Frenos Iruña ha sabido superar momentos difíciles y alcanzar el éxito buscando la mejora continua y la adaptación al entorno. Fundada en Pamplona en 1958, los propietarios de la fábrica decidieron abandonarla en 1980. La necesidad de supervivencia, entonces, obligó a los trabajadores a dar un paso al frente para hacerse con la propiedad y dar continuidad a la empresa.
Así se constituyó en Sociedad Anónima Laboral (SAL) y ha sido un referente de la economía social en Navarra, siendo además socio fundador de ANEL. Un modelo con el que han logrado aumentar la plantilla, de los 73 del 2011 a los 80 actuales.
El carácter social y la organización en mini fábricas o unidades de generación “permite una mayor motivación e implicación de los trabajadores en el devenir de la empresa”, lo cual redunda en una “mayor facilidad para tomar decisiones difíciles”, asegura Joaquín Ibañez, responsable comercial de Frenos Iruña.
A este hito, sin embargo, se le une la estrategia de mercado. Frenos Iruña supo entender hace mucho que para competir desde Europa con los países emergentes había que “buscar nichos de mercado en los que la flexibilidad y la aportación de valor añadido fueran la clave del éxito”. Por ese motivo, a principio de los años 90 apostaron por la focalización en el mercado de componentes del freno de serie corta, que prácticamente no presenta fabricantes en el Estado.
Esto llevó a la empresa a trabajar en el sector de vehículo fuera de carretera (tractores, carretillas, etc) y en los últimos años en el mercado de vehículo especial y de los aerogeneradores eólicos. Un sector, el energético, al que “Frenos Iruña ha llegado tarde”, asegura Ibañez, aunque “la especialización en serie corta y el trabajar con estándares de automoción ha hecho que tengamos un hueco en un momento en el que todos los fabricantes de turbinas eólicas tienen homologados más de un proveedor para el mismo freno”.
EXPORTACIÓN
Frenos Iruña factura, actualmente, 14 millones de euros, de los cuales 9 proceden de los mercados exteriores. De los 20 países a los que exporta, los más importantes son Alemania, UK y Estados Unidos, donde tienen un socio local ubicado en Wisconsin. Son los “países más asequibles para nosotros por cercanía y similitud cultural”, porque el idioma y las infraestrucutras son, precisamente, los principales obstáculos en los inicios.
El responsable comercial de Frenos Iruña asegura que “cuesta mucho conseguir nuevos clientes y sin embargo es muy fácil perderlos”. Por eso, para entrar en nuevos mercados es fundamental “conocer el mercado a través de un socio local” y “contar con personal del propio país”.
Todo ello sin olvidar la colaboración entre empresas navarras. Así, de hecho, accedieron a conocer a su socio en USA, con la ayuda de otra empresa navarra. Por eso, Ibañez entiende que “las empresas navarras deberíamos conocernos más entre nosotras y compartir nuestras ideas”.
Desde el principio, además, la empresa ha tenido claro que la competencia con países de bajo coste tenía que darse aportando valor añadido. “Los mercados de serie corta de componentes de freno se caracterizan por la misma exigencia en términos de calidad y seguridad que los de serie larga: un fallo puede ser fatal”, explica Ibañez.
El hecho de ser una SAL facilita la apuesta de Frenos Iruña por destinar un porcentaje alto de recursos a la investigación de estos proyectos. En los últimos 10 años la empresa ha venido desarrollando proyectos CDTI casi ininterrumpidamente y viene colaborando con centros tecnológicos y universidades del entorno.
FUTURO
El futuro pasa por los países emergentes. Hace cinco años apostaron por el mercado indio “ya que se supone que India va a ser el mayor fabricante de tractores del mundo”. Desde ahí esperan recuperar, afirma Ibañez, “mercados que perdimos en su día debido a la competencia procedente de países como China”.
Frenos Iruña además prevée intensificar su presencia en Alemania e Italia, así como comenzar a explorar el mercado ruso. Retos ambiciosos con una idea clara, “todo suma”. Hay que seguir “manteniendo vivo el conocimiento de productos en los que se ha ido perdiendo mercado, porque eso nos permite recuperar ventas que parecían perdidas con un margen de beneficio interesante”.
La presencia internacional de Frenos Iruña garantiza a la empresa un futuro prometedor y la Cámara Navarra ha querido reconocer este esfuerzo otorgándole el Premio a la Exportación.