Antes de poner rumbo a Italia para afrontar la última semana del Giro, Gorka Prieto, nutricionista navarro del equipo ciclista UAE Team Emirates, pudo tomarse un breve respiro en su casa de Pamplona. Desde allí atendió a Capital Sport para compartir algunas de las claves sobre la importancia de la alimentación para optimizar el rendimiento de los treinta corredores que conforman la plantilla.
Además de diseñar un menú personalizado para cada corredor, enfocado a los momentos previos y el transcurso de cada etapa, Prieto también realiza un riguroso seguimiento de lo que comen a diario a lo largo de toda la temporada. Un trabajo que se divide principalmente en dos bloques: el que desarrolla desde casa y el que realiza durante las competiciones. “Cuando estoy en Irún, lo que hago es hablar con ellos y ver lo que les prescribe su entrenador. Según el entrenamiento que siguen y los objetivos de cada uno en la temporada, les mando una dieta semanal y un plan adaptado”, concreta.
Conversa con cada corredor una media de dos veces a la semana, aunque la periodicidad varía según el deportista: “Los conozco como si fuesen de mi familia y sé que algunos necesitan hablar tres veces al día y a otros les basta con una a la semana. Para hacer bien mi trabajo, es indispensable respetar su forma de ser y tener empatía”.
“Miro el perfil de las etapas y hago una estimación del gasto energético que va a hacer cada uno de los ciclistas”.
Conforme se acerca una competición, el de Bera configura los menús según las características de cada etapa. Y los planifica aproximadamente dos semanas antes de que comience la cita. “Miro el perfil de las etapas y hago una estimación del gasto energético de cada uno de los ciclistas y los nutrientes que va a necesitar ingerir. Eso varía si es contrarreloj, montaña…”.
Una vez se inicia la prueba, Prieto viaja con el equipo e indica a cada uno de los corredores lo que debe ingerir en la jornada: “Allí trabajo mucho con los cocineros, les digo lo que tienen que preparar cada día según la estimación que he calculado”. Como novedad, el navarro adelanta que a finales de este año espera contar con una nueva aplicación para controlar todavía mejor los parámetros principales. “Metiendo los datos de cada ciclista como los vatios o sus tiempos, las comidas se recalcularán directamente gracias a los algoritmos, de modo que lograremos todavía una mayor exactitud”, asevera.
La labor de Prieto durante la competición se centra en acompañar a los ciclistas durante el desayuno, ir a dar bidones a los diferentes puntos de avituallamiento, programar el recovery o establecer las cantidades de comida que cada corredor debe ingerir en la cena.
Un menú típico antes de afrontar una etapa de montaña del Giro, por ejemplo, incluye carbohidratos, proteína y grasa. “En los carbohidratos suelen elegir entre un porridge de arroz cocido o avena con bebidas vegetales y algo de azúcar, pan, pasta, arroz, pancakes o creps… En cuanto a las proteínas, comen una tortilla o jamón; y de grasas, por ejemplo, aguacate o mantequilla de almendra. Les hago una dieta estricta, pero dentro de esta doy muchas opciones. Ellos eligen lo que más les gusta dependiendo de la cultura o sus preferencias”. A través de la variedad, busca que sean constantes con la dieta.
En el desayuno les pesa la comida y da a cada corredor lo que ha pautado. Aunque las pruebas cada día cambian, los productos que consumen suelen ser siempre bastante similares. Lo que más fluctúa es la cantidad que ingieren: “En un día de montaña, se suele comer más y solemos poner carbohidratos que se digieren más fácil. Sin embargo, en una llana optamos por nutrientes que tienen un proceso de absorción más lento…”, especifica.
Antes de afrontar la carrera, Prieto les da una recomendación de cómo deben distribuir el avituallamiento a lo largo de la etapa, aunque dependiendo del ritmo o del momento se pueden hacer ajustes. A lo largo de la jornada, consumen muchos geles, barritas, bebidas Isotónicas, bollitos de mermelada o miel, rice cakes… “Esto también va a depender de las preferencias de cada uno. Lo eligen ellos”.
“La ingesta calórica de un ciclista puede ser desde 4.000 hasta 8.000 calorías en un día, sin contar los geles y barritas que consumen durante la etapa”.
Después de la carrera están el recovery, que es la comida de recuperación, y más tarde la cena. Ambas se enfocan en las necesidades de cada corredor. “En el caso de la cena yo no suelo estar, pero les dejo indicadas todas las cantidades. Ellos las pesan”.
El número de calorías totales que ingieren los ciclistas depende de la duración de la etapa, la intensidad y la cantidad de energía que gasten. “La ingesta calórica de un ciclista puede ser desde 4.000 hasta 8.000 calorías en un día, sin contar los geles y barritas que consumen durante la etapa”, apostilla.
LA LOGÍSTICA
“Nosotros tenemos en Milán el service course, que vendría a ser algo así como la sede central. Este es el punto desde donde se va a todas las carreras. Tenemos el bus, los camiones, el camión cocina…”. Está ubicado en Italia porque es el lugar donde reside la mayoría de el staff.
En competición, el cocinero del equipo transporta el camión cocina a donde se encuentren los corredores o al lugar donde se vaya a desarrollar la etapa. “En mi caso, viajo en avión a la zona donde estén. Una vez allí te mueves con el bus, los coches… Te vas trasladando, dependiendo de las etapas. Es una vida un poco nómada”, añade Prieto.
DE BERA A LA ELITE DEL CICLISMO
Diseñar las dietas de los corredores que pedalean en la elite del ciclismo ha sido algo totalmente inesperado para este navarro de 31 años: “No es algo que yo haya buscado y he llegado a un punto más alto de lo que hubiese podido aspirar. Para mí no es un trabajo, me lo tomo más como un hobby. No tenía una idea preconcebida de todo lo que quería, pero es un sueño estar aquí”.
De hecho, empezó a estudiar nutrición por casualidad. Primero se decantó por la ingeniería, pero no le enganchó, y poco después conoció el mundo de la alimentación gracias a un familiar: “Me enseñó un poco lo que hacía y yo mismo comencé a seguir un plan de alimentación”. Así que optó por estudiar la carrera de Nutrición en la Universidad de Navarra (UNAV) y amplió sus conocimientos con un máster de entrenamiento y nutrición deportiva en Madrid.
Después abrió su propia consulta en Pamplona, enfocada en la alimentación y la osteopatía: Centrozenith. Y, en 2015, le llegó la oportunidad de llevar la alimentación de un equipo ciclista al completo por primera vez: el Euskadi Basque Country-Murias. Una labor compleja, que le obligó a dejar el establecimiento y que solo duraría tres años por la desaparición del cuadro alavés.
Pero la repentina llamada del UAE Team Emirates dio un giro de 180º a su vida: “Eché el currículum y, después de varias entrevistas, me eligieron. La verdad es que estoy muy agradecido y supercontento porque es como tener una segunda familia. Hago lo que me gusta y los chicos son muy aplicados”.
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