La empresa de biotecnología Ikan Biotech se ha alzado con el Premio Emprendedor XXI, que cada año otorga CaixaBank junto con el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, en colaboración con el Gobierno de Navarra. Con este galardón, estas entidades quieren premiar los proyectos innovadores y con alto potencial de crecimiento.
Ikan Biotech parece ajustarse fielmente a estos criterios. Fundada en 2015 por Roberto Díez, Iranzu Lamberto y Rubén Díez, se dedica al desarrollo de herramientas personalizadas para tratamientos oncológicos y para la búsqueda de nuevos antibióticos naturales, usando, entre otros, el pez cebra como herramienta de validación.
“Éste es un gran reconocimiento para nosotros”, confesaba esta mañana visiblemente emocionado Roberto Díez. La empresa como tal no comenzó su actividad hasta 2016. Y el crecimiento ha sido exponencial. “Hemos aumentado la plantilla un 400%”, añadía Díaz.
“Empezamos solo tres socios y ahora estamos a 14 personas. Hemos aumentado la plantilla un 400%”, Ikan Biotech.
“Empezamos sólo los tres socios y ahora estamos ya catorce personas. En parte gracias a un proyecto europeo que nos han concedido y también a varios contratos que hemos conseguido”. Su apuesta, ahora, es “seguir con esta dinámica”, crecer y consolidarse.
Por de pronto, el premio recibido hoy les da la oportunidad de participar en un curso de crecimiento empresarial en la Universidad de Cambridge y 5.000 euros, además de poder competir a nivel nacional con el resto de ganadores autonómicos.
19 PARTICIPANTES, 5 FINALISTAS
Esta decimoprimera edición de los Premios Emprendedor XXI ha contado con la participación de diecinueve empresas navarras. No obstante, a la fase final sólo accedieron cinco.
Además de Ikan Biotech, competían por el galardón EverSens, dedicada al diseño y fabricación de soluciones de análisis de la respiración humana; FuVeX, que desarrolla drones híbridos para misiones de emergencia y salvamento marítimo; Be Helpie, centrada en la creación de una aplicación móvil que aúna ocio y solidaridad; y Nucaps, una plataforma de desarrollo nanotecnológico que ofrece una tecnología de encapsulación de bioactivos y probióticos para mejorar la salud.
Las cinco han debido defender ante el jurado las bondades y retos de sus proyectos empresariales para poder alzarse con el premio. “La deliberación ha sido un trabajo muy difícil, pero creo que hoy todos sois ganadores”, reconocía Ana Díez Fontana, directora territorial de CaixaBank en Navarra. Por ello, les ha animado “a permanecer fieles a los valores con los que habéis creado estas empresas, manteniendo la frescura y la ilusión” y a seguir trabajando “con la misma energía”.
Otras empresas reconocidas por EmprendedorXXI han sido: Eversens, FuVeX, Be Helpie y Nucaps.
Junto a Ana Díez, completaban el jurado Ángel Palazuelos, director de operación de la Empresa Nacional de Innovación (ENISA), y Pilar Irigoien, consejera delegada de CEIN. Palazuelos aplaudió el nivel “espléndido” de las propuestas y recordó que su entidad tiene por vocación apoyar el emprendimiento.
“Estos premios nos permiten comprobar cómo funciona el ecosistema empresarial; ese nuevo tejido empresarial del siglo XXI, que va a dar lugar a una economía más innovadora y sostenible”, confesaba. Por su parte, Irigoien ha insistido en que estos premios enrocan perfectamente con el objetivo de CEIN, “que impulsa la innovación, el liderazgo, la diferenciación y esa ambición por crecer, por nacer con visión de crecer”, al tiempo que agradecía “de corazón” la labor de liderazgo de los emprendedores.
LAS TRES ‘A’ DE LLUIS SOLDEVILLA
La entrega del premio ha sido el broche final a una jornada en la que la motivación ha cobrado especial protagonismo. Y parte de la culpa la ha tenido Lluís Soldevila, ingeniero informático de formación, pero consultor y formador en “actitudes de alto rendimiento” por vocación. En su charla ‘Éxito se escribe con A’, ha hecho hincapié en que el camino del éxito está en tres pasos: “Querer, saber cómo hacer lo que quiero y hacerlo”.
Para ello, ha animado a plantar cara a los miedos que paralizan, al miedo al fracaso. “Vamos por la vida preocupándonos en exceso. Tenemos demasiado miedo, y eso no es rentable. Esa capacidad de anticipación negativa, también llamada capacidad de autojoderse, no es rentable. No podemos pensar siempre en lo malo, en lo peor que nos puede pasar, porque casi nunca pasa nada”, ha enfatizado, al tiempo que añadía que el fracaso no es tal si de él se aprende.
Lluís Soldevila ha apuntado cuáles son, a su juicio, las tres A que llevan a cualquier persona a tener éxito: “Autoconocimiento, actitud y acción”.
El primer paso consiste en conocerse uno mismo “pero de una manera técnica”, analizando cuáles son nuestros debilidades y fortalezas, “porque no hay un ingrediente secreto para el éxito; ese ingrediente somos cada uno de nosotros”, ha asegurado.
El segundo paso es, sin duda, la actitud: “El potencial de una persona depende de sus habilidades innatas y de las que ha ido adquiriendo, pero está condicionado por el tiempo. Sin embargo, si se añade actitud, crece exponencialmente. Tenemos que vernos como un león. Ésa es la actitud. Porque la actitud no es una causa, es el efecto. La actitud nace en la cabeza, en los pensamientos. Hay que ver de dónde viene y cambiarla. De ti depende cómo interpretes la realidad. De ti depende qué gafas ponerte: unas oscuras que lo ensombrezcan todo o unas de colores. No vas a cambiar la realidad, pero sí la forma en la que la interpretas”.
“El emprendimiento es el alma y el motor de arranque que tira de cualquier economía”, Manu Ayerdi.
Por último, Lluís Soldevila ha recordado que todo depende de uno mismo. Ha hecho suya las palabras ‘I can’ (puedo, en inglés) de la familia estadounidense Hoyt, en las que el padre y su hijo, con parálisis cerebral y en silla de ruedas, participan en maratones y carreras Ironman, demostrando que se puede. “Si ellos pueden, ¿cómo no voy a poder yo?”, animaba Soldevila. “Para mí, todo se resume en la ley de la acción, que dice que toda persona que desee emprender el camino hacia el éxito tendrá que utilizar el pasado para aprender, el futuro para dar sentido y el presente para actuar”.
El vicepresidente de Desarrollo Rural, Manu Ayerdi, fue el encargado de cerrar la jornada recordando que el emprendimiento es “la clave” para lograr “un futuro más próspero”. “Es el alma y el motor de arranque que tira de cualquier economía, y el tejido empresarial es la base sobre la que se consolidan las relaciones entre actividades económicas”, ha insistido, al tiempo que ponía de manifiesto el apoyo del Ejecutivo foral a los emprendedores.
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