La facturación mundial de la impresión funcional se situó en los 15.000 millones de dólares en 2023, según datos de Global Market Insight. Y, de dicha cuantía, 421 millones procedieron de los sensores flexibles e impresos. Una cifra que, según el Functional Print Cluster, aumentará en el futuro gracias en gran medida al crecimiento de las exportaciones y a la investigación en I+D+i. Desde su creación en 2014 por empresas navarras especializadas en la impresión tradicional, esta organización de ámbito nacional suma ya 85 entidades socias, entre las que se encuentran también centros de investigación y universidades de todo el país. La facturación agregada de todas ellas ya asciende a 1.500 millones de euros.
Con motivo de su décimo aniversario, celebrado en Pamplona el pasado noviembre, la gerente del clúster, Susana Barasoain, atiende a Navarra Capital en su sede de Pamplona para analizar la situación actual del sector, valorar el papel que desempeña España en el panorama internacional y esbozar algunas de las principales aplicaciones de esta innovadora tecnología.
En la actualidad, cincuenta de sus 85 empresas asociadas son navarras (58,8 %). ¿Cómo ha sido la evolución de estos datos durante los últimos años y qué previsiones de crecimiento barajan para el futuro respecto al número de empresas asociadas?
La cifra de socios se ha mantenido, y eso es importante para nosotros porque significa que las alianzas generadas funcionan en un entorno donde la colaboración es clave. Somos un clúster tecnológico donde empresas, universidades y centros de investigación (estos últimos suponen el 25 % de los socios) quieren implantar este tipo de tecnología y desarrollar proyectos innovadores. Recientemente, se han incorporado Grupo Azkoyen, la unidad de I+D+i de Solidus Innova y Gnanomat, una startup madrileña proveedora de tintas. Nuestro objetivo fundamental de cara al futuro es mantener el número de socios actual y que toda nuestra cadena de valor colabore directamente con la tecnología, bien dentro de proyectos de investigación, desarrollo e innovación, o integrándola en el producto final.
La electrónica impresa o los tratamientos de modificación de superficies son algunas de las «múltiples derivadas» de la impresión funcional. Pero, ¿qué otras aplicaciones menos conocidas le auguran?
El reto está en unir los eslabones de nuestra cadena de valor. Por un lado, contamos con el impulso de la tecnología, pero necesitamos también el de la industria. Debemos integrar la I+D+i en la empresa para que los proyectos sean una realidad y se puedan comercializar. Se trata de salir de la teoría de la investigación para materializar la idea y generar empleo. Es lo que nos diferencia respecto a los clústeres de automoción o salud, por ejemplo. Trabajamos en cinco áreas de mercado clave: salud, hábitat, packaging y logística, el IoT (Internet of Things) y la movilidad. Desarrollamos los retos, oportunidades tecnológicas y conexión con la demanda de estas áreas a través de grupos de trabajo especializados.
En el ámbito de la movilidad, por ejemplo, las últimas reuniones se han realizado con el Clúster de Automoción de Aragón o con la Plataforma Ferroviaria Española para presentarles nuestros avances tecnológicos. Está claro que la electrónica impresa también se va a aplicar en el mundo de la salud, de la accesibilidad y de la prevención porque podemos aportar flexibilidad y ligereza a cualquier aparato. También miramos al mercado ferroviario, ya que está recibiendo una gran cantidad de ayudas a nivel europeo. De hecho, hemos realizado un informe para analizar qué oportunidades tecnológicas ofrece, y hemos observado que la electrónica impresa se puede implementar en la fabricación de trenes y en la construcción de estaciones. Con nuestra tecnología podemos calentar asientos y generar luz más barata y ecológica con leds integrados en nuestros productos impresos.
«Nos fijamos en Corea del Sur porque su manera de potenciar la innovación es atractiva y porque la integra en el producto final»
En este sentido, ¿cómo se puede integrar la impresión funcional en un sector tan estratégico para Navarra como la automoción?
Trabajamos con una tecnología muy dependiente del avance de otras industrias. Actualmente, el sector del automóvil se encuentra en un impasse importante, sobre todo en Europa. Y aunque este año estamos viendo posibilidades de retroceso de esta industria en Alemania, se siguen creando centros de innovación a pie de fábrica. Generalmente, la impresión funcional se utiliza para aligerar el vehículo, ya que actualmente los coches llevan incorporada una parte electrónica que pesa mucho. La sensórica impresa puede aligerar esa carga y reducir el cableado. De igual manera que con los trenes, los coches también pueden ser más ligeros. También estamos en un momento clave en otras industrias como salud, wearables o dispositivos electrónicos orientados al deporte donde la impresión funcional tiene múltiples aplicaciones. Por ejemplo, en la medición de glucosa o lactosa. También en la vivienda, ya que nuestra tecnología está muy vinculada al control de la temperatura de un edificio o a la eficiencia energética.
Cincuenta de las 85 empresas asociadas al Functional Print Cluster están afincadas en la Comunidad foral.
Al contrario que en otros países, el ecosistema de la impresión funcional en España surgió a partir de la industria tradicional, que estaba necesitada de diversificación y tecnología. ¿Qué más diferencias presenta España respecto a otros países?
Tenemos una ventaja, y es que conocemos muy bien los retos de la industria, sus dificultades y qué supone enfrentarse a unos avances que impactarán directamente en las cadenas de valor y producción. Somos más colaborativos que los clústeres de Francia, Sajonia o Finlandia, con los que trabajamos en la actualidad. Por ejemplo, este último es mucho más tecnológico que el nuestro porque se compone de empresas de telefonía móvil y electrónica. Nosotros venimos directamente del mundo de la impresión, tanto tradicional como de la esfera de las artes gráficas. Gran parte de las compañías socias del clúster están incorporando procesos cada vez más tecnológicos, pero sería difícil que lo lograran sin esa experiencia industrial que las caracteriza. Si no hay un actor que integre esa tecnología con una correcta transferencia, muchos proyectos se quedarán en el aire.
¿Está nuestro país entre los referentes a nivel mundial?
Sí. Ahora mismo se puede decir que el país europeo más avanzado en electrónica impresa es Alemania porque allí existe una asociación europea que impulsa mucho esta tecnología. Además, organiza la feria más importante del continente, LOPEC. Francia y Finlandia se ubican detrás, pero España tiene una posición dominante. Nuestras empresas productoras gozan de una gran presencia internacional porque trabajan con aquellas que cuentan con capacidad de decisión. Por su parte, casi todos los centros tecnológicos y las universidades socias colaboran en proyectos fuera del país con otras entidades europeas. Varios reportes tecnológicos publicados este año, como el informe Draghi o el informe Letta, reflejan que España realiza una correcta inversión en I+D+i, sobre todo desde el ámbito público. Donde debemos mejorar es en la transferencia hacia la industria, hacia el producto. Es una labor para los clústeres tecnológicos. Estas publicaciones también muestran que una sociedad moderna y avanzada debe impulsar un mundo empresarial innovador.
¿Y Navarra?
Navarra está bien posicionada a nivel nacional e internacional porque aquí nació el clúster. Además, hemos querido mantener en Navarra las oficinas de la Plataforma Tecnológica Española de Impresión Avanzada 3NEO y, para nosotros, creo que es importante reflejar que la Comunidad foral está representada en las diferentes ferias a las que acudimos. Por otro lado, siempre hemos recibido el apoyo del Gobierno de Navarra a través del Departamento de Industria y de Transición Ecológica y Digital Empresarial, la Dirección General de Fomento Empresarial y el Departamento de Universidad, Innovación y Transformación Digital.
¿En qué países se deben fijar España y Navarra fuera de Europa para seguir avanzando en materia de impresión funcional?
Evidentemente, el mundo asiático está revolucionando el mercado. Nos estamos fijando en Corea del Sur porque su manera de potenciar la innovación es atractiva y porque la integra en el producto final. Por ese motivo, varios representantes del clúster han estado allí visitando diferentes ferias. De hecho, queremos establecer una línea de colaboración con el país y estamos organizando un viaje para saber cómo trabaja. También tenemos un ojo puesto en China, el productor de impresión funcional por excelencia.
En esta misma línea, ¿en qué ferias internacionales están presentes para tomar referencias y hacer networking?
Actualmente nos fijamos mucho en las ferias de nicho de los cinco sectores que hemos priorizado y, posteriormente, hablamos con nuestros socios para saber a cuáles van a acudir. El pasado noviembre, muchos de ellos visitaron Medica, celebrada en Düsseldorf y centrada en avances tecnológicos vinculados a la salud. Otra muy interesante es Automotive Interiors, focalizada en el interior de los vehículos. Gracias a la colaboración con ICEX, desde este año contamos con un stand muy llamativo en la feria LOPEC de Múnich para demostrar la fuerza de la I+D+i que posee España. Acudiremos de nuevo en 2025 junto a nueve empresas y centros tecnológicos. Gracias a ICEX, estamos llevando a cabo ese proceso de internacionalización y de apertura de nuevas líneas de trabajo. Y no solo es importante nuestra presencia en ferias, sino que también visitamos numerosas empresas del ecosistema o nos reunimos con otros clústeres.
«Debemos integrar la I+D+i en la empresa para que los proyectos sean una realidad y se puedan comercializar»
¿En qué ámbitos ve un mayor margen de mejora y crecimiento para que la impresión funcional tenga más recorrido en el ámbito empresarial?
Quizás debamos reforzar el vínculo de la ciudadanía con la impresión funcional. En 2025, vamos a lanzar proyectos para que la sociedad conozca qué se puede llegar a hacer con esta tecnología. Hay que amabilizar y hacer realidad la I+D+i para acercarnos a la sociedad con un toque más personal. También estamos trabajando en el Proyecto Infinite, centrado en la formación, la internacionalización y el posicionamiento de nuestras empresas a nivel europeo; vamos a impulsar alianzas entre los países que trabajamos la impresión funcional y la electrónica impresa en Europa; y ampliaremos la formación para crear perfiles profesionales con conocimiento especializado que se constituirán como grados de Formación Profesional. De esta forma, los alumnos podrán viajar entre Finlandia, Alemania, Letonia y España para aprender. Es más, en 2026 instalaremos un grado en impresión funcional en Salesianos Pamplona aunando las artes gráficas con la electrónica.
