La Universidad Pública de Navarra y las empresas Bodegas Ochoa, Enonatura y Cima-NTI participan en el proyecto VITICS, cuyo objetivo es utilizar nuevas tecnologías y dispositivos TIC para monitorizar el estado hídrico de los viñedos. En concreto, se pretende desarrollar dos novedosos tipos de sensores basados en dos tecnologías: la espectroscopía en la región de los terahercios y las propiedades de los materiales magnetoelásticos. Con estos sensores se busca obtener información sobre la cantidad de agua disponible en el viñedo con un menor costo y requerimiento energético que los disponibles hoy en el mercado. Además, a partir de una red de sensores distribuidos en cada finca, y gracias a información auxiliar obtenida por teledetección, se espera poder conocer el estado hídrico en toda la parcela.
Con este trabajo se persiguen dos objetivos: por un lado, desarrollar sensores novedosos o que mejoren los ya existentes, “de manera que podamos saber de forma remota cómo está la planta hídricamente”; por otro lado, a partir de información auxiliar obtenida de teledetección, extrapolar los datos que se obtienen en algunos puntos concretos de la parcela al conjunto de la finca. Todo ello con el objetivo final de permitir que los viticultores y técnicos de campo dispongan de herramientas que les ayuden a regar mejor.
SENSORES NOVEDOSOS
El grupo de Antenas está trabajando con sensores que captan información en terahercios, uno de los rangos del espectro electromagnético. “Son unas medidas que no se han utilizado nunca con este enfoque. Se trata de ver si con la información obtenida a través de tecnología de reflectancia, sin contacto con la planta, podemos tener un buen indicador de su estado hídrico”, informa la UPNA en una nota.
Durante las tres últimas campañas se ha ido poniendo a punto la tecnología y los investigadores están satisfechos con los resultados. “A partir de ahora, porque las medidas se han realizado con un equipo de propósito general, queremos hacer un prototipo y desarrollar un dispositivo específico, que pueda ser de coste razonable y que use solo las longitudes de onda que vemos que son más eficaces”.
La segunda línea de trabajo con sensores la realizan investigadores del grupo Propiedades Físicas y Aplicaciones de Materiales. Su objetivo es desarrollar sensores magnetoelasticos de bajo coste que sustituyan a los clásicos dendrómetros LVDT empleados tradicionalmente, y que necesiten menos requerimientos energéticos.
RED DE SENSORES VIÑEDO
Al mismo tiempo que se trabaja en el desarrollo de los dispositivos, en una finca de 7 hectáreas de Bodegas Ochoa se está haciendo una caracterización de la variabilidad espacial del estrés hídrico. Para ello, se ha instalado una red de muestreo de 100 puntos “que nos permite hacer esa caracterización: saber qué cantidad de agua tienen las viñas, cuál es la calidad de la uva y conocer qué efecto tiene la posición de las vides en la parcela”, señala Gonzaga Santesteban García, miembro del grupo de investigación Fruticultura y Viticultura Avanzadas de la UPNA
Además, a partir de imágenes de teledetección obtenidas desde un avión, se dispone ya de un mapa de crecimiento de las plantas.
La contribución del resto de socios del proyecto VITICS es diversa: Bodegas Ochoa colabora en los trabajos de campo, mantenimiento del cultivo y acometida de vinificaciones; Enonatura se centra en el desarrollo más práctico de los soportes para los sensores; y la empresa tecnológica Cima-NTI tiene un doble papel: desarrollar la red de sensores y un programa informático que facilite la gestión informatizada de las parcelas, de manera que además de la lectura de ubicación de las viñas, tipo de riego, variedad de cada parcela, etc. ofrezca información sobre el funcionamiento de los sensores (lectura de datos, alertas, niveles, etc.
El proyecto VITICS, que finalizará en diciembre de 2015, ha sido cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional a través del programa operativo FEDER 2007-2013 y por el Departamento de Economía, Hacienda, Industria y Empleo del Gobierno de Navarra. El presupuesto total del proyecto es de 563.709,71 euros, de los que 333.234 euros corresponden a la ayuda destinada a la UPNA.
De izquierda a derecha, los investigadores de la UPNA Ramón Gonzalo, Gonzaga Santesteban, Carlos de la Cruz y Cristina Gómez Polo