El 2 de abril del año pasado, pocos días después de que la cálida luz de la primavera eclosionara, Pamplona amaneció tapizada por un manto de nieve. Era la fecha marcada en el calendario por el peraltés José Antonio Zuazu y la pamplonesa Rosa Silvestre para darse el “sí, quiero” y comenzar a componer juntos una nueva etapa de sus vidas.
Habían elegido el Hotel Pamplona El Toro, del grupo Eventshotels, porque les parecía “superbonito”, por “todos esos detalles llenos de encanto” que riegan sus salones, pasillos y habitaciones: “la jaula con luces, el jardín…”. “Además, nos gustó mucho el formato que nos plantearon, con un aperitivo largo, muy variado y elaborado. No queríamos que las 180 personas invitadas pasaran demasiado tiempo sentadas en el banquete”, rememora Rosa.
Rosa Silvestre: “Nos gustó mucho el formato que nos plantearon, con un aperitivo largo, muy variado y elaborado”
Habían planeado instalar un photocall en el exterior del hotel, junto a una caravana de cuento. El tiempo, sin embargo, les obligó a cambiar los planes. “Por suerte, no hubo ningún problema porque Laura Galdós -responsable de Eventos- nos ayudó a adaptar todo y a hacerlo posible”, evoca José Antonio.
“Estamos preparados para cualquier época. En primavera y verano, por ejemplo, se puede disfrutar más del jardín y abrir todas las puertas del porche acristalado que tenemos en el salón Mirador para generar la sensación de que te encuentras en el campo. En otoño e invierno, podemos cerrarlo y tener unas vistas maravillosas del entorno. En la boda de José Antonio y Rosa, la panorámica del campo nevado era espectacular”, apostilla Laura.
La pareja se sumó a esa tendencia tan en boga de personalizar o tematizar la boda a través de los menús, aperitivos, regalos y todos esos pequeños recuerdos que convierten la experiencia de los novios y sus invitados en inolvidable. Para ello, contaron con el acompañamiento del equipo del hotel.
Laura Galdós: “En primavera y verano, se puede disfrutar más del jardín y abrir todas las puertas del porche acristalado. En otoño e invierno, podemos cerrarlo y tener unas vistas maravillosas”
“En este sentido, trabajamos también como wedding planners. El photocall, por ejemplo, ya no puede faltar. Y ahora está irrumpiendo con fuerza el photocall 360. Luego hay quienes ponen fotomatones; sofás con luces de neón; quienes instalan glitter bars con purpurinas, brillantinas y stickers para la cara; quienes contratan a tatuadores… Lo importante es crear la atmósfera necesaria para que todos se lleven algo único y especial del día”, profundiza la responsable de Eventos del hotel.
Así sucedió en la celebración de José Antonio y Rosa, que “transcurrió rodada”, constata él. Y es que “todo fueron facilidades”: con los autobuses, las habitaciones… “Preparamos notas personalizadas para las parejas, muchos detalles de entretenimiento, carteles para el photocall… Laura estuvo muy pendiente de todos los regalos”, resalta la pareja.
“Me lo pasé superbién y los tiempos se respetaron de manera fenomenal. Hubo muy buen ambiente”, subraya acto seguido José Antonio. Ahí también jugó un papel importante el DJ, que terminó de crear la atmósfera perfecta. “Me hacía ilusión no tener la típica música de boda. Estuvimos muy a gusto”, remata Rosa.
UNA BODA VERANIEGA MUY INTERNACIONAL
El director de la Orchestra Vitae of London, Pablo Urbina, y Dani Howard, música nacida en Hong Kong y de nacionalidad británica, habían pospuesto dos veces su boda por la pandemia. Entre los invitados había personas de veinte nacionalidades, y las restricciones para viajar impuestas tras la irrupción del Covid-19 habían impedido la celebración del evento.
Así que decidieron programarla para el 15 de agosto de 2022. “Nos casamos en verano para asegurarnos de que la mayoría pudiera venir a Pamplona. Y escogimos la fecha teniendo en cuenta los períodos vacacionales de distintos países. Al día siguiente de la boda, de hecho, algunos tuvieron que volar a Estados Unidos porque el lunes empezaban a trabajar”, señala Pablo, vitoriano de nacimiento y navarro de adopción.
Pablo Urbina: “Hemos estado en ceremonias por todo el mundo. Y puedo asegurar que las de Navarra son de un nivel excelente”
En el Hotel Pamplona El Toro se dieron cita, además, gentes de Canadá, India, Suiza y, por supuesto, Navarra.
“Tuvimos que poner hasta traductores, sobre todo para el momento en el que, tanto de un lado como del otro, mucha gente quiso dar la enhorabuena a los padres. Fue una experiencia muy bonita y curiosa”, apunta la pareja, que destaca “la altísima calidad” de las bodas en la Comunidad foral. “Hemos estado en ceremonias por todo el mundo. Y puedo asegurar que las de aquí son de un nivel excelente”, enfatiza.
Como buen director de orquesta, Pablo quería que todo saliera a la perfección: “Organizamos la boda milimétricamente y fue muy bien. Queríamos incorporar el componente tradicional de las bodas en España, como los típicos regalos a los amigos tras los postres. Aquí son cosas normales, pero no para los extranjeros”.
Por ejemplo, los amigos de Pablo “de toda la vida” tienen una costumbre, que los dos músicos deseaban preservar. Regalaron unos pañuelos de San Fermín, bordados con la fecha de la boda, a otra pareja que se casaba dos semanas después en Irlanda. “Uno de ellos era el hombre de honor de Dani, que no tuvo damas de honor como tales”, detalla Pablo. El gesto gustó tanto que los futuros novios harían lo propio, quince días más tarde, con unos pañuelos típicos de su país… “Es algo que se inició en Pamplona y continúa”.
La música, como no podía ser de otra manera, tuvo un protagonismo especial. Es más, hubo una actuación en vivo durante la ceremonia, un cuarteto de jazz en el aperitivo… “La gente se quedó muy contenta. Para los de Navarra fue muy diferente a lo que estaban acostumbrados. Y para los de fuera también, porque en muchos lugares no cuidan tanto cada detalle”, concluye el director de orquesta.
LOS COLORES DEL OTOÑO
Pero en los últimos años se ha constatado una desestacionalización de las bodas. De ahí que muchas parejas opten por casarse en otoño o invierno. “Hay quienes prefieren las fechas habituales, quienes la eligen en función de cuándo van a hacer el viaje, personas a las que no les importa… Por ejemplo, quienes escogen Sudamérica como destino para su luna de miel suelen viajar cuando allí es verano. De modo que los eventos ya no se concentran tanto de junio a septiembre, sino que estamos organizando bodas todos los fines de semana desde febrero a diciembre”, asiente Laura.
Laura Galdós: “Los eventos ya no se concentran tanto de junio a septiembre, sino que estamos organizando bodas todos los fines de semana desde febrero a diciembre”
A la falcesina Lorena Huarte y el casedano Javier Oneca, precisamente, les gustan los tonos ocres que el otoño pinta en los campos y los montes navarros. Unos colores que “casaban muy bien” con la piedra que da cuerpo al Hotel Pamplona El Toro.
Todo ello, unido “al cambio climático” y la consiguiente subida de las temperaturas, llevó a la pareja a casarse el 22 de octubre. El lugar elegido: la capilla de San Fermín. “Es verdad que en esa época no hay tantas bodas. Pero hizo un tiempo buenísimo”, atestigua la pareja, que se conoció gracias a su trabajo en Viscofan.
Fue la ceremonia más concurrida del año en el hotel. En total, 240 personas invitadas. Y también tuvo acento internacional. De hecho, hubo asistentes “incluso de Finlandia”. “No habríamos entrado en cualquier establecimiento. Y en El Toro teníamos todo el espacio para nosotros. Su equipo nos organizó el banquete, las mesas, la distribución… Tuvieron que hacer un Tetris”, bromea Lorena entre risas.
Lorena Huarte: “Había 240 invitados. No habríamos entrado en cualquier establecimiento. Pero en El Toro teníamos todo el espacio para nosotros”
Pero en las semanas previas, la pareja sufrió un duro revés, que puso en riesgo la celebración. Lorena tuvo “un problema de salud muy grave” dos meses antes de la boda. “No sabíamos si podríamos casarnos o no. En ese aspecto, la verdad es que el hotel solo nos dio facilidades. En ningún momento nos comentaron que habría problemas para cambiar las fechas. Y eso, en una situación de ese tipo, es de agradecer”, incide.
La preocupación se tornó en júbilo el día de evento. También ellos instalaron un photocall y quisieron tener un detalle muy especial con sus amigos. De su puño y letra, entregaron una carta personalizada a cada uno de ellos, acompañada de un regalo: una pulsera con sus iniciales para las mujeres y un llavero para los hombres: “Me gustó todo el tema de la organización. Dimos muchas cosas más: espejos, fotografías pintadas en acuarelas… Personalizamos hasta el baile”.
LUNA DE MIEL EN NAVIDAD
Los pamploneses Javier Bartolomé y María Erro tenían muy claro que no querían casarse en verano. “Estaba totalmente descartado”, remarcan. Además, a ella siempre le han entusiasmado los trajes de novia de invierno, aunque luego se compró uno “que no tenía nada que ver con el imaginado inicialmente”. Al final, se decantaron por diciembre, concretamente el día 10, para “alargar la luna de miel con las vacaciones de Navidad”. “Nos hacía ilusión pasar la Navidad fuera”, puntualiza.
María Erro: “El Toro fue el lugar donde, sin duda, mejor nos trataron de primeras”
Eligieron el Hotel Pamplona El Toro porque en materia de servicios “tenía la propuesta más completa” y fue el establecimiento “donde, sin duda alguna, mejor nos trataron de primeras”. “La verdad es que nos gustó mucho desde el principio. Tanto es así que, cuando entramos, nos dijimos: ‘Aquí visualizamos nuestra boda’. Es un lugar muy bonito”, ensalza María.
Además, suele contar con ofertas especiales para quienes se decantan por esta estación del año. Una de ellas, por ejemplo, es la recena gratuita. Así que, con todos esos ingredientes, la de Javier y María fue una boda “tradicional”, con aperitivo, banquete, baile y recena. “El formato de aperitivo que proponemos es muy vistoso, dura en torno a hora y cuarto y le damos mucha importancia: hay muchísimos bares temáticos, puestos de bebidas y comida preparada en directo… Ahora, las parejas es lo que más demandan, ya que es el rato donde los novios pueden disfrutar con los invitados de manera más tranquila”, describe Laura.
Laura Galdós: “El ‘photocall’ ya no puede faltar. Luego hay quienes ponen fotomatones o ‘glitter bars’, quienes contratan a tatuadores…”
“Hubo ciento y pico invitados, no eran muchos. Y planificarla no fue estresante, sino que lo disfrutamos muchísimo”, afirma María. Incluso, a pesar de la fecha, lució el sol. Pero también “podría haber caído una nevada y no habría pasado nada”.
¿Por qué? Porque María es una de esas personas capaces de discernir con gran claridad lo importante de lo accesorio. Quizás por eso se arranque a dar algunos útiles consejos a quienes están pensando en contraer matrimonio. “Les diría que, el día de la celebración, se olviden de todo; que se dejen guiar por la gente que sabe, en nuestro caso por Laura y Sara Martínez -directora del hotel-; y que disfruten. Que disfruten mucho. Ese es el verdadero sentido del día”, concluye convencida.