Un año más, hay que recibir la temporada otoñal, que siempre viene cargada de regalos para todos los sentidos. Pero principalmente hay que destacar el sentido de la vista, que se ve incentivado por una vegetación que muestra una paleta policromática, que pasa por los marrones, amarillos, naranjas y rojos, con distintas intensidades, lo que hace que los bosques caducifolios de la Sierra Norte de Guadalajara sean un auténtico regalo para la vista.
Lo cierto es que en el Parque Natural de la Sierra Norte de Guadalajara se pueden encontrar las mejores representaciones de los bosques caducifolios, formados por robles, arces y hayas, principalmente. Pero cualquier rincón de la sierra que tenga algún tipo de formación arbórea va a presentar una imagen de gran belleza. Algunos bosques de estas características se encuentran en municipios como Villares de Jadraque, Garcueña de Bornova, Bustares, El Ordial, Arroyo de las Fraguas, y un largo etcétera de pequeños pueblos con gran encanto que salpican la sierra, en este caso en el entorno de la Sierra del Alto Rey.
Otra de las joyas visuales de las que se puede disfrutar, son los sotos fluviales o riberas de los ríos, ya que en gran medida están formadas de distintas especies de chopos, álamos, alisos, abedules, y en esta época cambian su color verde habitual por amarillos vivos durante el proceso de la pérdida de hoja. Esto es muy visual, ya que el serpenteante amarillo de estos bosques de galería se introduce en el dominio de los naranjas y rojos de los robledales, generando un paisaje sin igual.

La vegetación muestra una paleta policromática, que pasa por los marrones, amarillos, naranjas y rojos.
Si el visitante se adentra en alguno de estos bosques, siempre respetando las normas y las propiedades privadas y utilizando caminos y senderos habilitados, puede tener la fortuna de disfrutar de multitud de especies de setas. El objetivo tampoco tiene que ser siempre la recolección, ya que en muchas ocasiones la observación de sus diversas y caprichosas formas será suficiente para el goce y disfrute. Además, hay que tener mucho cuidado con lo que se coge: siempre hay que conocer las especies y cumplir con la normativa existente. En la mayoría de los casos resulta necesario el pago de tasas y cumplir ciertos cupos de recolección.
Lo cierto es que el mayor regalo que se puede tener en esta época no es la cesta de vuelta a casa, sino los recuerdos que colman la memoria. El medio natural es una fuente inagotable de conocimientos y experiencias que aportan felicidad y energía para el día a día.