Javier Osés Fernández se licenció en química e hizo el doctorado en tecnología de alimentos, en la Universidad Pública de Navarra (UPNA). A partir de los resultados de su tesis doctoral, sobre recubrimientos comestibles aplicable en los alimentos, surgió la idea de crear una empresa, Proinec, porque los consumidores “quieren alimentos más seguros, de más calidad y de más vida útil y vimos que con los recubrimientos comestibles lo podíamos conseguir”, explica Osés.
Un proyecto pionero en España que saltó en 2009, en pleno inicio de la crisis. Existen laboratorios, centros tecnológicos y universidades que hacen proyectos de investigación, pero “no hay ninguna empresa, especializada en recubrimientos comestibles, que se dedique a investigar las necesidades del mercado y sus soluciones, asesore a las empresas, fabrique y venda los productos derivados de esas investigaciones”. Los reconocimiento no tardaron en llegar y, en 2009, Proinec ganó un premio nacional a la mejor idea de negocio que organiza Bancaja.
En su etapa inicial, la empresa se dedicó a hacer sus propios proyectos, dando solución a las necesidades del mercado para vender la idea a las empresas. Fruto de esas investigaciones son los productos que han desarrollado para alargar la vida útil de los alimentos de ‘cuarta gama’.
CUARTA GAMA
Se habla de ‘cuarta gama’ cuando nos referimos a frutas, verduras u hortalizas que, preservando sus propiedades naturales y frescas, viene troceadas, lavadas y envasadas. Osés explica que la fruta entera, “en el momento en que la cortas y pelas tiene una vida útil de 2-3 días o minutos si hablamos de la pera y la manzana”.
Proinec ha desarrollado un recubrimiento que “alarga la vida útil de la fruta, hasta los 10 días”. Se ha logrado “crear una capa natural por encima de la fruta que evita que la humedad de esa fruta salga y evita, además, que el producto se deshidrate; es como devolverle a la fruta, la verdura o la hortaliza la piel que se le ha quitado al pelar y trocear”.
El socio fundador de Proinec subraya que los recubrimientos “son una mezcla de diferentes ingredientes naturales que aplicados por inmersión forman un recubrimiento comestible sobre la superficie de la fruta pelada y cortada, el cual no modifica el sabor, color, ni olor de la fruta, permitiendo alargar así su vida útil”.
LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN
Proinec abrió, además, otras líneas de investigación que buscan “evitar la transferencia de humedad entre alimentos”, como los frutos secos en un yogur o el tomate con la masa de la pizza. En este sentido, ha desarrollado un producto que “si se coloca encima de la masa de la pizza, la impermeabiliza e impide que la humedad del tomate pase a la base, logrando que la pizza se mantenga crujiente”.
Actualmente Proinec dedica la mayor parte de sus esfuerzos a la comercialización de los productos obtenidos tras estos primeros años de investigación por lo que estas otras líneas de investigación se estan llevando a cabo en el laboratorio a un ritmo más lento.
CENTRO DE INVESTIGACIÓN
En la actualidad, Proinec ha reducido las investigaciones propias y “lo que hacemos es, principalmente, investigación para empresas, bajo contrato de grandes empresas de la alimentación que son las que financian la investigación”.
Resultado de esos estudios elaborados por Proinec e impulsados por dos grandes compañías alimenticias, “saldrán al mercado dos productos, a finales de este año, que pueden suponer una revolución, porque no existe un producto similar en el mercado”.
FUTURO
Entre los objetivos de Proinec está la de “seguir creciendo para aumentar la cartera de productos”. La empresa ya dispone de algunos productos que, de momento, no se comercializan, como “bolsitas transparentes que se comen y que pueden emplearse para sazonar algunos ingredientes, porque son bolsitas hechas con ingredientes naturales”.
La internacionalización es la otra tarea pendiente. Un proceso “complicado, en el que nos estamos ya moviendo a nivel europeo, enviando muestras y realizando labores comerciales”.