El movimiento cooperativo está de celebración. Las Naciones Unidas ha decidido que este año sea un tiempo para promover el crecimiento y desarrollo de este modelo empresarial a lo largo y ancho del planeta. Los números son impactantes: más del 12 % de la población mundial forma parte de alguna de las 3 millones de cooperativas que existen y generan el 10 % del empleo a nivel global.
Sin embargo, no es la fuerza de los números lo que ha empujado a la ONU a tan importante acuerdo, sino los valores de nuestro modelo. La resolución del pasado 19 de junio de 2024, aprobada en la última Asamblea General de la ONU, afirma que “las cooperativas promueven la máxima participación posible en el desarrollo económico y social de las comunidades locales y de todas las personas, incluidas las mujeres, la juventud, las personas de edad, las personas con discapacidad y los pueblos indígenas, cuya inclusión refuerza el desarrollo económico y social, y contribuyen a la erradicación de la pobreza y el hambre”.
Esta llamada también debe escucharse en la vieja Europa. Las cooperativas son un modelo empresarial democrático y participativo que, por su propia naturaleza, buscan siempre el bien común que caracteriza a la esencia misma de nuestras sociedades. No hay ninguna fórmula empresarial que esté tan alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 que las cooperativas.
En Europa, hay 250.000 cooperativas, con 5,4 millones de empleos y 163 millones de socios, y es España, la nación líder en este ámbito, ya que concentra el 26 % del empleo cooperativo en la UE. Y si nos acercamos aún más, podemos y debemos sentirnos orgullosos de que el cooperativismo industrial, agroalimentario y de servicios sea en Navarra sinónimo de innovación, compromiso, desarrollo y generación de riqueza. Nuestra región es un referente europeo.
Más allá de tantas ilustrativas cifras, que siempre son frías, estos meses son una oportunidad para reflexionar sobre el impacto transformador que nuestros socios cooperativistas generan en nuestras sociedades y reconocer un modelo económico basado en la diversidad; la igualdad; el compromiso; y, por encima de todo, las personas.
No hay ninguna fórmula empresarial que esté tan alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 que las cooperativas
Esa fe la compartimos y vivimos cada día las más de 16.000 personas que trabajamos en las cooperativas de Navarra. Porque, en un momento en el que las crisis globales –geopolíticas, sociales y medioambientales– nos acechan, somos plenamente conscientes de que nuestras cooperativas se erigen como una propuesta de resistencia y solidaridad. Representan, en definitiva, la esencia de un desarrollo basado en las personas, en su sentimiento de pertenencia y el compromiso que mantienen con el territorio. Tengamos presente que, ante las adversidades económicas, no nos deslocalizamos, sino que redoblamos nuestros esfuerzos en pro de la mejora de la competitividad y el mantenimiento de los puestos de trabajo.
Además, somos un vehículo de inclusión económica y de participación activa para una Navarra cada vez más rica en orígenes y acentos. El 35 % del emprendimiento cooperativo actual en la Comunidad Foral es liderado por personas migrantes, que encuentran en este sistema una herramienta para contribuir al desarrollo de la sociedad navarra. Solo este dato ilustra muy a las claras nuestra capacidad de generar oportunidades para todos y todas.
Una hoja de ruta para 2025 y más allá
Así pues, la declaración de 2025 como el Año Internacional de las Cooperativas debe ser una inspiración para seguir avanzando. Tenemos la oportunidad de aumentar la conciencia pública, destacar el impacto social y económico de las cooperativas, y abogar por marcos legales y políticos que refuercen su desarrollo.
En Navarra, sin ir más lejos, debemos seguir trabajando en la consolidación de un ecosistema cooperativo innovador y sostenible, que impulse proyectos como el partenariado estratégico de Economía Social de la Eurorregión, las cooperativas energéticas en pequeños municipios, la formación de las nuevas generaciones en los valores que nos caracterizan, como son la Cátedra de Economía Social de la UPNA y el proyecto EdukaCoop en la educación secundaria y formación profesional.
Tenemos la oportunidad de aumentar la conciencia pública, destacar el impacto social y económico de las cooperativas, y abogar por marcos legales y políticos que refuercen su desarrollo
Estos avances nos acercan a un modelo que no solo responde a los desafíos globales, sino que también fortalece nuestro compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Lo decía la ONU en su resolución y es pertinente insistir en ello: la diversidad, la igualdad y el sentimiento de pertenencia son valores fundamentales que nos permiten construir sociedades más solidarias y resilientes.
Como presidente de ANEL, quiero reafirmar el compromiso de nuestra organización de seguir impulsando el modelo cooperativo en la comunidad y contribuir a un mundo mejor. Una vez más, queremos dejar claro que no renunciamos a nuestros sueños. Las cooperativas son mucho más que una forma de hacer economía: son una forma de construir comunidad, de apostar por las personas y de transformar nuestro entorno.
En 2025, celebremos juntas y juntos el poder de la solidaridad, la colaboración y la innovación social. Porque, como bien dice el lema de este Año Internacional, las cooperativas construyen un mundo mejor.
Ignacio Ugalde
Presidente de ANEL (Asociación de Empresas de Economía Social de Navarra)
