaran el esfuerzo de haber derrotado al AC Milan en San Siro unos días antes, pero el caso es que Osasuna ganó 3-0 gracias a los tantos de Álvaro Cejudo, Emiliano Armenteros y Roberto Torres. Mientras la grada rojilla enloquecía con cada tanto, la realización televisiva aprovechó para enfocar a tres jóvenes que agitaban sus camisetas con el torso descubierto, ajenos a las bajas temperaturas. Nuestro protagonista era uno de ellos.
El pamplonés Diego Alonso, de 27 años, no recuerda si despertó con una pulmonía al día siguiente. En cambio, sí guarda aquel gol de Cejudo como uno de los más especiales de su vida, ya que sirvió para derrotar a un Atlético de Madrid que, unos meses más tarde, sería campeón de Liga dieciocho años después. Puede que sea una de las hazañas por las que Diego admira tanto a Simeone. “Tiene sus carencias, como todos, pero me gusta su manera de arengar no solo a sus jugadores, sino a toda la afición”, explica a Capital Sport el actual entrenador de juveniles de la Rotxapea CD, el equipo del barrio que lo vio crecer.
Diego “fichó” por su primer equipo al iniciar la Educación Primaria, después de que su madre, María Ángeles Irañeta, plantara en él la semilla del deporte rey. “Estudiaba en Irabia y entré en el equipo de Fútbol 8 con seis años. Allí competía con chicos mayores que yo”, rememora para añadir acto seguido que uno de sus socios favoritos sobre la cancha era Miguel Olavide, exjugador de Osasuna. Junto a él se proclamó campeón del Campeonato de Navarra de Fútbol Sala antes de que este último fichara por el conjunto rojillo.
“Prefiero coger experiencia antes de dar el paso a categorías superiores y demostrarme a mí mismo que valgo para entrenar”
En la actualidad, todavía se están confeccionando las plantillas de benjamines, y Diego ya se plantea volver a Irabia para “echar una mano” desde el banquillo en sus ratos libres. “Son edades en la que la formación personal es más importante que la futbolística. Deben aprender los valores del deporte”, subraya.
Es entrenador de juveniles en el barrio desde hace solo unas semanas, aunque lleva a cargo de diferentes equipos desde que estudiaba Periodismo en la Universidad de Navarra. Su amigo Carlos Bañales le convenció para entrenar juntos en el Colegio Larraona. “Con la tontería, llevo casi diez años entrenando a chavales”, resalta. Hoy, sus pupilos rondan la mayoría de edad, y posee los títulos de entrenador UEFA C y UEFA B tras recibir clases de Gorka Chocarro y Pablo Rota, del área de Metodología en Osasuna; Ángel Alcalde, director de Tajonar; o Gorka Araiz, entrenador del CD Lerinés.
“Este es mi primer año fuera del fútbol formativo y con un componente más competitivo. Me gustaría seguir dando pasos en esta dirección para poder obtener el UEFA A y entrenar en Primera Federación”, resalta antes de mencionar que ya ha comentado esta posibilidad con su amigo Pablo Gascón, entrenador especialista en las categorías inferiores de Osasuna tras pasar por LaLiga Academy en Abu Dabi. “Me ha dicho que me lo saque y tiene toda la razón, pero todavía es mi primer año en juveniles. Prefiero coger experiencia antes de dar el paso y demostrarme a mí mismo que valgo para ello”, apostilla. De hecho, el preparador de la UD Mutilvera, Jon Ander Unanua, le mandó recientemente su manual de entrenamiento para ayudarle con las primeras sesiones.
YOUTUBE
Su pasión por el fútbol regional navarro surgió tras un verano de prácticas en Radio Marca Navarra, donde aprovechó para hacer contactos en el mundillo. Le enganchó tanto que continuó después por su cuenta y, siguiendo el ejemplo de Rafa Escrig (358.000 suscriptores en YouTube gracias a sus vídeos sobre las categorías inferiores del fútbol español), creó su propio canal en la plataforma hace ya casi cuatro años.
Acumula casi 2.000 suscriptores en YouTube, aunque sus vídeos generan bastantes más visualizaciones. “Mi primer vídeo, la eliminatoria de Copa del Rey entre el Oberena y el CD Injerto, obtuvo mil visitas”, evoca. No obstante, Diego nunca ha dado importancia a estas estadísticas porque entiende que el fútbol regional es “un nicho muy concreto”. “Obtuve los primeros mil suscriptores muy rápido y eso me permitió monetizar el canal, aunque me interesa más publicar un contenido de calidad que centrarme en si los vídeos tienen repercusión. El mundo digital a menudo te empuja al show, pero yo busco hacer algo serio para poner en valor el fútbol navarro”, resalta.
Precisamente, esa actitud humilde es la que le ha permitido hacerse un nombre entre los equipos de toda Navarra. De hecho, la Rotxapea CD le regaló una placa por el vídeo de su ascenso, y también ha recibido camisetas de otros muchos conjuntos en señal de agradecimiento. “Obviamente no puedo llegar a todos los partidos que me gustaría porque trabajo solo, pero de vez en cuando me para gente por la calle, sobre todo jóvenes, para pedirme que publique un vídeo sobre su equipo del pueblo. Eso indica que voy por el buen camino”, destaca entre risas.