Hace unos días se aprobó una moción en el Pleno del Parlamento de Navarra por el que se consideraba necesario crear una banca pública “al servicio del desarrollo económico y social de la Comunidad foral” y se instaba al Gobierno de Navarra “a desarrollar y cumplir con urgencia este objetivo”.
Esta cuestión no es nueva y ya fue abordada por el Gobierno hace un tiempo. En 2016 el Gobierno de Navarra licitó la realización de un estudio de viabilidad de la implantación de una banca pública en Navarra. Tras ser adjudicataria la empresa Asesores Financieros Internacionales (AFI), en octubre de ese mismo año el concurso fue declarado desierto por, según palabras del propio Vicepresidente del Gobierno de Navarra, “el ruido mediático que no iba a beneficiar al proceso”.
Finalmente, en 2017 se adjudicó el estudio a la empresa, Bizilan S.A con la obligación contractual de preguntar a 27 entidades navarras; una de las cuales fue la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Servicios de Navarra.
NUESTRAS CONCLUSIONES
Nuestra Institución, una vez consultadas a más de 140 empresas de distintos sectores, elaboró y entregó un informe cuyas principales conclusiones fueron las siguientes:
- 1) Mayoritariamente se estimaba que no era necesaria la creación de una banca pública ya que el acceso a la financiación de las empresas no era y no es un problema prioritario, sino que al contrario se estimaba que ya existe un exceso de crédito en el sistema.
- 2) También se añadía que en el sistema financiero navarro ya existen fórmulas para promover el desarrollo económico de la Comunidad foral como son los avales públicos (Sodena) y la Sociedades de garantías reciprocas
- 3) No obstante, también se señalaba que, en el caso de constituirse, la banca pública debería actuar de acuerdo a criterios de rentabilidad, autosuficiencia y sostenibilidad. Es decir, no puede ser una entidad que como modelo de negocio pierda dinero. No hay que olvidar que por ser “público”, no implica que no deba estar sujeto a criterios de eficiencia y rentabilidad; y no confundamos esto con decir que tenga que comportarse según los criterios de una entidad privada
- 4) Por otro lado, se resaltaba la necesidad urgente de fomentar e impulsar políticas de crecimiento empresarial a través de inversiones en infraestructuras (aéreas, terrestres y de ferrocarril), impulsando la I+D+i (a través de herramientas fiscales), apoyando una formación profesional y universitaria unida a las necesidades reales de las empresas con una apuesta valiente y decidida por la internacionalización de nuestra economía.
- 5) Los sectores financiero y empresarial están sufriendo una transformación muy importante (incorporación de nuevas tecnologías, existencia de nuevas necesidades, ciclos de maduración más cortos, etc.) que hace que las soluciones financieras requeridas no se basen en formatos tradicionales o ya existentes en el mercado, sino que al contrario se adecúen a esta nueva realidad empresarial y económica.
- 6) Por último, afirmábamos que, desde un punto de vista técnico, es necesario recordar que existen barreras adicionales como la dificultad del proceso, que (en función de la fórmula jurídica adoptada) necesitaría de autorización administrativa del Banco de Central Europeo, la escasa masa crítica de Navarra y la limitación de aportaciones y captación de fondos.
En definitiva, a juicio de la Institución que presido y por las razones antes dichas entendemos que no se justifica la creación de una banca pública en Navarra.
Javier Taberna
Presidente Cámara Navarra de Comercio e Industria
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