Navarra es la comunidad en la que más cayó el precio de la vivienda entre 2007 y el 2015, en torno al 50%, un 10% más que la media de España. A partir de ahí inicia una leve remontada que, según el INE, en 2016 fue del 1,9% frente al 4,5% que subió en el conjunto del país. Actualmente, el 90% de las viviendas que se venden en Navarra son de segunda mano y su precio creció un 1,7% el último año, y el 10% son nuevas y cuestan un 0,2% más que doce meses atrás. Son datos que muestran lo complicado del panorama en un sector que en sus mejores tiempos llegó a contar con 600 inmobiliarias en Navarra, de las que han desaparecido el 80%.
Que a la vista de esa realidad alguien se atreva a aventurarse en este negocio puede ser considerado una temeridad, pero también cabe que sea una inmobiliaria diferente a las demás, que ofrezca algo de lo que la competencia carece. Es el caso de Engel & Völkers, que hace un año y medio abrió un local en Pamplona. Se trata de una empresa internacional alemana especializada en inmuebles residenciales que dispone de 700 oficinas en 32 países, 70 de ellas en España, con una cartera de más de 40.000 clientes.
¿Por qué es diferente? Su director, Jesús Sainz de Vicuña, explica que “es una de las principales empresas internacionales de servicios inmobiliarios exclusivos, especializada en la gestión de inmuebles residenciales de alto nivel”. Evidentemente, hablar de alto standing refiriéndonos a Navarra es algo relativo.
“Engel & Völkers tiene propiedades en venta en Marbella, Madrid, París o Londres valoradas en 70 millones de euros, pero el lujo de Navarra no tiene nada que ver con eso”
“Aquí, el valor medio de las viviendas ronda los 147.000 euros, en Pamplona es algo más elevado y en el centro de la ciudad o áreas de la periferia aún más. Pues nosotros ponemos en el mercado las que valoramos por encima de los 200.000 euros, tenemos en venta unas 50 propiedades de ese segmento, 10 por encima del millón, pero las que más nos demandan valen entre 200.000 y 500.000 euros”, explica Sainz de Vicuña.
Una de las ventajas que ofrece Engel & Völkers es que en cualquiera de sus oficinas puede gestionarse la compra de todas las viviendas que tiene a la venta en todo el mundo. “Las 70 agencias de Engel & Völkers en España anuncian y pueden vender las propiedades que nos han confiado nuestros clientes de Navarra, y aquí podemos hacer lo mismo con las de San Sebastián o Sevilla, pero también con las de Alemania o Nueva York. De otro modo, tendrías que anunciarte en varias inmobiliarias que no van a preocuparse por trabajar esa venta, además de que estás lanzando una señal de que te urge vender y eso influye negativamente en el precio”.
Por otra parte, dispone de un equipo de trabajo formado por expertos asesores inmobiliarios, de formación superior en arquitectura, ingeniería, etc. y posterior en marketing y valoración de propiedades, formados en la prestigiosa Academia de Engel & Völkers. “Su experiencia, la red internacional, así como las herramientas de marketing personalizadas que utilizamos suponen una ventaja decisiva a la hora de maximizar el precio de venta del inmueble y minimizar su tiempo de venta”, afirma Sainz de Vicuña.
Una oficina inmobiliaria es un buen observatorio para vislumbrar el futuro del sector. El responsable de la que Engel & Völkers tiene en Pamplona señala, en cuanto al negocio, que el mercado se decanta cada vez más por las redes sociales, un aspecto que su empresa cuida con mimo tanto en canales como Facebook o Twitter, en una web muy cuidada o en su boletín quincenal.
“El anuncio en la prensa sirve cada vez menos, y menos aún en el segmento que trabaja Engel & Völkers. Una tercera parte de quienes vienen a la oficina nos han visto en las redes sociales”
En cuanto a la demanda, Sainz de Vicuña indica que entre sus clientes se está produciendo un cambio consecuencia de la edad: “Quienes se instalaron en casas de Gorraiz, Cizur y otras urbanizaciones de la periferia han ido cumpliendo años, los hijos se han independizado y se encuentran con viviendas que les resultan muy grandes y quedan lejos. Las ponen a la venta para adquirir pisos bien situados, en el centro de Pamplona. El problema es que su precio es alto y no hay quien lo pague”.