El sector primario tiene una importancia estratégica en Navarra. Los agricultores y las industrias agroalimentarias exportan cada vez más y, por eso, demandan avances tecnológicos que permitan mejorar su calidad y producción, optimizando los recursos. El problema es que no siempre ese conocimiento llega a aplicarse y, con ese propósito, surgió Iden Biotechnology, una empresa navarra dedicada a desarrollar y transferir tecnología de alta calidad al mercado trabajando desde un enfoque agrobiotecnológico.
Su directora general, Nora Alonso, explica que el grupo de investigación del Instituto de Agrobiotecnología donde realizó su tesis doctoral, observó que “lo que se hacía en laboratorio, se podía utilizar a nivel industrial”. La distancia entre el sector científico y el agrícola, sin embargo, era muy grande, “había un abismo, no había puentes” que transfirieran el conocimiento tecnológico al campo.
Sin esa transferencia, las empresas no usan el conocimiento alcanzado por los científicos, por lo que muchas investigaciones “no rentabilizan sus resultados y ese es el gran problema”. A ello se añade, una crisis económica que está ahuyentando a los científicos y España, que ha sido una referencia en la investigación agrobiotecnológica, “está perdiendo” esa posición.
Con el objetivo de fortalecer el nexo de unión entre ciencia y productores, se creó Iden Biotechnology. Su actividad consiste en “transformar la investigación en una prueba de concepto, algo que la empresa entienda que funciona, en una planta o un ensayo en campo”. Se trata de “demostrar que ese conocimiento puede ser un producto que se puede desarrollar”. Se lleva, por tanto, los resultados del laboratorio al campo.
HITOS IDEN
En estos años de trabajo, Iden ha logrado sacar adelante 6 patentes, todas testadas ya en el campo. En este sentido, Alonso asegura que “una de las fortalezas que tenemos es que conocemos bien el mercado, sabemos lo que demanda y las tecnologías que estamos desarrollando están funcionando en campo y están funcionando muy bien”.
Entre sus resultados, por ejemplo, destaca el incremento de producción en torno al 20% que se ha logrado con el tomate, en términos de kilos de tomate maduro por hectárea. Se trata, además, de un producto que “sincroniza la maduración”. Un aspecto importante si se tiene en cuenta que el tomate se cosecha en un único momento. Si no se cuenta, por tanto, en ese instante del máximo número de tomates maduros, el productor sufrirá una merma de su producción.
De esta forma, Iden ha logrado demostrar que “podemos tener más tomate maduro en el momento de cosecha, con lo que cosechamos mucho más”. Esta y otras tecnologías se han logrado demostrar también en el maíz, la patata, la cebada o el arroz.
LEGISLACIÓN
Esta empresa navarra ha logrado licenciar algunas de estas patentes en Estados Unidos o India, y trabajan con otras organizaciones en Sudamérica, África o Canadá. En Europa, sin embargo, es más complicado, entre otras cuestiones, por la legislación.
En el área de agrobiológicos, “hay países donde la legislación está más clara para saber cómo llegar a mercado”. Europa, sin embargo, “hoy tiene un problema, porque todavía no sabe ni cuál va a ser su legislación para poner este tipo de productos en el mercado, no está definida”. Esto genera una situación de “inseguridad jurídica” que perjudica tanto a los científicos como a los agricultores.
Por eso, Alonso explica que “necesitaríamos que la normativa sea clara, que sepamos en qué categorías entran los productos que estamos desarrollando y cuál es el proceso regulatorio que se tiene que seguir para la puesta en marcha de ese producto en el mercado”.
FUTURO
La directora de Iden recuerda que “Europa va a tener que competir en conocimiento”. Uno de los problemas que ha habido con la legislación en el área de agrobiológicos, explica Alonso, es que “algunos productos se vendían sin estar bien caracterizados, no se sabía muy bien qué eran”. La normativa que se está desarrollando, sin embargo, pedirá explicar por qué funciona un producto para lograr su autorización.
Desde Iden, confían y creen en este camino, por eso ven el futuro con “mucho optimismo” y con el objetivo de convertirse en la “referencia europea, dentro del sector agrobiológico”.