viernes, 31 enero 2025

Federico Sanmartín, un químico y culturista que abandera el reciclaje de aerogeneradores

Creció en un pequeño pueblo zaragozano y, aunque se formó como químico, su carrera profesional no transcurrió en un laboratorio. De hecho, apostó por la gestión de residuos, lo que le llevó a incorporarse a FCC Ámbito. Hoy lidera EnergyLoop, el proyecto de dicha compañía e Iberdrola para reciclar palas de aerogeneradores y cuya planta de Cortes iniciará su actividad en la primera quincena de mayo. Sanmartín, que además lleva más de media vida ligado al culturismo, se siente en plena forma para asumir el reto.


Pamplona - 31 enero, 2025 - 11:26

El zaragozano Federico Sanmartín lidera EnergyLoop desde el pasado 2024. (Fotos: Jasmina Ahmetspahic)

Nació y creció en Ricla, un pequeño pueblo zaragozano. Desde entonces, la vida rural siempre le ha cautivado. De hecho, su madre dio a luz al calor de su hogar, no en un hospital. «Antes todo funcionaba de una manera diferente. El médico del pueblo vino a casa, y ahí nací yo, el mayor de cuatro hermanos», relata risueño Federico Sanmartín. La responsabilidad, el esfuerzo, el compromiso y el trabajo duro fueron valores que pronto adquirió. Solía ayudar en el bar que poseía su padre. «¿Café con leche? ¿Con hielo? ¿Cortado?», preguntaba a toda velocidad, muy atento a las peticiones de los clientes. Su madre, sin embargo, capitaneaba una tiendecita en la zona. «Aprendí a arrimar el hombro y a echar una mano. Todos esos momentos marcaron mi niñez», apunta justo antes de narrar las aventuras de un «zaragozano repleto de sueños».

El tiempo transcurría a un ritmo tranquilo junto a sus abuelos, que cuidaban de él «con todo el amor del mundo». Así, nuestro protagonista aprendió a ver la vida a través de un prisma muy especial: lejos del bullicio de la ciudad, comprendió que el verdadero tesoro se encuentra en las raíces de uno mismo y en las personas que te enseñan a mirar el mundo con otros ojos.

También recuerda con cariño el frío de aquellos inviernos. Por aquel entonces, en la escuela del pueblo se usaban estufas de leña, y los alumnos hacían turnos para encenderlas diariamente: «Venía un remolque lleno de leña y nosotros la descargábamos. En clase, cuando la maestra nos ponía tarea a los estudiantes, ella aprovechaba para hacer ganchillo. Era muy divertido, tengo recuerdos muy entrañables de aquella época».

DE MÉDICO A QUÍMICO

A los doce años, se presentó a un concurso de redacción. El texto debía responder a la pregunta «¿qué quiero ser de mayor?». Federico deseaba ser médico, así que escribió sobre aquella vocación. Y ganó el certamen. «Sin embargo, luego la vida me llevó por otro camino. Es mi hermana quien ha acabado ejerciendo como médica, y no yo. Yo me decanté por la química», apostilla.

Así, estudió Ciencias Químicas en la Universidad de Zaragoza y se especializó en Química Inorgánica. Como casi todo el mundo, no puede evitar sonreír al viajar al pasado y rememorar su etapa universitaria. Aunque al principio sintió miedo e incertidumbre, pronto potenció aquellos firmes valores que le habían transferido sus padres: «Conocí a gente maravillosa que me enseñó a crecer personal e intelectualmente. Fueron años muy enriquecedores».  

Al finalizar su formación, realizó el servicio militar, que entonces era obligatorio. Tuvo que marcharse a Palma de Mallorca y, aunque no le hacía especial ilusión, intentó «sacar el lado positivo» de la situación y adaptarse a las circunstancias. «Aproveché para impregnarme de todo lo bueno que puede brindarte la experiencia de estar en otro lugar diferente, que hasta entonces no había conocido», sostiene con firmeza.

APRENDER Y APORTAR

Después de aquel año en Palma de Mallorca, echó currículos aquí y allá en busca de nuevos horizontes laborales. Así, fichó por una empresa zaragozana especializada en la gestión de residuos peligrosos. «Control de depuradoras, comercialización de productos químicos… Todos estos asuntos eran algo todavía muy incipiente», acentúa Federico. En total, permaneció en la compañía unos siete años. Tiempo suficiente para que naciese en su interior una profunda curiosidad por conocer más y más el mundillo de la gestión y el contacto con los clientes. 

«Aprender y aportar, aprender y aportar… Pensé que EnergyLoop englobaba a la perfección esa actitud que siempre he adoptado. Y no me equivocaba»

Al poco tiempo, recibió una llamada de FCC Ámbito. La firma tenía un interesante reto por delante: crear una nueva delegación enfocada en la gestión de residuos industriales para Aragón y La Rioja. Así, Federico ejerció como jefe en esta unidad de negocio durante veintitrés años. «Poco a poco fuimos incorporando empresas y afianzando la cartera de clientes. Luego me nombraron coordinador de toda la Zona Norte», evoca.

Aprender y aportar son dos verbos que siempre le han acompañado. Allá a donde va, Federico está «receptivo» para conocer nuevas ideas y participar «en lo que sea, arrimando el hombro». Por eso, cuando se le presentó la oportunidad de liderar EnergyLoop, el proyecto de Iberdrola y FCC para reciclar palas de aerogeneradores, no dudó en aceptar el desafío: «Aprender y aportar, aprender y aportar, aprender y aportar… Pensé que EnergyLoop englobaba a la perfección esa actitud que siempre he adoptado. Y no me equivocaba».

RECICLAR EL 100 % DE UN AEROGENERADOR

Así, en marzo de 2024 comenzó a liderar EnergyLoop como director gerente de la planta ubicada en el polígono industrial de Cortes. Tras terminar a finales del año pasado la obra civil, el proyecto «ya está incorporando infraestructuras, equipo y personal», al tiempo que ha logrado una licencia para habilitar próximamente una zona destinada al acopio temporal de palas. Este espacio, que ocupará una superficie cercana a los 4.000 metros cuadrados, acogerá los restos de aerogeneradores hasta que la planta esté operativa. «Prevemos comenzar la actividad a lo largo de la primera quincena de mayo. Estoy muy ilusionado y muy agradecido a Julio Rodríguez, María Jesús Kaifer e Iván Botamino, que depositaron su confianza en mí para liderar este proyecto», subraya nuestro invitado.  

EnergyLoop iniciará su actividad en la planta de Cortes durante la primera quincena de mayo.

EnergyLoop iniciará su actividad en la planta de Cortes durante la primera quincena de mayo.

Normalmente, la vida útil de un aerogenerador no supera los veinticinco años. Por eso, la mayoría de los parques eólicos instalados en el año 2000 ya «está cerrando su ciclo vital». Y ahí es, precisamente, donde entra en juego EnergyLoop: «Se generarán cientos de toneladas de palas de aerogeneradores. Hay que poner una solución para que no vayan al vertedero y se pueda reciclar el 100 % de cada aerogenerador». Estos materiales irán destinados a sectores muy diversos, como la automoción o la construcción. «Hasta ahora, las palas y los composites se troceaban y se tiraban a la basura. Nosotros queremos dar una segunda vida a ese material. Se puede usar para crear paneles de mesa o muebles, o para fabricar contenedores y almacenar productos», agrega.

«Hasta ahora, las palas y los composites se troceaban y se tiraban a la basura. Ese material se puede usar para crear muebles o contenedores»

En este sentido, EnergyLoop iniciará su actividad con el reaprovechamiento de las palas y la gestión de los residuos de dos parques eólicos ubicados en Albacete: Isabela y Molar de Molinar, los primeros de Iberdrola que se repotencian en España. «En total se desmontarán 139 aerogeneradores, lo que supone 417 palas con un peso superior a 800 toneladas. Queremos consolidarnos como punta de lanza en los residuos del sector eólico», detalla.

Pero Federico no solo es un apasionado de la energía eólica y la economía circular. En su vida hay tres pilares fundamentales: su hijo, Diego; su mujer, Cristina; y el deporte. Y cuando estos tres factores se combinan, es «completamente feliz». «Ir al gimnasio y compartir la pasión por hacer ejercicio es ilusionante», apunta para acto seguido mencionar que es personal fitness trainer por la Federación Internacional de Fisicoculturismo. «En alguna ocasión he impartido clases a mis amigos. Tengo 57 años y llevo cuarenta haciendo entrenamiento de pesas y musculación», sentencia satisfecho.

Nuestro protagonista también practica senderismo. De hecho, siempre que puede se escapa al Pirineo navarro para hacer alguna que otra excursión. Recientemente, visitó la selva de Irati. Allí, los rayos de sol se filtran a través de los árboles, proyectando sobre la tierra un espléndido mosaico de luces y sombras. Y el tiempo parece detenerse. Exactamente como sucedía en el pueblo zaragozano donde Federico nació y creció. Y entonces entendemos algo: cada recuerdo que atesoramos forma parte de un paisaje único que, poco a poco, vamos tejiendo a lo largo de nuestra vida.


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