La Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (UAGN) y la Asociación Riojana de Agricultores y Ganaderos (ARAG-ASAJA) presentaron este jueves su acuerdo para la recuperación del equilibrio de la DOCa Rioja en 2025. Este documento ya ha sido compartido con la coordinadora de la Organización Profesional del Vino de Rioja (OIPVR) para que sea debatido en la reunión de este viernes y en el pleno del Consejo Regulador.
Dicho acuerdo incluye hasta veinticinco medidas cuyo objetivo es volver a la «senda de equilibrio» que precisa la DOCa Rioja y que los viticultores «recuperen la rentabilidad» después de cinco campañas «muy complicadas». «La mayoría de estas medidas ya han sido debatidas dentro del Consejo Regulador en 2023 y 2024», señaló Jorge González, vocal representante de la UAGN en la OIPVR y el Consejo Regulador. «Si bien no son las medidas que UAGN y ARAG-ASAJA hubiesen aprobado, sí son medidas de consenso», agregó.
El acuerdo cuenta con dos importantes novedades. En primer lugar, la gestión de la masa vegetal. En este sentido, se pretende un ajuste individualizado y voluntario, con carácter transitorio o definitivo según una serie de condiciones. Una de ellas sería ajustar la superficie al menos a un límite al 5 % de la actual superficie de viñedo inscrito. Además, se creará una comisión de seguimiento de la gestión de la masa vegetal para incrementar dicha superficie en el caso de que las solicitudes superen ese porcentaje y cumplan los criterios. «Esta medida ya tiene el visto bueno del Grupo de Alto Nivel de la UE, debemos ser inteligentes y aprovechar esta circunstancia para ponerla en marcha en la DOCa en el menor tiempo posible», defendió González.
Y es que tanto UAGN como ARAG-ASAJA otorgan a esta medida «una vital importancia» para recuperar el equilibrio en Rioja y la rentabilidad para los viticultores: «Instamos a las administraciones competentes que activen esta medida, la regulen y doten de presupuesto para que pueda ser efectiva lo antes posible. En las diversas mesas de trabajo en la que hemos participado han salido diferentes propuestas, si bien las organizaciones abogamos por que si se supera el número de solicitudes de ajuste y se cumple con los requisitos, pueda ser ampliable este límite. Además, reclamamos una financiación externa, a poder ser con fondos extraordinarios, pero en el caso de que sean fondos de ISV».
PRESUPUESTOS DEL CONSEJO REGULADOR
Otra de las novedades importantes que aporta este el acuerdo son las condiciones de ambas organizaciones para votar a favor del Presupuesto del Consejo Regulador. La cuestión principal es que se vea reducida la aportación de los viticultores a estos presupuestos. «En este sentido, hemos dejado claro que el sector productor vería su aportación con respecto a 2024 en al menos un 5,22 %. Proponemos también que las aportaciones de las comunidades autónomas de cara a la conmemoración del Centenario de la DOCa sirvan para aliviar aún más la aportación de los viticultores. De esta forma, sería la menor aportación histórica de la rama productora al presupuesto».
Además, ambas organizaciones plantearon que los presupuestos de 2025 y 2026 se congelen si no cambia esta situación en el sector: «Nos vemos obligados porque si no echaríamos por tierra el esfuerzo de estos cinco años. La alternativa no es que no exista presupuesto y que el viticultor no tenga que pagar por su cartilla, puesto que el presupuesto, en todo caso, se prorrogaría y se reduciría la partida de promoción en un 25 %. Sería un tiro en el pie, ya que estamos inmersos en una crisis de ventas en el sector del vino a nivel mundial, por lo que no invertir en promoción es un grave error».
Para finalizar, recordaron que el sector no puede dejar pasar ninguna oportunidad para que los viticultores recuperen su rentabilidad. «Para ello, es importante que todos trabajemos con el fin de poner en marcha la media de ajuste de masa vegetal. Además, debemos aprovechar este año para poner en valor nuestra Denominación, para que las uvas y el vino de Rioja valgan más y, por tanto, eso repercuta positivamente en el bolsillo de los viticultores».