Hace un par de semanas, se constató “una descorrelación total y absoluta entre los datos macro (la economía real) y la Bolsa”, explica a este medio Juan Pablo Montes, director de la oficina de Renta 4 en Pamplona, para quien la Bolsa mostraba una “tendencia alcista sorprendente”. Coincide con él Jesús Mariñas, socio de JDS Capital, quien advierte sin embargo de que no tiene “sentido dejarse llevar por la euforia” mostrada por muchos inversores tras haber experimentado lo que los americanos llaman FOMO (fear of missing out) o el miedo a quedarse fuera del mercado. Sobre todo porque entonces únicamente se observaba “una recuperación de gran magnitud en un segmento concreto del mercado: salud, agricultura y tecnología de la información”.
Jesús Mariñas: “Estamos en un entorno de mercado ideal para que se produzcan múltiples sorpresas negativas“.
Siete días después, el lunes 15 de junio, los nuevos rebrotes del coronavirus en China y el aumento de casos en Estados Unidos ponían en guardia a los inversores ante la incertidumbre de una segunda oleada. “Estamos en un entorno de mercado ideal para que se produzcan múltiples sorpresas negativas”, destacaba Mariñas. Y las sorpresas llegaron en forma de caídas para después, el martes, registrarse una recuperación cuando los nuevos estímulos monetarios, fiscales y macroeconómicos estimularon las compras en las Bolsas europeas. Además, el aumento récord del consumo en Estados Unidos reavivó las esperanzas.
Y esta parece que será la tendencia de los mercados próximamente: “incertidumbre y bandazos” con subidas y bajadas inesperadas, señala Mario Grande, socio fundador y responsable de Inversión en XtartCube: “Estamos en un momento de mucha volatilidad. También de inflación de precios y cosas no muy racionales para bien y para mal. Porque ha habido valores que se han visto súper afectados por el Covid-19 y que se han dejado llevar por el pánico, mientras que, de repente, otros suben porque sí”.
Montes, Mariñas y Grande subrayan la irracionalidad de los precios, que es difícil de predecir. Por un lado, el responsable de Inversión de XtartCube sostiene que “entrar o no (en la compra de valores) depende de cada uno y de su estrategia”, ya que los vaivenes en Bolsa suelen ser producto de las ganas de recuperación que hay en general. Por ejemplo, en cuanto se pudo ir a los hoteles, la cadena hotelera de turno se disparaba… “Y no tenía que estar ni tan abajo ni seguramente subir tanto. Así que todo se va corrigiendo”, puntualiza.
LOS DOS TIPOS DE INVERSORES PUEDEN GANAR
En el mercado de la Bolsa hay dos tipos de inversores: el especulador y el del largo plazo. El primero se la tiene que jugar y asume el riesgo; el segundo pone sus ahorros o parte de ellos en negocios consolidados y espera los rendimientos sin prisas. Para quienes se plantean si invertir ahora o esperar, Grande indica que “siempre es buen momento para invertir”. El problema, según él, es saber encontrar las oportunidades en cada momento: “Ambas opciones son buenas siempre si tienes claro tu objetivo y tus riesgos. Lo que tienes que hacer es pensar qué quieres conseguir y con qué”.
Juan Pablo Montes: “Siempre hemos tenido crisis. Yo he vivido desde el 87 seis ‘cracks’, pero ninguno como este”.
En este punto, Mariñas aconseja estar pendiente del Banco Central Europeo y hacerse preguntas como “¿será suficiente el dinero preparado para la compra de deuda este año?, ¿qué otras medidas puede adoptar el BCE en sus reuniones de estas semanas?, ¿facilitará más detalles sobre lo que está comprando en el marco del programa temporal de compras de emergencia en caso de pandemia?”. A su juicio, las respuestas a estas preguntas ayudarán a mejorar las previsiones sobre el probable ritmo de recuperación económica de la zona euro en la era postcoronavirus y así entender el momento más positivo o no para las Bolsas.
Por su parte, Montes habla de la “preocupación” de los inversores ante una situación sin precedentes: “Siempre hemos tenido crisis. Yo he vivido desde el 87 seis cracks, pero ninguno como este. Antes eran tipos, macros, tensión de otro tipo. Pero este virus ha paralizado el mundo y no hay precedente, por lo que te hace estar a largo plazo optimista, pero a corto y medio preocupado”.
EL PIB Y EL PARO
En estos momentos, el Banco de España prevé una caída del PIB para este año de hasta un 15 % si se produce un fuerte rebrote del virus y espera una mejoría “robusta” en 2021, aunque matiza que la economía no se recuperará hasta 2022.
Jesús Mariñas: “Los sectores de la salud, agricultura y tecnología de la información se beneficiarán de una mayor demanda”.
A esas duras previsiones se suman los expertos consultados por este medio, aunque hay quienes incluso se muestran más pesimistas: “Nosotros no vemos la recuperación en ‘V’. Más bien, creemos que va a ser larga y dolorosa”, afirma Montes. Grande indica que podríamos “acercarnos a una caída del PIB de en torno al 20 % y una tasa de paro por encima del 20 % a final de año…”. Según él, la recuperación total podría tardar entre cinco y seis años, algo que también “dependerá mucho de los pasos que se den en los próximos 12-24 meses”, y será más lenta en España que en el resto de países europeos.
SECTORES ÓPTIMOS EN LOS QUE INVERTIR
Hay dos tipos de crisis, detalla Mario Grande: crisis de oferta y crisis de demanda. “Una crisis de demanda fueron la de 2008 y otras anteriores. Ocurren cuando la gente no tiene dinero para gastar, deja de comprar, los negocios se van deteriorando y se van al garete”. Precisamente, las medidas que se han tomado, en general, han sido para una crisis de demanda. “Pero el problema es que estamos en una crisis de oferta”, lamenta.
Según Mario Grande, “el agua como recurso natural” puede ser una buena opción para invertir “en el largo plazo”.
Para estimular la economía y que todo vuelva a la normalidad lo antes posible, recuerda que “no la puedes estrangular, que hay que ser muy ágil y muy flexible porque en este país la mayoría de ecosistemas son microempresas, pymes, pequeños autónomos…”, alerta Grande, quien considera que las medidas suelen ir enfocadas a las grandes multinacionales con mucho músculo. Ante esta realidad, lanza su particular sugerencia: “un entorno fiscal atractivo para la inversión extranjera y también para la inversión nacional, con el fin de que ese dinero que está en manos de grandes fortunas no esté ahorrado, se invierta y produzca”. También “que se flexibilice el empleo, que se dinamice el mercado y se cuente con un marco jurídico estable que dé confianza al inversor”. De lo contrario, “nos costará mucho más salir de esta crisis”.
Precisamente, al analizar aquellos sectores que están generando confianza entre los inversores, Mariñas resalta “la salud, la agricultura y la tecnología de la información se beneficiarán de una mayor demanda”.
Para Grande, sectores como la biotecnología, las ciencias de la vida o la biología sintética se han convertido en “un valor refugio”. Aunque advierte de que no vale todo y “tienen que ser proyectos fuertes con gente segura detrás”. Junto a su apuesta por la salud, se arriesga con otro sector a largo plazo, que está siguiendo desde hace tiempo: el relacionado con el agua. “Pero no el agua como infraestructuras, sino como recurso natural, que es un bien que se va a convertir en escaso. Hay muchos elementos productivos y mucha economía real de hoy en día vinculada a ella”.
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