El Grupo Logisiete vive un momento de profunda transformación. En 2023, pasó de fabricar puertas y complementos de madera, lacas y poliméricos para muebles de cocina a producir el mobiliario «completo y personalizado» a medida. Ahora, tras haber sido la única empresa navarra incluida en las últimas tres ediciones de la lista Cepyme500, la compañía de Viana está acometiendo inversiones millonarias para potenciar su digitalización y sostenibilidad. Para ello, ha adaptado sus instalaciones centrales, que suman 10.000 metros cuadrados, y ha formado en ambas materias a los 113 trabajadores que emplea en la localidad navarra y en otros dos centros de trabajo ubicados en La Rioja.
«Fuimos un sector privilegiado en la pandemia y, por nuestro negocio, teníamos un pulmón muy consolidado de materia prima, respaldado por un almacén de catorce pisos que instalamos y automatizamos en 2020»
Este cambio comenzó a gestarse en 2016, cuando la empresa pasó a ser dirigida por Julia Soria, que también ejerce como directora de Finanzas, y José Manuel Landaluce, su homólogo en Producción. «Trabajamos en Logisiete desde 1991 y, desde hace muchos años, liderando nuestras respectivas áreas aunque no fuésemos la cabeza visible. Con la dimisión del anterior gerente, nos hicimos cargo y pusimos en marcha la transformación industrial de la empresa», relata la primera.
El crecimiento de la firma se vio especialmente aupado por la irrupción de la pandemia. «Fuimos un sector privilegiado y, por nuestro negocio, teníamos un pulmón muy consolidado de materia prima, respaldado por un almacén de catorce pisos que instalamos y automatizamos en 2020», añade el segundo.
Las cifras que propiciaron la inclusión del Grupo Logisiete en tres listas consecutivas de Cepyme500 evidencian el éxito de su trabajo. La compañía, que facturó 8 millones de euros en 2016, ingresó 22 millones en 2021 y cerró el ejercicio con una plantilla de 94 personas, unas 42 más que cinco años atrás. Precisamente, entre los nuevos fichajes se encontraba el actual gerente de la firma, Ion Aguirrebeña, que se incorporó como el tercer miembro de la Dirección.
Este crecimiento motivó un momento de reflexión en 2022. «Teníamos un importante obstáculo para mantener esa tendencia. Estábamos a medio camino entre ser fabricantes y almacenistas, de modo que a veces competíamos con nuestros clientes. Por eso, decidimos dar una vuelta de timón para dedicarnos solo a la fabricación», concreta Aguirrebeña. Así, la empresa renunció a la venta de componentes de mobiliario para cocinas, lo que le hizo disminuir la facturación, para instalar nuevas líneas, implementar un nuevo software y trabajar en la introducción del sistema Lean a sus operaciones. La inversión fue de un millón de euros.
En 2023, la empresa invirtió un millón de euros en instalar nuevas líneas, implementar un ‘software’ y aplicar el sistema Lean.
Por otro lado, este año ha puesto en marcha un nuevo proyecto que pretende reforzar sus medidas de sostenibilidad y su transformación digital. «Invertiremos otro millón de euros hasta 2025 para reducir el uso de plástico en nuestros embalajes, así como para implantar nuevos equipos y sistemas de automatización. En este último punto, nuestros informáticos están sumergidos en una labor intensa de I+D, cuyo objetivo es que nuestros clientes puedan introducir unos planos en el sistema y que esa referencia se convierta en una cocina a medida de forma automatizada al final de la producción. Así mismo, trabajamos para que el producto llegue al cliente con un código QR que le explique cómo montar todo», detalla Landaluce ilusionado.
VENTAJAS COMPETITIVAS
El Grupo Logisiete, que cerró 2023 con un volumen de negocio de 18 millones de euros, fabrica en la actualidad unas 16.000 cocinas al año. «Nuestro valor añadido es que, desde la solicitud del proyecto hasta la instalación en casa, apenas hay dos semanas de diferencia, si bien proyectamos bajar ese tiempo a una. El corto tiempo de espera y la relación calidad-precio que ofrecemos a los distribuidores nos diferencian de nuestra competencia «, subraya Soria.
La compañía de Viana, que fabrica unas 16.000 cocinas a medida cada año, exporta a un total de 32 países.
Pero los planes de la compañía son mucho más ambiciosos de cara a los próximos cuatro años. En ese plazo, espera «doblar» su producción para abordar dos oportunidades detectadas en el mercado. Por un lado, ya ha empezado ampliar su gama de muebles más allá de las cocinas. «Estamos haciendo nuestros pinitos con muebles de baño. Identificamos esa demanda por parte de nuestros distribuidores, que exigen productos complementarios con los mismos diseños y acabados personalizados», constata Landaluce.
PRESENCIA EN 32 PAÍSES
Por otro lado, la ampliación de la producción le permitiría afianzar los destinos internacionales de sus muebles, según agrega Aguirrebeña: «Nos costó recuperarnos de la crisis de 2008 y veíamos claro que no podíamos depender solo del mercado nacional, en el que, por otra parte, estábamos bastante consolidados». En la actualidad, las cocinas navarras del grupo están presentes en 32 países de América, África, Asia y Europa, donde cuentan con más de cien distribuidores.
En paralelo a su transformación, la firma navarra también está llevando a cabo un proceso de relevo generacional.
«El año que viene, República Dominicana será nuestro tercer mejor mercado después de España y Francia. Y creemos que nuestra labor en Abu Dabi puede tener un recorrido importante gracias a un distribuidor con el que hemos afianzado la relación», celebra el gerente del grupo. Gracias a las inversiones industriales, la compañía espera aumentar en cuatro años su porcentaje de exportaciones, cifrado actualmente en el 20 %, hasta alcanzar «entre un 60 % y un 70 %».
Un futuro ilusionante para la firma navarra, que trabaja también en su relevo generacional. «Ion es hijo de Julián Aguirrebeña, que en estos momentos también ejerce como administrador. Así mismo, el hijo de José Manuel y un sobrino mío ya trabajan en la empresa con la vista puesta en poder dejar este legado en las generaciones futuras», remarca Soria.
