La Universidad Pública de Navarra se convirtió esta pasada semana en un foro de encuentro para profesionales del ámbito sanitario y la ingeniería, que compartieron experiencias e inquietudes en torno a las nuevas tecnologías como la impresión 3D aplicadas a la salud.
Bajo el título ‘Oportunidades en impresión aditiva. Sector salud’, expertos de cinco universidades no dudaron en calificar la aplicación de las impresiones 3D como “el presente” de la sanidad, no ya el futuro, y abogaron por ir de la mano en el desarrollo y expansión de esta tecnología.
Se prevé que el uso de la fabricación aditiva en salud crezca entre un 13 y un 20% para 2024
La cita fue organizada por el Cluster Functional Print y la Asociación de Empresas de Ingeniería, Estudios Técnicos y Servicios Tecnológicos (ANAIT) y atrajo a profesionales de las universidades de Salamanca, Politécnica de Madrid, UPNA y Universidad de Navarra, además de la estadounidense Universidad de Clemson, así como del centro tecnológico Prodintec y de la infraestructura científico tecnológica singular Nanbiosis. Financiada por el Servicio Navarro de Empleo, contó con la colaboración de la Cátedra Industira 4.0 del Colegio de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales de Navarra (CITI) y la UPNA.
TECNOLOGÍA COMPETITIVA
Las aplicaciones prácticas de la impresión aditiva o en 3D son incalculables. Por eso, incidieron en la jornada, la importancia de sensibilizar al tejido industrial navarro y a sus profesionales de sus potencialidades y de la necesidad de formarse en la materia.
En el ámbito sanitario, la impresión 3D ofrece la posibilidad de personalizar por completo los productos. “De ahí su competitividad”, confesaba Juan Carlos Piquero, del centro Prodintec. “La fabricación aditiva es muy potente, pero se complementa con otras tecnologías y ahí es donde la ingeniería resulta básica para que el producto sea útil para el usuario final”, resaltó.
En este sentido, incidió en que el objetivo es lograr “una aplicación única para cada paciente único”. Por eso, no dudó en reconocer que ya, en estos momentos, la demanda de la fabricación en 3D es “brutal” y que le espera un futuro prometedor: “En seis años, el sector médico va a ser puntero en impresión aditiva”.
Lo cierto es que a día de hoy la fabricación aditiva en el sector médico ronda el 13%, frente al 17% en la industria, por ejemplo, o al 16% en la automoción. No obstante, se le espera un crecimiento exponencial en apenas unos años. Los expertos confían en que su uso crezca entre un 13 y un 20% de aquí a 2024.Para Juan Antonio Juanes Méndez, doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de Salamanca, la clave está en “la calidad” de la impresión “y en los materiales” utilizados, “en que los biometeriales sean compatibles”. “Esta tecnología va a ir hacia niveles insospechados y revolucionará la medicina”, auguró.
Por su parte, Xabier Unamuno, de la Universidad de Navarra, reconoció que el potencial de esta tecnología radica en fabricar piezas “de alta complejidad” y hacerlo, además, “en un menor tiempo, reduciendo el material de desperdicio y aumentando los beneficios”. Abián Bentor Socorro Leránoz, de la UPNA, puso el foco en la fibra óptica, un material con varias aplicaciones médicas tanto en terapia como en diagnosis “que también sirve para curarnos”. “Es un sensor de por sí, porque con ella se pueden medir magnitudes físicas como la presión, la tensión o la temperatura; y con los materiales adecuados podemos hacer que obtenga información de las reacciones químicas que ocurren a su alrededor”, apuntó.
La jornada contó con la participación de John Desjardins, director del departamento de Bioingeniería de la Universidad de Clemson, y con Jesús Izco, director de Nanbiosis. La apertura de la jornada corrió a cargo de Juan José García, presidente ANAIT, mientras que la clausura la hizo Mar González, gerente del Cluster Functional Print. El moderador fue Fernando Blaya, miembro del Grupo de investigación de la Universidad Politécnica de Madrid.
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