domingo, 13 abril 2025

Grupo Vitilia aterriza en mercados emergentes como Brasil para sortear la crisis del vino

En plena crisis estructural del sector, el grupo navarro, formado por Bodegas Olimpia, Pagos de Obanos, Bodegas Artajona, Cialu, Iraona Distribuciones, Aguas de Belascoain y Uralai, busca nuevos mercados más allá de los circuitos tradicionales. Por eso, y tras dos años de negociaciones, enviará su primer pedido a Brasil el mes que viene. Todo ello mientras, como otras bodegas, negocia sus acuerdos en Estados Unidos e intenta reactivar las ventas a China, que se vieron afectadas por la pandemia. Además, su director general, Fernando Pérez de Ciriza, detalla a Navarra Capital la existencia de un anteproyecto para rehabilitar el balneario de Belascoain.


Pamplona - 10 abril, 2025 - 18:47

La familia Pérez de Ciriza espera retomar las visitas guiadas a las instalaciones de Pagos de Obanos. (Fotos: Maite H. Mateo)

En 1957, Flavia Olimpia Oficialdegui y Javier Pérez de Ciriza, un matrimonio de Artajona, emigraron desde el pueblo a Pamplona en busca de oportunidades. Allí fundaron Vinos Artajona, que a partir del año 2000 operó desde el polígono Agustinos. Desde entonces, la empresa se transformó en un grupo con varias bodegas que hoy dirige la tercera generación de la familia: Fernando, director general; Berta, directora de Exportación y responsable del Departamento de Comunicación y Marketing; y Pablo, encargado técnico. 

Así, bajo el paraguas de la marca Vitilia, la firma agrupa Bodegas Olimpia (Cáseda), Pagos de Obanos (Obanos), Bodegas Artajona (Pamplona) y Cialu (Rioja Alta). Además, cuenta con una empresa de distribución local, Iraona Distribuciones, y es propietario de Aguas de Belascoain y Uralai, procedentes del manantial situado en el valle de Etxauri que gestiona desde los años 80.

PRESENCIA EN QUINCE PAÍSES

Entre 2018 y 2019, Grupo Vitilia logró unos resultados excelentes, reforzados además por el auge del enoturismo. Pero la pandemia supuso un «duro golpe» para quienes, como la compañía navarra, tenían en China a su principal mercado exportador. Cinco años después, con treinta personas en plantilla, el grupo factura unos 3,5 millones de euros al año, de los cuales entre el 40 % y el 50 % corresponden a las ventas en el extranjero.

Su internacionalización comenzó en 2004 de la mano de su actual director general, que se incorporó a la empresa en 1998. Ahora, la firma sigue presente en quince países, entre los que destacan Estados Unidos, Taiwán, Alemania, Holanda, Bélgica, Dinamarca o Finlandia, entre otros.

Fernando Pérez de Ciriza, gerente del grupo y tercera generación de la familia, fue el propulsor de la internacionalización en 2004.

Fernando Pérez de Ciriza es el director general del grupo y representa a la tercera generación de la familia.

Uno de los principales objetivos de la compañía pasa por retomar su «estrecha» colaboración con el mercado chino y por renovar los acuerdos comerciales con el país norteamericano en plena tormenta arancelaria. «Tuvimos unos años muy buenos. Pero tras la pandemia, la crisis energética, los problemas en el Canal de Suez  y los aranceles de Trump, todo está siendo más complicado. En China nos gustaría recuperar nuestros niveles de ventas, ya que antes teníamos una gran presencia en el mundo oriental. Había alegría en el mercado, pero ahora estamos con el freno de mano echado. Es que si se para el flujo, luego es complicado retomarlo con rapidez», atestigua Pérez de Ciriza, quien también desea volver a organizar visitas guiadas en sus instalaciones de Obanos. 

Por eso, y con el fin de sortear las dificultades que rodean al sector, el grupo está estudiando su desembarco en mercados emergentes más exóticos como África o Latinoamérica. De hecho, y tras dos años de negociaciones, en mayo enviará su primer pedido a Brasil, un destino con el que los responsables de la compañía están «muy esperanzados»: «Creemos que tiene mucho potencial. Los mercados del vino están muy maduros, pero hay países incipientes que todavía merece la pena explorar».

Además, el director general del Grupo Vitilia señala que «una de las fortalezas» de este es, precisamente, «la diversificación»: «No solo somos bodega, somos manantial, distribuidora local, canal de alimentación con presencia en grandes superficies… Eso nos ha permitido no depender tanto de las exportaciones para mantenernos».  

UNA CRISIS ESTRUCTURAL

Con una gama de vinos clásica formada por tintos, blancos y rosados, la empresa navarra produce anualmente entre 1,5 y 2 millones de litros, que embotella bajo sus propias marcas y para terceros. En concreto, los blancos muestran el mayor crecimiento porcentual en los últimos años. En esta línea, Pérez de Ciriza asegura que su grupo es uno de los que más vende en grandes superficies, pero precisa que todavía tiene el reto de «dar el salto a la hostelería»: «Es más sencillo vender cajas enteras en Canadá que una copa en la calle Estafeta. Los navarros deberíamos apostar más por el producto local, aunque somos conscientes de que se está trabajando en ello». 

El Grupo Vitilia, que está presente en quince países, trabaja para retomar el flujo comercial con China previo a la pandemia.

El Grupo Vitilia, que está presente en quince países, trabaja para retomar el flujo comercial con China previo a la pandemia.

Pérez de Ciriza no tiene reparos a la hora de hablar sobre la «profunda crisis» que atraviesa el sector debido al exceso de producción; la caída del consumo per cápita; la falta de relevo generacional; las corrientes antialcohol; y las «subvenciones institucionales insuficientes», que califica como «parches» ante un problema estructural (Navarra ha perdido casi el 40 % de sus vides en los últimos veinte años).

«Las ayudas al sector para la vendimia en verde o la destilación de crisis solo retrasan la toma de decisiones traumáticas en los próximos tres años»

«Las ayudas al sector vitivinícola para la vendimia en verde o la destilación de crisis solo retrasan la toma de decisiones traumáticas en los próximos tres años. Además, el marco regulatorio europeo, nacional y regional resta competitividad al sector, especialmente en un ámbito tan atomizado como el nuestro. Y los mercados exteriores lo saben. Hay intereses encontrados entre las bodegas privadas, las cooperativas, los viticultores… Existen muchos bodegueros con ilusión al frente de las empresas navarras, pero también falta unidad o trazar una línea común de actuación. Quedamos pocas compañías privadas con capital 100 % local como la nuestra y cada vez tenemos menos peso, por lo que acabaremos desapareciendo si no se adoptan medidas más profundas. Nos está salvando la capacidad de adaptación del equipo», resalta.

UN PROYECTO SINGULAR

En paralelo, y dentro del proceso de transformación que afronta la compañía, Pérez de Ciriza también comenta la existencia de un anteproyecto para rehabilitar el balneario de Belascoain.

En este sentido, el plan contempla abrir al público un hotel de cuatro estrellas con 60 habitaciones y spa: «Es una opción preciosa a solo diecisiete kilómetros de Pamplona, con un gran potencial turístico. Buscamos personas que nos ayuden a recuperar el esplendor que este emblemático lugar tuvo en su momento».


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