Estamos en plena vendimia y las bodegas recogen los frutos de sus vides, que van a ser el origen de unos caldos que marcarán las ventas futuras y el prestigio de sus bodegas. Hablando de vinos, ¿da prestigio la Denominación de Origen (DO)? ¿lo da el origen de sus viñas? ¿el mimo en sus procesos en bodega?
David Palacios: “La calidad de un vino es la suma de muchas cosas”.
Muchas cuestiones se nos amontonan y lo que nos deja claro David Palacios, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Navarra, es que: “la calidad de un vino es la suma de muchas cosas: el clima, la tierra, la variedad de la planta, el cuidado…” Pero sigamos despejando dudas.
TODA NAVARRA NO ES DO NAVARRA
Una de las principales características que define nuestra DO es la gran diversidad de paisajes y climas que se dan en los más de 100 kilómetros que separan el norte de la zona DO, situada en las cercanías de Pamplona; del sur, enclavada en la ribera del Ebro.
Y aquí respondemos a una de las cuestiones que nos planteábamos: no todos los vinos que se elaboran en la Comunidad foral pueden formar parte de la DO: “Porque el vino navarro tiene unas características concretas. A pesar de la diversidad de clima y el terreno, la DO no comprende la zona más al norte de Navarra, primero porque nunca se ha elaborado ahí vino, si bien es cierto han empezado a trabajar hace poco tiempo en viña; y luego porque el vino que se ha comenzado a hacer es totalmente diferente, más parecido al Chacolí que se elabora en el País Vasco. Quizás, más adelante, habría que estudiar dar una denominación a esa zona si continúa la elaboración“, se aventura Palacios.
Además, hay 8 municipios navarros que pertenecen a la DO Rioja: Aras, Viana, Mendavia, Andosilla, Azagra, Bargota, San Adrián y Sartaguda.
La DO Navarra tiede 5 zonas de producción diferenciadas y delimitadas.
Una DO está representando a una “determinada zona de producción que tiene unas características típicas en cuanto a zona, clima y tierra”. Aunque sin duda, en Navarra se da una situación excepcional y única en la Península Ibérica: “la confluencia de los climas atlántico, continental y mediterráneo. La cercanía del Cantábrico, la influencia de los Pirineos y la bonanza del valle del Ebro permiten esta variada climatología”.
Esta circunstancia marca profundamente el paisaje navarro, donde las más de 11.000 hectáreas de la Denominación de Origen se asientan en todo tipo de ecosistemas y situaciones de cultivo, explica David Palacios: “Las viñas se dan en 5 áreas de producción diferenciadas y delimitadas que abarcan 86 bodegas: 15 en Baja Montaña, 13 en Valdizarbe, 13 en Tierra Estella, 24 en Ribera Alta y 21 Ribera Baja”.
VARIEDADES PERMITIDAS
En la Comunidad foral existe un amplio abanico de variedades blancas y tintas que se utilizan para elaborar vinos de todos los estilos adaptados a los gustos de los consumidores.
Quien quiere formar parte de esta DO o de cualquier otra, ha de cumplir con los requisitos establecidos, como nos recuerda el presidente del Consejo Regulador: “En el caso de la DO Navarra, la bodega ha de estar situada en alguna de las 5 zonas de producción y las variedades que se utilicen en la elaboración del vino deben ser las permitidas, ya que no todas valen”.
Casi el 90% de las uvas producidas en Navarra son tintas y el 10%, blancas.
El campo está vivo y continuamente se revisa, pero en la actualidad, son 8 variedades de uvas tintas y 6 de uvas blancas las que se pueden plantar: “Las variedades autorizadas en la DO Navarra tintas son: Garnacha Tinta, Tempranillo, Graciano, Mazuelo, Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Melot y Syrah. Las variedades autorizadas blancas son: Chardonnay, Garnacha Blanca, Malvasía, Moscatel de grano menudo, Sauvignon Blanc y Viura”.
Con todas ellas, se elaboran principalmente tintos, un 64%; blancos, un 11%; solo un 1% de vino dulce y el rosado, “el vino por excelencia navarro”, elabora el 24% del total de la producción.
¿EN TIERRA DE NADIE?
Hay bodegas que pueden decidir salirse de la DO en un momento determinado, porque desean plantar variedades diferentes en sus campos aunque no suele ser lo habitual “porque llevar el nombre de Navarra en la etiqueta define, da prestigio y vende“, recuerda Palacios.
Pero hay también bodegas que se quedan fuera de la DO por la zona en la que cultivan, como ocurre con el norte de la Comunidad foral (más allá de Pamplona) y así lo viven en Baztango Xurie: “Somos una bodega pequeña, casi experimental, que comenzamos en el mundo del vino en el año 2013, tras plantar los primeros viñedos en el Valle de Baztan. Nuestro objetivo era hacer vino blanco ecológico y el año pasado ya conseguimos 500 botellas, que vendimos en 24 horas”, señala uno de sus propietarios, Iñaki Bengoetxea.
Pero esta ‘bodega experimental’, no tiene DO: “Es normal, aquí nunca se ha plantado y aunque nuestro objetivo empresarial está en llegar a 13-14.000 botellas al año (hacia el 2024), estamos en una tierra en la que nunca se había plantado viña y todo es probar y mimar mucho la planta, porque queremos implantar un proyecto vitivinícola nuevo e innovador en Baztán“.
Nos cuenta que han plantado “variedades bien adaptadas al clima atlántico: Gros manseng y Petit manseng (Izkiriota handia, Izkiriota txikia), comunes en la denominación de Irulegi; Hondarrabi zuri, propia del txakoli; y Riesling como complementaria a estas variedades”.
Así pues, los escasos productores del norte de Navarra lo ven claro, como sentencia Bengoetxea: “Nuestro vino no se parece en nada al vino ‘tipo’ de Navarra, parece txacolí, pero con matices muy diferentes. A corto no veo una DO en esta zona, a medio no lo sabe nadie. Quizás una IGP (Indicación Geográfica Protegida) en la zona de Baztán si estas viñas funcionan”.