Anglicismo de origen francés que se utiliza desde el siglo XVII, el concepto glamur ha modificado su significado hasta llegar al XIX, cuando deja de relacionarse con el ocultismo y la magia. En la época dorada de Hollywood del ‘star system’ es cuando su uso se generaliza y ya forma parte de nuestro vocabulario habitual. Pero, ¿existe o ha muerto?
Para el peluquero estilista Mikel Luzea, formado en Londres y establecido en Pamplona desde 1996, “el glamur no ha muerto pero probablemente sí ha cambiado. Lo que antes podría ser glamuroso ahora no lo es tanto y viceversa”. En cuanto a Pamplona, Luzea considera que “en general Pamplona no es una ciudad glamurosa, aunque puede tener sus momentos”.
Diferente opinión mantiene Javier Laspalas, quien considera que “Pamplona es una de las ciudades con más glamur del norte de España. Solo hay que mirar un poco a tu alrededor. Se aprecia enseguida”. Laspalas, quien forma parte de una familia de peluqueros, lo tiene claro: “el glamur no ha muerto… Se expresa por sí mismo y no depende de las circunstancias. Existió, existe y existirá. El glamur no tiene que ser sofisticado. La gente lo asocia a ello y no es así”.
En el mundo de la moda, las opiniones también son similares. Los matices marcan la diferencia. Florentino Cacheda, gallego propietario de la tienda de moda de hombre Florentino recientemente inaugurada en Pamplona cree que la palabra glamur “tiene que ver incluso más con la personalidad de cada uno que con nuestro modo de vestir”. En palabras de Cacheda, “por lo que podido percibir en mis visitas a la ciudad, la gente de Pamplona tiene gusto por el vestir”.
Javier Laspalas: “el glamur no es precio, es cultura. Si tienes glamur, puedes ponerte cualquier cosa”.
Carmen Garín y Jesús Martínez, propietarios de las tiendas de moda femenina y masculina Cristal y Tierra, son contundentes cuando afirman que “el glamur NUNCA puede morir, tiene que permanecer como esa esencia especial y diferente que hace sobresalir a una persona sobre el resto”. Consideran que dentro de su mundo de la moda, en el que están en Pamplona desde 1986, “muchas veces el objetivo es que toda persona en un momento determinado de su vida se sienta glamurosa y especial, que lleve las prendas con elegancia, mucho estilo y delicadeza, eso le va a aportar atracción y mucho encanto”.
¿ES CARO EL GLAMUR?
Este concepto no solo depende del dinero. Se puede “llevar una prenda normal y económica con mucho glamur sin que sea un artículo de lujo. Otras veces los artículos de alto coste hacen que la persona se sienta especial, guapa, elegante y atractiva, simplemente por ser un artículo deseado e inalcanzable para muchas personas. Pero también puede considerarse glamur cómo se lleva la prenda, la actitud, la elegancia y el encanto”. Esta es la opinión que comparten Carmen Garín y Jesús Martínez, quienes añaden que “siempre hemos dicho que el estilo y la clase nacen de uno mismo, no siempre te lo da ni la marca, ni el tipo de ropa, ni el precio. Lo da tu encanto para saber llevarla”.
Sin embargo, para Mikel Luzea, a pesar de que “la idea concebida que tenemos de glamur es que necesariamente es caro, tengo que decir que conozco a mucha gente con glamor que no se gasta fortunas en ello”. La visón de Javier Laspalas añade un matiz diferente al afirmar que “el glamur no es precio, es cultura. Si tienes glamur, puedes ponerte cualquier cosa y aun así, serás glamurosa”.
Por su parte, Florentino Cacheda no cree que el glamur sea caro. “El mercado es muy amplio y ofrece alternativas en cuanto a calidad y diseño que son accesibles a la mayor parte de la población. Cada uno, dentro de sus gustos y posibilidades, debe encontrar su estilo y sentirse glamuroso“.
¿Y EN EL TRABAJO?
Ante la pregunta de si se viste con glamur en el trabajo, parece que existe una opinión similar relacionada con el tipo de empleo. Para Mikel Luzea “se puede dar en determinados puestos de determinadas empresas más dedicadas a la imagen y al diseño, aunque en general no se viste con glamur en el trabajo”. Según Javier Laspalas “depende. La persona en sí es la que tiene el glamur. El uniforme de trabajo o su ropa de diario, es tan solo un complemento”. Para Florentino Cacheda también depende del tipo de trabajo. “En ocasiones se prima la comodidad y la versatilidad como es lógico, pero hoy en día es posible encontrar un estilo confortable y ‘fashion’ dentro de las posibilidades que ofrece la moda”.
Carmen Garín y Jesús Martínez lo ven de una manera diferente. “En general no, la gente puede ir bien vestida al trabajo, con estilo. Pero el glamur conlleva muchas más cosas que ir con las tendencias de temporada, la gente sólo se atreve a resaltar su glamur en acontecimientos importantes”. De ahí que insistan en su idea de que “hay que fomentar en sacar el glamur todos los días del año a la calle como se hace en muchas ciudades.”