Pregunta (P): ¿Cuál es la situación actual de las Cámaras de Comercio en España?
Respuesta (R): La institución, como las empresas, ha tenido que afrontar una crisis muy dura. Nuestro caso, además, se vio agravado en el año 2010 con la retirada de la asignación obligatoria y del recurso cameral permanente lo que nos dejó al pairo y llevó a muchas Cámaras a tener que resolver su situación particular como pudieron. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga porque al acabarse la sopa boba del recurso, se han solucionado muchos desajustes; se han realizado enormes sacrificios y esfuerzos y, sobre todo, se ha introducido un tema que me parece muy interesante: el principio de utilidad.
La principal lección que hemos obtenido de esta crisis es que si las Cámaras de Comercio somos útiles y servimos bien a las empresas y a la sociedad, tendremos aportaciones, sobreviviremos y podremos continuar creciendo y progresando. Si no, no tenemos sentido. Yo, lógicamente, estoy convencido de lo primero. Entre otras razones por la autoridad moral que representan esos 3.000 cameralistas que hay en España, que no cobra nadie un duro y que están trabajando por sentido de país.
(P): Entonces, ¿cuáles son las áreas de crecimiento para las Cámaras?
(R): Aparte de las funciones que la ley les encomienda, las Cámaras deben afrontar cuatro grandes retos, en mi opinión. El primero, la defensa del sistema de economía social de mercado que consagra la Constitución de 1978 y, dentro de este principio, la protección y apoyo a la empresa como pieza clave del sistema y del bienestar de los españoles. En segundo lugar, apoyar la internacionalización y la competitividad de las pymes, introducirlas en un círculo virtuoso de crecimiento. Asimismo, un tercer cometido debiera estar vinculado con la planificación estratégica y, finalmente, debemos ser un órgano consultivo de las Administraciones públicas desde el Gobierno central pasando por los autonómicos.
A partir de ahí, una vez esclarecidos los objetivos, hay que involucrar a la totalidad de las seis mil empresas y grupos empresariales que hoy forman el tejido productivo de España y por eso hemos abierto los reglamentos de régimen interior de las Cámaras de Comercio para convencer a los empresarios y que compartan nuestra misión.
(P): ¿Y está siendo complicada esa labor?
(R): Bueno digamos que complicado, no. Esforzado, sí. Porque, evidentemente hay que trabajar, pero para eso estamos…
(P): Supongo que una primera pregunta que se les planteará es ¿y por qué la colaboración que me plantea la Cámara es buena para mí o mi organización?
(R): Sencillamente, porque les interesa y porque es voluntario. No hay ninguna obligación de estar. Yo, además, estoy convencido de que los empresarios tienen sentido de su propia misión y de su papel en la sociedad. Tienen claro que, en fin, deben transitar por determinados caminos para alcanzar un cierto horizonte. Saben, en definitiva, que si lo sabemos articular, todo ello repercutirá en un beneficio compartido entre empresarios, Cámaras y sociedad en general.
REFORMAS PENDIENTES
(P): Habla del binomio formado entre empresas y sociedad, ¿cree que la figura del empresario está reconocida?
(R): No lo está como debiera porque la sociedad debiera ser consciente de que su bienestar depende de esos líderes sociales que son los empresarios. Evidentemente, estos últimos no han de abusar, en absoluto, pero sí deben entender también cuál es su función y su responsabilidad y tirar del carro en beneficio de todos y que, a su vez, ese empeño sea apoyado y valorado.
Aquí, los medios de comunicación son decisivos ya que deben transmitir esa realidad y, sobre todo, que el sistema de economía social de mercado que tenemos es, a mi juicio, el menos malo, que es el mejor que tenemos para garantizar nuestro bienestar y que en ese esquema, la empresa es una pieza clave para su mantenimiento.
(P): Sin embargo, ahora los medios y la sociedad están sobre todo pendientes de las elecciones del próximo domingo, ¿qué cree que ocurrirá?
(R): Creo que el pueblo español es sensato y que siempre ha mantenido ese principio de moderación cuando ha ido a votar. Creo, por lo tanto, que las elecciones del domingo van a traer un objetivo fundamental que es la estabilidad que es, justamente, lo que necesita el empresariado para seguir su marcha en la recuperación que ya está aquí.
(P): Pero hay formaciones políticas que abogan abiertamente por un cambio en el marco…
(R): No. El marco referido a la economía social de mercado se va a mantener como hasta ahora. Lo que sí puede reformarse es la Constitución si todo el mundo está de acuerdo. Si no, los fundamentos del orden establecido van a ser defendidos más que nunca porque, si hubiera un sistema alternativo serio, pues yo creo que sería bueno discutirlo y hablar de ello. Lo que ocurre es que no hay esa alternativa y, oiga, esto es lo mejor que tenemos y, además, es el que ha permitido que España haya dado el enorme salto a mejor que ha protagonizado en estos últimos 40 años… Entonces, ¿vamos a seguir por ahí, no?
(P): ¿Sería partidario, entonces, de una reforma de la Constitución?
(R): Si, después de debatir, todas las fuerzas políticas están de acuerdo en el cambio, yo no le veo ningún inconveniente. Ahora bien, siempre y cuando no afecte a lo que acabo de decir sobre las instituciones fundamentales que consagra la Constitución y, la primera de todas ellas, la economía social de Mercado.
(P): ¿Estaría de acuerdo, por ejemplo, que en esa reforma constitucional se hiciera mención expresa a la unidad de mercado?
(R): Nosotros, desde la Cámara de Comercio de España, hemos planteado a las fuerzas políticas la necesidad de una serie de “Pactos de Estado”. Uno de ellos es éste porque entendemos que es de sentido común. Hay que coordinarse y no crear problemas. Estoy, por lo tanto, de acuerdo con la idea de que se plantee la unidad de mercado como otros asuntos que, entiendo, son fundamentales para incrementar la competitividad caso de los costes de energía o la formación, tema capital para el desarrollo de nuestro país.
En definitiva, España necesita que los políticos estén de acuerdo en temas fundamentales. Tienen que debatir pero sobre todo tienen que consensuar y, si esto es así, nos irá a todos bien.
(P): ¿Qué le parece la propuesta de contrato único?
(R): Yo no soy un experto, pero creo que lo interesante es que haya contratos y cuanto más mejor para que el paro se reduzca. Luego está ya el debate de las condiciones, que también se puede discutir, pero yo prefiero esto que nada. No obstante, ahora estamos en un proceso de recuperación y estoy seguro de que si los jóvenes no se dejan vencer, buscan su propia superación y se forman cada vez más, van a salir y van a encontrar mejores condiciones.
Lo que hay que hacer es ir por ese camino de superación. Es lo que mismo que cuando algunos dicen, “esos pobres jóvenes que se tienen que ir”. Bueno. Es una forma de verlo. En mi caso, lo veo de forma distinta: entiendo que es una necesidad de los jóvenes porque tienen que ver mundo, aprender idiomas, formarse y venir para acá y, entonces, ya veremos si esto mejora o no.
SOCIEDAD
(P): ¿No lo considera una pérdida de talento que, luego, puede ser difícil de recuperar?
(R): Es que vuelven. Los tres millones de españoles que se fueron sin ninguna preparación, con maletas de madera y ¡adelante!; lo pasaron relativamente mal. Pero la mayoría volvió y fue esa gente la que le dio al país el salto de modernidad que ahora disfrutamos porque vieron mundo, se habían situado y tenían unas posibilidades que consiguieron gracias al esfuerzo y sacrificio que realizaron.
Pues ahora lo mismo pero con unos jóvenes preparados en sus capacidad y habilidades. Otro tema es que hay muchos que no lo han entendido esto y medios de comunicación que no lo han aclarado pero, insisto, esto es una necesidad. Creo que les conviene. No están obligados que, a lo mejor sí, no lo niego, pero necesitan salir para volver y entonces verán como encuentran trabajo y, seguro, mejor retribuido de lo que hubieran conseguido sin irse.
(P): ¿Le preocupa que nadie hable de demografía en este país?
(R): Mucho. Es un tema capital y se le da muy poca importante. Sin embargo, un país que no tiene hijos y tampoco inmigrantes… está muerto.
(P): ¿Qué soluciones plantean desde la Cámara de Comercio de España?
(R): Incentivar la parte económica para que se active el sentido de la familia. Es un tema complejo porque no solo afecta a España, también a Europa y, además, es un asunto de valores. El hombre tiene que ser partidario de la creación de vida. Algunos me dirán ¡pero cómo generar vida si no se puede mantener con dignidad! Estoy de acuerdo, por eso la política tiene que ayudar y más cuando tenemos una deficiencia demográfica tan grande y que, ahora, se ha visto acentuada por el retorno a su país de muchos de los inmigrantes de los que nos beneficiamos en la década de los 90 del siglo pasado. Hay que apoyar, en fin, a esas familias para que sigan trabajando y aportando.
EMPRESA
(P): Antes indicaba que una de las principales funciones que deben cumplir las Cámaras debe ser la internacionalización de las pymes, difícil reto si no hay tamaño como denunció aquí en Pamplona de la mano de NAVARRA CAPITAL el presidente del Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane..
(R): Es que el tamaño y la capacidad de internacionalización y de innovación… Todo está relacionado. Sales al exterior cuando eres más competitivo y tu valor añadido viene por tu capacidad humana, tu talento, tu tenacidad. Son lo que denomino, las tres ‘Ts’. Pienso que en España existe esa capacidad y lo que existe menos es igual determinación. Sin embargo, si juntamos ambos y se mantiene en el tiempo, podemos aventurar que España, dentro de diez años, habrá dado otro enorme paso adelante.
En mi caso particular, soy Freixenet y soy líder en un segmento precisamente porque en un momento dado afronté el proceso de internacionalización y, le puedo asegurar, que el tamaño no era el mismo antes que ahora…
(P): ¿Y qué tal le ha ido este año? ¿Cuál es su balance 2015?
(R): Ha sido bueno dentro del proceso de recuperación que vive la economía española. El sector del cava ha mejorado sus previsiones en un 60 por ciento y, el del vino, en un 40. A partir de ahí, creo que se nos ofrece un horizonte bueno porque creo firmemente que el vino español es un producto ganador en el mundo.
¿Qué sucede? Que en los próximos diez años debiéramos dedicarnos a hacer dos tareas fundamentalmente. Por un lado, recuperar el consumo en España que ha ido decreciendo de forma explicable pero injustificable y; además, los bodegueros tenemos que trabajar en firme para mejorar la posición del vino español en el mundo que, por cierto, deja que desear. Es cierto que algo ha mejorado pero todavía tenemos un recorrido inmenso por delante, somos ganadores y, por lo tanto, hay que esforzarse.
(P): En este momento reclaman la presencia de José Luis Bonet ya que todo está preparado para iniciar la entrega de los Premios Cámara Navarra así que solo nos queda plantear una cuestión final.. Visto su resumen del año y siendo su empresa tan importante, ¿se ha planteado en algún momento el traslado de su sede social fuera de Cataluña?
(R): No porque no he creído nunca en la independencia de Cataluña. No lo he contemplado nunca y creo que el tiempo me está dando la razón. Que hay que arreglar muchas cosas, estoy totalmente de acuerdo, pero tenemos que buscar una mejor relación con el resto de España. ¿Independencia? No.